Mire cómo comía con una sonrisa esa hamburguesa que parecía gustarle demasiado, no podía estar en total negación nunca he comido esto y verla comer solo me da risa por la mirada brillosa que tiene mientras come y sus mejillas abultadas por las grandes mordidas que da, mordí con negación esa cosa que podría caerme mal y a regañadientes me la comi.
Mordía sin sentir algún gusto por lo que comía, era asqueroso. No podía creer que a ella le gustara demasiado una carne procesada, y una hamburguesa sin chiste.
“Si la quieres tienes que hacer todo para demostrar que sus cosas te interesan” no debí de hacerle caso a Rhys, podrá ser un mujeriego, pero lo que yo quiero no es solo llevarla a mi cama “Bésala, cómprale lo que pida, mimala, haz todo lo que ella diga a veces” niego, es un estúpido.
— ¿Qué piensas? —. Agarro una servilleta y limpio sus labios al verlos manchados de ¿queso? — ¿No te gusta?, por que no me dijiste que no querías esto cuando te lo pregunte —.
Me quedo atento mirando sus ojos hasta que parpadeo regresando a la normalidad, observo sus labios fruncidos antes de que tome de su envase coca.
— Lo que me guste no importa —.
— A mi si me importa, quiero que comas algo que te guste y que no sea a la fuerza —. Observo su sonrojo donde sobresalen sus pecas, la observó levemente antes de toser distanciando mis sentimientos de mi alrededor.
— Tengo una junta —. Mira su reloj, y asiente tosiendo. Se levanta y la detengo, acomodo su falda para que nadie mire lo que es mío y sonrió agarrando su mano para salir juntos del lugar.
“Siempre sostenla de la mano, así le dejas claro que es tuya” niego por sus absurdas palabras, nota mental no ir con él cuando este borracho solo me mete estupideces en la cabeza que con mi hermosa Isabel no funcionan.
Ella es demasiado diferente para ser cierto, es una acosadora, eso la vuelve diferente lo único que la hace normal es que es mí acosadora y siempre lo será, aunque a veces se equivocaba por lo que yo tenía que hacer que mi horario considera con ella.
— ¿Qué sucedió mientras me fui? —. Niego y me encojo de hombros.
— No se porque preguntas eso, nada a sucedido —.
Junta sus labios como siempre que lo hace mientras piensa y niega parpadeando con exageración, bufa por último antes de que yo le abra la puerta para que entre al auto, uno nuevo y que vi por sus ojos le transmite más seguridad.
— Me gusta este —. Sonríe mientras se pone el cinturón haciendo que su blusa que apriete de la parte de su busto.
— Te gusta, es tuyo. ¿Algo más que quieras? —. Niega tocando su pecho, se sonroja y baja su rostro miró como juega con sus dedos.
— Solo lo decía, es algo costoso no creo…—. La detengo agarro su rostro entre mis manos y la beso como tanto quería hacerlo, sus manos aprietan mis brazos mientras sigue mis labios.
Se separa de mí con brevedad y me mira a los ojos, sonrió amenamente cuando tengo solo su mirada para mi.
— Es tuyo, eres mi esposa —. Ella asiente, agarro su mano y comienzo a manejar sin problema.
Escuchaba cada cosa que decían y decía lo primero que se me venía a la mente sin dejar de ver las piernas de Isa, había estado cruzando sus piernas repetidas veces algo que solo hacía que su falda subiera hasta tal punto que me dejaba ver una desnudez de la cual no me sentía bien que otro viera.
— Eso es todo señor Perry —. Escuche y solo asentí, miré lo nervioso que estaba el chico y hacia donde miraba sin que Isabel se diera cuenta de su mirada.
— Hazlo mejor a la próxima o estarás despedido —. Agarró el brazo de Isabel sacándola de ahí, los demás solo hacen una reverencia mirando con preocupación al aprendiz.
— ¿Qué sucede?, la presentación y todo lo que dijo estuvo bien —. Entramos a mi oficina y la besó sin decir nada más. — No, ¿qué pasa? —.
— Te estaba mirando —. Ríe dejándome más en ridículo. Miró su hermosa sonrisa observando sus hermosos ojos que casi no se notan cuando ríe.
— ¿Estas?, mmm… ¿celoso? —. Respiro profundamente sin querer aceptar eso, asiento rendido y me besa rápidamente, agarro su trasero queriendo romper esa falda y sostiene mis manos alejándolas de su falda.
— Matthew, me dejaras sin ropa y desnuda —. Me encojo de hombros sin verle importancia a eso. — A ti no te importa en este momento, pero no dirás lo mismo cuando alguien me vea desnuda —.
La cargo llevándola al sillón, la recuesto y quito su camisa rompiendo los botones de esta, escucho su gruñido por eso, me deshago de su brasier y beso sus pechos extrañando todo de ella por cada segundo que no estuvo conmigo.
— Alguien entrará —. Niego, cerré la puerta y nadie viene a mi oficina. — Matthew… —.
La callo cuando siente mi mano en subiendo por su entrepierna, me mira mientras respira entrecortadamente, subo su falda y abro sus piernas poniéndome en medio de estas, la beso mientras sigo pasando mi mano por su entrepierna sintiendo como chorrea.
Bajo mis labios por su cuello y dejo leves mordidas, arquea su espalda mientras sigo bajando hasta estar en su abdomen bajo, beso sus pliegues escuchando sus jadeos.
Miro como niega y sonrió besando nuevamente el mismo lugar.
— Ah. Sí. —.
Después de haber tenido un momento juntos permanecía callado, ella se vestía con rapidez queriendo que nadie la descubriera. Entendía sus razones, no quiere que la vean con diferencia al ver que es mi prometida, pero ella sigue diciendo que no somos nada.
Y es verdad, por lo que pienso casarme con ella. Algo privado entre los dos, pero debo de esperar un mes para eso, estoy pensando como pedirle la mano. Su padre desapareció después de que le di el dinero que pedía.
Si sigo con lo que estoy, ella estará completamente segura que la amo. Aunque se me hace difícil mostrarlo he intento dárselo a conocer a mi manera.
— Tienes una reunión en cinco minutos, es sobre la empresa que quiere forestar los arboles de las propiedades de la empresa —. La mire con más atención, se estaba acomodando su peinado por lo que me incorpore acercándome a ella. Pase mis brazos por su cintura algo que la tenso, deje mi rostro sobre sus hombros oliendo su perfume.
Ese aroma me encantaba.
— Es una reunión personal —. Dije. — Quiero que me ayudes a reservar algo, te enviare las cosas después —. Asintió.
— O… o-okay, entonces me retiro —.
Se giro, pero la tenía atrapada sin que pudiera aún irse. Bese sus labios antes de ser alejado, sus ojos me examinaban intentando saber que pasaba por mi mente para estar así con ella.
— ¿Quieres cenar conmigo hoy? —.
— Claro, ¿después del trabajo? —. Asentí, miré el sonrojo en sus mejillas algo que me encantó de ella. La deje salir de mis brazos algo que aprovechó y con pasos rápidos salió de mi oficina, reí por un momento.
Se sentía nerviosa estando conmigo.
¿Cómo se sentirá eso?, nunca antes he sentido ese tal sentimiento de nerviosismo por algo o por alguien. Sería tentador sentir eso, pero no creía que alguien lo hiciera sentir así en mucho tiempo.