Hunter le regaló a Agnes un vestido de la noche estrellada de Van Gogh. Era de tirantes finos, estilo corsé en el torso, amplio de la cintura hacia la mitad de sus muslos. Ese fue uno de los regalos de Hunter hacia ella. Era de las pinturas favoritas de Agnes, e incluso tenía una réplica en el departamento inundado. Y como Hunter no podía comprarle el cuadro original, decidió comprarle un vestido para que se lo colocara para una cena. Agnes, como alguien que no esperaba demasiado, lo usó esa noche para la cena con Erin y su cita, mientras Hunter se inclinó por un traje sin corbata. No era una cena elegante. Sería en una terraza al aire libre, para beber un poco de vino y contemplar las estrellas. —Luces preciosa —dijo Hunter al sujetar su mano para bajar las escaleras—. Cada vez que tene