Si se producía un escándalo a causa del cuadro y su madrastra era involucrada de algún modo en él, Teresa estaba segura de que ello no sólo afectaría sus posibilidades con respecto al Duque, sino también con el Conde. «Sin duda alguna, en el primer momento, cuando descubran el fraude, sospecharán de mí», pensó. Las sospechas, seguramente, recaerían sobre ella, hasta que pudiera demostrar su inocencia, lo cual no sería difícil. Pero cuando revelara quién era y acusara a Lord Eustace, los periódicos armarían un gran escándalo. Nadie podría pasar por alto el engaño de que había sido víctima su anfitrión. Dirían, además, que ella y su madrastra eran tan pobres que Lady Rothley no podía pagar siquiera una auténtica doncella personal. Llegarían incluso a hablar de su padre, alegando que no f