CAPÍTULO I ~ 1904-3

2482 Words

—Te verás tan hermosa, que en verdad no habrá necesidad de que digas nada. —A veces es imposible quedarse callada— contestó Lady Rothley—, y cuando me digan: “Yo sé, desde luego, que a usted le gusta el estilo de Fulano, de Mengano o de Zutano”. O alguno de esos nombres estrambóticos que ni siquiera sé pronunciar, no estarás ahí para explicarme de qué se trata. Se detuvo con una expresión sagaz en los ojos. —¡Teresa! ¿Por qué no vienes conmigo? —¿Qué… quieres decir? —Quiero decir… ¿quién va a saberlo? ¿Quién podría… darse cuenta? Nadie te ha visto nunca. No has estado en ninguna parte, y significaría tanto para mí tenerte conmigo, para cuidarme y ayudarme. Teresa se quedó inmóvil. Entonces murmuró: —¿Estás sugiriendo, belle-mère que vaya contigo… como tu doncella personal? —¿Por qu

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