No habría podido parar de pensar sobre lo que habría sucedido en la tarde, la idea recorría mi cuerpo una y otra vez, pensando cómo es que mi vida habría cambiado de manera tan repentina, de un día para otro. Estaba sentada en el suelo de la sala, pintando, eran alrededor de las dos de la mañana, podía escuchar a Melanie Martínez, en los auriculares, mientras que repasaba todo lo que habría sucedido, noté cómo pasaba frente a mí Francis, quité el audífono.
—¿No te parece un poco tarde? —, Preguntó caminando en dirección de la cocina, encogí mis hombros con desdén—. ¿Anoche estabas en casa de Shawn? No te escuchamos llegar.
Mencionar que desperté entre las sabanas de Shawn no parecía ser necesario, sentía que podría escucharse cómo si a toda costa quisiera meterme en la vida de él, no era el caso.
—Bebí, bebí mucho—. Reí entre dientes—. ¿Cómo les ha ido conociendo el pueblo? ¿Extrañan España?
—Un poco—. Respondió regresando con una bolsa de frituras—. Pero son unas vacaciones estupendas, fuera de la ciudad. Además, conocí a una chica ayer.
—¿Ah sí? —. Deje las pinturas en el piso, prestando mi completa atención hacía él—. ¿Quién?
—Nicole—. El nombre hizo que la bilis atravesará mi cuerpo—. Se que la conoces, ¿No es así?
—Sí. Es una vieja… Conocida—. Expresé para farfullar—. No te fíes de ella.
—Quizá no es cómo la recuerdas…
—Es encantadora, preciosa e hipócrita—. Establecí levantándome, el encogió sus hombros—. Sólo ten cuidado con cada una de las cosas que le cuentas, ella no es de fiar.
Él se quedó pensativo por unos segundos por mis palabras, una de sus cejas se arqueó para suspirar, parecía estar pensando en que es lo que debía decirme, quizá estaba planteándose cómo decirme algo. Introdujo una fritura en su boca, a lo que suspiré caminando hacía la cocina.
—Sobre eso, Nicole me mencionó algo…
—¿Ah sí? ¿Qué? —, pregunté con curiosidad, girándome en su dirección.
Estaba por contestarme cuando su teléfono comenzó a sonar, suspiro con pesadez para mirarme con un toque de pena.
—Te digo al rato, es importante la llamada—. Mencionó para caminar en dirección de su cuarto.
Pensé en Nicole, siempre habría sido una persona que me causaba conflictos, quería saber cómo era que habría sucedido nuestra relación aquí, si en realidad éramos amigas o porque tuvo la emoción que tuvo al mirarme en la casa de Shawn, misma que se convirtió en confusión.
***
Estaba en medio de la plaza, mirando hacía la nada, esperando que Shawn llegará, mientras eso sucedía miraba hacía mi celular, las historias de Insta, que habría estado subiendo a lo largo de mi vida, las fotografías de cualquier red social esperando buscar alguna respuesta, pero todo parecía ser erróneo, mis ideas cada vez terminaban un poco más confusas que el segundo anterior, no podía parar de pensar que algo habría tenido que cambiarlo todo.
—¿Qué haces aquí? ¿Sola? —. Preguntó Jackson, le miré de reojo—. Parece que esperas a alguien.
—Sí. Pero parece que se le ha hecho tarde—. Mencioné mirando la hora en la pantalla del celular—. Lo cual es extraño…
—Quizá el tráfico, no lo sé—. Se sentó a un lado de mí, para suspirar—. Sobre lo que paso ayer…
—No interesa, supongo que tarde o temprano tendría que…—, me quedé callada, recordando que no podría decirles a todas las personas que la vida me habría dado un giro tan drástico e inesperado—. Da lo mismo, ¿Qué haces tú aquí?
—Venía a comprar un par de cosas, ¿Tienes algo que hacer para esta noche? —, pregunto a lo que negué, mirando hacía la pantalla de nuevo—. ¿Recuerdas las carreras?
—¡Ah! ¡Sí! —, Dije con emoción—. Nunca quisiste dejarme correr, grosero.
—No es ser grosero… Cómo sea, hoy correré, además de que habría una fiesta después de ello, ¿Quieres ir? —, preguntó a lo que le miré.
—Yo…
Estaba por contestarle cuando mi celular sonó, con un mensaje de Shawn, mis cejas se fruncieron ligeramente a lo que suspire con un toque de pesadez.
Shawn: Lo siento, no podré ir. Te lo compensaré.
—¿te han dejado plantada? —, Preguntó a lo que asentí rodando los ojos—. Es una pena.
—¿Qué?
—Qué si yo tuviera una cita contigo, creo que lo último que pasaría por mi cabeza, sería perdérmela—. Mencionó mientras miraba hacía la nada—. En fin… Sobre la carrera.
—Me encantaría ir.
—¿Me acompañas de compras? Sobre lo de la fiesta—, mencionó a lo que sonreí—. Anda, igual te has quedado sin nada mejor que hacer.
—¡Blake! —, La voz de Nicole nuevamente llamó mi atención, y el cómo anoche que Francis me habló sobre haberla conocido, la misma reacción, la bilis recorriendo mi cuerpo de manera particular—. Pero que alegría verte, tenemos una plática pendiente.
—Nicole—. Alargué con un tono incomodo—. Yo… Yo estaba por irme con Francis, así que quizá será…
—Hola—. Me interrumpió, mirando a Francis—. ¿Qué hacen juntos? ¿Es sobre la carrera? —. Los ojos de Nicole se desplazaron hacía mí—. ¿Irás?
—Sí.
—¿Está vez te dejará correr? Recuerdo que Francis nunca te ha dejado correr—, mencionó acomodando mi cabello, con una sonrisa maliciosa—. Siempre quedando con las ganas de querer correr.
—¿Tu correrás? —, pregunté con las cejas fruncidas—. Lo harás.
—Claro, mi novio siempre me deja correr, le encanta cumplirme lo que yo quiero hacer—. Dijo con altanería, sacando unas jafas de sol de su bolso—. En fin, no les quito más su tiempo, tenemos cosas pendientes que hablar, pero será después. Quizá pasando la carrera, cuando terminé de correr.
—Adiós—. Le dije con una sonrisa fingida.
Ella sonrió hacía ambos despidiéndose de ambos con un beso en la mejilla, fruncí la nariz ligeramente, para ver cómo desaparecía de mi campo de visión.
—Dios que odiosa—. Mencioné con tonó pesado, tallando mi rostro con pesadez—. ¿De verdad no me dejarás correr?
—No.
—Ugh—. Resoplé con pesadez, para verle—. Siempre, Nicole compite conmigo, y siempre gana.
—¿Y es lo que quieres?
—¿Qué?
—Seguir compitiendo con ella, cómo si en realidad, lo que ella pensará o lo que quiere en realidad, fuera importante—. Me recordó, levantándose para caminar, le seguí—. Ella siempre ha sido así, por ello dejamos de estar juntos.
—Sí, pero…
—Mira, deja que compita sola, al final, si yo no quiero que corras conmigo es porque es peligroso—, mencionó con tonó de tranquilidad—. Al final, lo siento preciosa, pero…
—¿No lo pensarás?
Sabía que la respuesta era demasiado evidente, sabía que por mucho que lo pensará no sería cómo yo esperaba la respuesta, me terminaría diciendo que no, pero podía querer quedarme con la esperanza de que podría correr conmigo.
—Ven, anda.
Pensé en lo que me dijo de Nicole, ¿Cuándo fue que comenzamos a competir? Cada una de las cosas que yo hacía ella quería demostrarme que ella era mejor que yo, día con día era lo único que parecía importarle, demostrar que ella podría hacer mil veces las cosas mejor que yo y al final del día, lo lograba.
En lo único que no pudo competir jamás fue en la pintura, eso jamás pudo igualarlo.
—Súbete—, mencionó con diversión Jackson, le miré negando—. Anda, ¿Qué te has vuelto aburrida?
—Nos regañaran—. Le recordé, mirando hacía el cochecito—. Y…
—Y nos iremos en un mes, ¿Qué más da?
Aquellas palabras resonaron en mi cabeza, irme.
Era cierto, me terminaría por ir en unas semanas, no podría quedarme esperando que el mundo me concediera un segundo deseo. Sonreí burlona, para con cuidado subirme al cochecito de compras que habría mencionado Jackson, miré hacía adelante, si la vida podría sentirse menos espesa, ¿Por qué seguía preocupándome por algo que habría dejado de ser de un modo desde hacía bastante tiempo? Y comencé a pensar, en aquella flor morada que ciertas personas solían hablar en ocasiones, el ruido dentro de mi cabeza era brutal, ahí comprendí muchas cosas.
La vida me habría cambiado hacía unos días, no había nada que pudiera hacer dentro de todo esto, la vida habría cambiado, lo quisiera así—o no—así que, ¿No era hora? ¿No era hora de que disfrutará la vida?
Al final, creí siempre que la vida, siempre sería la misma, que tendría el tiempo suficiente para cambiar algo, por si no me gustaban las cosas que había a mi alrededor, pero me equivoqué, cómo con todo lo demás.
¨***
Mencionar que la tarde fue tan divertida, era decir poco. Quizá habría sido de las tardes más amenas que habría tenido en años, con las ideas de que habrían sucedido tantas cosas en mi entorno, no me habría dado el tiempo necesario para mirar hacía mi entorno, las cosas no cambiarían pronto, de eso me habría percatado ya, que la vida, esa habría sucedido demasiado rápido, y ahora que tenía que tomar una decisión sobre cada una de las acciones que debían suceder, no me sentía que el mundo se me vendría encima.
Y estaba bien.
Las carreras a las cuales iba a acudir con Jackson, eran ilegales, el pueblo no les miraba bien y siempre habría un sheriff que terminaba por llegar, bastante molesto porque aquí seguían haciendo cada una de las cosas que les placía, sin pensar en lo más mínimo en las consecuencias que podría traer. Era un punto interesante que mencionar, contando que ahora con lo que me dijo Nicole, que Shawn acudía a todo esto, aún siendo parte del equipo de policía del pueblo, parecía que habría pasado sus valores por alto, y todas esas responsabilidades que le tocaban. No lo conocía.
Eso me generaba un poco de ruido, porque podría verlo frente a mí, teniendo los mismos gustos, algunas anécdotas parecidas, pero no era la misma persona, podría ser el mismo por fuera, pero por dentro, era alguien más.
Habría cambiado por completo. Quizá a eso se referían cuando decían que las personas no eran repetibles, en lo absoluto. Nunca podrías encontrar el mismo amor, después de un tiempo, si quiera en la misma persona.
Mis ojos analizaron el lugar, estaba lleno de motocicletas y hombres con cigarrillos, cervezas y sonrisas burlonas, mi mirada también se centro en las chicas que se encontraban aquí, parecían estar demasiado emocionadas por lo que podría pasar esta noche, podía notarlo en sus miradas, cómo es que habrían por estar emocionadas por ir en la misma motocicleta del hombre que lo trajo, un semblante de pesadez se incrusto en mis labios, Jackson me afirmo que no me llevaría a esa carrera con la finalidad de que corriera con él, al final del día se seguía manteniendo bastante firme en la idea de que eso sería peligroso, por lo cual no iría con él.
—Vamos, no puedes molestarte porque no corras en la misma motocicleta que yo—, le dio un trago a su cerveza, leyendo mis pensamientos—. Te lo he dicho ya, es peligroso.
—Lo sé, pero en realidad, quiero hacerlo.
Se quedó callado por unos segundos, pensando en que respuesta podría darme, aunque sabía bien, que no habría una que terminará por convencerme de no correr.
—Lo sé. Pero Blake, ¿Sabes la diferencia entre esas chicas y tú? —, preguntó, pasando su brazo por encima de mi hombro, le miré con una mueca—. Que ellos las traen porque quieren lucirse, te apuesto que ninguno de ellos irá lo suficientemente rápido, o terminará en desastre. La diferencia es que tú a mí si me importas.
—Y lo entiendo, supongo—, me quejé en un suspiro—, pero no quita la idea, de que no correré.
En mis ojos se posó Nicole, bajando de la motocicleta de un chico recién llegado, miré con un poco de atención, terminando por confirmar que se trataba de Shawn, así que ella no mentía que vendría a correr con él, sentí un poco de celos al respecto, no lo negaré.
—Llegaron—, mencionó con tono de desdén Jackson—, Que desdicha.
—Parece no agradarte Nicole—, Le señalé girándome en su dirección—. ¿Por qué? Ella parecía muy emocionada de verte, para ser sincera.
—Ella se emociona de ver a todo mundo, sin ofender—, mencionó con desaires—. Lo hizo contigo, me causa curiosidad de que tu le hablarás tan amable, después de todo.
—¿Por qué?
Se quedó callado por unos segundos, para después suspirar, quizá no quería meter la pata con las cosas que fuera a decirme, pero no habría algún modo de poder decir las cosas sin que sonaran aún más extrañas para mí.
—¿Por qué pareces no recordar absolutamente nada? —, preguntó a lo que fruncí las cejas—. Es que, inclusive, pareces intentar pensar un poco más de la cuenta en las cosas que deberías de decir, cómo si temieras meter la pata.
—No lo hago.
—Te conozco Blake, inclusive, parecías sorprendida de que me iré a España también, es cómo si fueras tú, pero dentro de ti, fuera alguien más—, mencionó a lo que alcé las cejas—. ¿Qué sucede? ¿Quién eres en realidad?
Me quedé estática, para verle directo a los ojos, sentí cómo la sangre se me iba a los pies, sintiendo cómo es que todo parecía irreal.
—¿Cómo que quien soy en realidad? —, pregunté frunciendo las cejas—, Estás borracho ya, ¿No? ¿Es eso?
—No. Quiero saber quien eres—, me repitió—, porque no pareces ser aquella chica que conocía, en lo más mínimo, si no, que alguien más.
Mis ojos miraron hacía Shawn, quien parecía aún no haberse percatado de mi presencia, me quedé pensativa, en aquello de Shawn y Nicole corriendo, los celos seguían dentro de mí.
—Necesito un shot—, mencioné, rebuscando en mi bolsa, aquella pequeña botella de vodka—. ¿Tú no salías con Nicole?
—Sí. Pero las personas cambian—, Se quedó pensativo para mirar en su dirección, por un par de segundos, sentí que me analizaba con cada centímetro de mi piel—, ¿Recuerdas el día después del baile? Qué fuimos de vacaciones a una playa cercana, fue divertido.
Me quedé callada, por unos segundos, recordaba haber ido al lago, pero no podía negar a la idea, que pudiéramos haber ido a una playa cercana, es decir, habríamos sido amigos él y yo, una de las razones por las cuales habríamos ido al lago, era porque Shawn no quería salir del país, me quedé callada por unos segundos.
—Después de ello, te pusiste una borrachera impresionante, tú, Nicole y Alana, eran las reinas del lugar.
Ahí recayó la familiaridad con la cuál me hablo Nicole, quizá en esta vida, nosotras si habríamos podido ser amigas, asentí, dándole un trago a mi botella.
—Sí, fue divertido—, Aclaré mi garganta—. Muy divertido.
—¿Ah, si? —, preguntó a lo que asentí mientras les observaba—. Es gracioso que lo menciones, porque eso jamás sucedió.
Fruncí las cejas ligeramente, para observarle con un poco de confusión, notando que mi mentira habría salido a la luz de manera extenuante.
—¿Qué?
—Que eso jamás paso, Blake—, Mencionó con una mueca—. Se que sucede algo, puedo verlo, pero no puedo descifrar con claridad de que es lo que trata.
No quería mencionarlo, quería guardar silencio y fingir que eso no estaba sucediendo, pero no tenía manera de hacerlo, no tenía manera de decirle que estaba…
—Dilo, te creeré.
—Déjame correr contigo—, le pedí, a lo que me miró con una mueca—. Por favor.
—Preciosa…
—De verdad quiero hacerlo—, le imploré—, podría decir que viví algo nuevo, pero no me dejas.
—Pues vete a comprar un gato, un perro, vivirías algo nuevo—, mencionó con enfado—, no correrás.
Resoplé con pesades, de verdad, esperaba e imploraba, que pudiera hacerlo, que algo cambiará dentro de todo esto, pero no lo conseguí, murmuré bajamente.
—Pero… Te enseñaré a manejar la motocicleta, si me dices que fue—, mencionó colocándose el casco—, Iré a correr, vengo en unos minutos y tu me lo dirás.
—¿Qué te hace sentirte tan seguro de que te diré que es lo que pasa? —, pregunté con una ceja arqueada.
—Que confías en mí—, me respondió—, por alguna razón, confías en mí. Al igual que yo en ti.
No dije más, las dudas se quedaron en mi cabeza con demasiada violencia y cientos de cosas que quería decirle, a mitad de mi garganta, me quedé callada.
No podía entender cómo es que el se habría percatado de que mentía, no podía comprender, cómo es que mi amistad con Jackson era tan cercana, que pudo darse cuenta de que algo estaba sucediendo, aún si no tenía claro el que.
Aplané los labios, para ver a Nicole acercándose a mí.
—¿No correrás? —, preguntó con burla—, Seguro alguno de los chicos de aquí, te dejaría subir con ellos.
—Ah… No, Jackson tiene razón—, mencioné sonriendo de lado—. Si él no quiere que corra con él, es porque puede pasarme algo, se preocupa por mí. Lo agradezco.
La sonrisa retadora, entre medio de burla, se desvaneció, cómo si de algún modo, las palabras que dije, le hubieran calado dentro de ella, las dudas crecieron dentro de mí, pero no mencione nada.
Supongo que era momento de afrontar lo que sucedía en este mundo.
—Eso, o no le agradas lo suficiente—, mencionó—. Cómo para llevarte.
—No correré, lo apoyaré de acá—, Le sonreí—, Me alegra que se preocupe por mí, ¿Te imaginas si no? Estoy segura, que cuando ustedes eran novios, tampoco te dejaba correr. Es tan caballeroso.
Su mirada cada segundo era más frustrada, llena de ira, mientras que yo, podía sentir cómo es que encontraba la paz con las cosas que le decía.
Punto para mí.
Aun no se que haces con ella, parece que son amigos, pero ese era mi papel, nos remplazaste en menos de un mes, ¿Cuál es el siguiente movimiento?
—Trueno.