Cap 12 Mia

1097 Words
Andrés sin pensarlo contestó. “Haré cualquier cosa por Katty, no dejaré que la sigas dañando”. Aníbal sintió un revoloteo en su corazón, era ¿furia? ¿dolor? eran sentimientos extraños. “Ya lo veremos”. Una mujer mayor de tez clara y ojos cafés claros entró a la habitación, llevaba un vestido largo y suelto con un listón en la cintura y sandalias bajas. “Muchachos no discutan, si es algo de trabajo solo arreglenlo”. “¡Madrina! Al fin llegaste”. Aníbal se acercó besando en la frente a la mujer y abrazándola. Ella observó al hombre, estaba más delgado. “Aníbal debemos hablar…” “Lo mejor será que me vaya”. Él se alejó dándole una última mirada a Andrés. “Pero…” Ella intentó detenerlo, Aníbal salió del departamento de Andrés rápidamente, la mujer solo se quedó mirando su espalda. Giro a ver a Andrés. “¿Sigue con la misma idea?”. Andrés afirmó peinándose el cabello hacia atrás. “No puedo convencerlo de que la deje… Yo la amo y no dejaré que la lastime más”. La mujer preocupada junto sus manos. “Esa jovencita no tiene la culpa de nada…” Andrés afirmó. “Lo sé, pero Aníbal no cree eso”. Ella se acercó tomando las manos de Andrés suplicando. “Debes hacerlo entender, Mariano regresa en unos días y ya no habrá oportunidad”. Andrés lo sabía, cuando Mariano regresara, sería más difícil ayudar a Katty. “Haré lo que pueda”. Andrés también salió de la casa, la mujer hizo una línea en su boca, estaba preocupada por los dos, eran como sus hijos y no le gustaba que pelearán, esta situación era muy complicada, Aníbal era terco y Andrés muy insistente. L que Aníbal estaba haciendo era muy cruel y ella tenía miedo de que al final se arrepintiera muy tarde. El teléfono de la mujer mayor sonó y contestó. “Hola”. Ella camino a la sala escuchando. “Cristina. Soy Mariano, regresaremos la próxima semana”. Ella hizo una línea de su boca. “Si está bien, te espero”. Avanzo entre los muebles hasta la chimenea donde se posaba un cuadro de una mujer muy bella y joven. La mujer la miró detenidamente y susurró… “Ayudamos a convencerlo… Que no sea demasiado tarde…” ………………… Aníbal subió a su auto conduciendo hasta la casa donde vive con Katty, se estacionó y caminó hasta la casa. Al entrar vislumbro todo alrededor, el bolso de Katty estaba en la sala, giro hacia las escaleras al escuchar algo de música. Conocía bien a Katty. Le gustaba escuchar música mientras se daba un baño. Entró a la habitación, mirando rápidamente hacia el baño, entró observando la silueta detrás de la cortina en silencio, mientras Katty cantaba una canción, él no hizo ningún ruido para que ella no lo escuchara. Al terminar Katty cerró el grifo, abrió la cortina buscando su toalla para secarse, se envolvió en ella caminando afuera del baño hacia hacia el peinador buscando la secadora, pero al ver el reflejo se encontró con Aníbal sentado en el pequeño sillón de la habitación contemplándola en silencio. Ella se sobresaltó. Giro. “Aníbal… ¿Cuándo llegaste?”. Él se levantó sin contestar, avanzó hasta quedar frente a ella. Katty lo miraba en silencio y apretó la toalla con miedo, ya no sabía cómo reaccionaría. El olor al perfume de ducha de Katty era intenso, las fosas nasales de Aníbal se movían y su cuerpo empezaba a reaccionar, alzó la mano acariciando la mejilla de Katty hasta llegar a su cuello, ella solo trago saliva haciendo que Aníbal se inquietara mucho más. “Aníbal…” Ella susurró, al notar que no reaccionaba ni decía nada, se acercó un poco más él, acunando la mano en su mejilla, Aníbal al sentir lo cálido de su mano cerró sus ojos por un momento estremeciéndose inmediatamente. Respiro profundo y abrió sus ojos, Katty se asustó al encontrarlos vacíos, su corazón dolió, Aníbal estaba sufriendo mucho, lo presentía. Aníbal se alejó de ella caminando por la habitación. Ella fue detrás de él. “Dime que pasa… podemos arreglarlo… juntos”. El se peinó el cabello hacia atrás y se dio la vuelta acercándose a Katty de nuevo, con su mano la tomó agresivamente del cuello. “¡¿Qué me estás haciendo?!”. Pregunto furioso. No entendía porque tenía la necesidad de estar con ella habiendo tantas mujeres. Ella no entendía su pregunta y le dolía el cuello por la fuerza que él usaba en ella. “Me… duele…” Aníbal se acercó poco a poco y la beso en los labios levantándola del piso y llevándola a la cama, ella estaba absorta en el beso, al darse cuenta lo que Aníbal quería hacer ella negó. “¡No! ¡No quiero!”. El se detuvo tomando sus manos en los costados y mirándola fijamente. “¿Qué dices?”. Se burló de ella. Katty tenía los ojos vidriosos. “No quiero tener sexo, después de que estuviste con otras mujeres anoche, no quiero hacerlo”. Aníbal dibujó una sonrisa siniestra en sus labios. “Eres mi esposa, es tu deber”. Katty negó con la cabeza apretando los labios. Aníbal cambió la posición de sus manos, una, apretaban las manos de Katty arriba de su cuerpo y la otra viajó por su intimidad, Katty se estremeció. “Aníbal… No…” El solo la ignoró y empezó a castigar sus pechos, ella solo gimió tratando de aguantar, pero era imposible. Aníbal soltó sus manos y ella se aferró a las sábanas, Aníbal aprovechó y se retiró la ropa. Katty casi llegaba al orgasmo y Aníbal rápidamente entró en ella moviéndose para llegar con ella. Ambos agitados, Aníbal miró a Katty y volvió a tomarla del cuello. “Nadie te hará sentir esto Katherine, nunca nadie te hará gemir como lo hago yo, tu cuerpo nunca se encenderá con nadie más ¿Sabes por qué?”. Katty solo lo miraba en silencio. Él sonrió con sorna y apretó uno de sus senos. “Porque eres mía y ni siquiera Andrés podrá borrar eso ¡Entendiste!”. Katty abrió mucho los ojos y respiraba agitada. La mirada de Aníbal era furiosa, se levantó vistiéndose rápidamente y salió de la habitación, volvió a dejarla sola. Katty se hizo un ovillo abrazándose a sí misma y lloró incontrolablemente.
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