Cap 24 Prometi cuidarla

1121 Words
Cristina estaba en el cementerio, llevaba unas flores azules en sus manos y caminaba entre las tumbas, se detuvo en una muy pequeña que tenía algunos carritos y juguetes de bebe. “Mi pequeño Oscar…” Susurro. Nunca conoció a su hijo, solo le entregaron el cuerpecito ya para enterrarlo, nunca pudo tenerlo en sus brazos ni mimarlo y cuidarlo, su pérdida dolía todos los días. “He venido a visitarte, mamá estaba muy lejos y no puedo verte”. Ella acarició la lápida con el nombre de Oscar Garza. Su teléfono sonó, era Eduardo dándole la noticia. “Iré para allá”. Ella dio una última vista a la tumba y salió rápidamente. Al llegar al hospital se dio cuenta que Katty estaba en shock, miraba al vacío. “¿Cómo está?”. Eduardo negó. “Ella no responde a los estímulos, hay que dejarla descansar y mañana vendrá el psicólogo”. El bajo el rostro. “Los siento Cristina te prometí que la cuidaría”. Cristina negó apretando su hombro y le dio una mirada de consuelo, se acercó a la chica, que se veía muy indefensa en la cama, sus labios estaban resecos y su mirada completamente perdida. Tomó la mano donde tenía el catéter, pero Katty no reaccionó. Katty estaba inmersa en sus pensamientos, escuchaba el llanto de un bebe en su cabeza. Cristina la acompañó por un rato hasta que se durmió, suspiro largo y fue a la habitación de Gonzalo, era hora de que ellos hablaran. Entró y sus miradas se cruzaron. “¿Cristina?”. Ella entró caminando hasta estar frente a Gonzalo. “Muchos años sin vernos”. Gonzalo estuvo de acuerdo, habían pasado tantos años desde la última vez que se vieron. “Aníbal ¿De verdad es mi hijo?”. Cristina afirmó con la cabeza. Gonzalo dejó caer sus hombros. “Katty… ella y el… ¿Por qué pasa esto?”. Cristina se mordió el labio y lo soltó. “Katty... no es tu hija”. Gonzalo levantó la mirada al escuchar la noticia. El peso en su corazón bajó un poco. Cristina lo dijo tranquila. “Es hija de Mario y Ofelia, ellos te engañaron… al igual que a Katty, ella no sabía nada”. Cristina se sentó en la silla para contarle. “Leticia estaba muy enferma apenas teníamos para comer y perdimos la casa, Aníbal fue a buscarte para pedirte ayuda, Leticia nunca le habló mal de ti, y él pensó que los ayudarías…”. Tomó un segundo de silencio. “Pero no fue así… A partir de ahí, Aníbal te odio mucho y con el transcurso de los años ese odio creció, la familia de Leticia apareció y Mariano hermano de Leticia está ayudando a Aníbal a tomar venganza y Katty está en medio de todo”. Gonzalo respiraba agitado, pero trataba de calmarse con las noticias. “Yo no sabía de él… Nunca nos encontramos”. Cristina sonrió amargamente. “Aníbal se encontró con Mario antes de verte… Ya te imaginaras lo que pasó”. Gonzalo cerró sus ojos por un momento, pensando en todos los años, el amor que Mario le tenía a Katty no era normal y el día que Mario le mostró las fotos de Leticia con otro hombre, todo fue muy bien planeado. “Todos estos años… He sido un tonto”. Aníbal entró a la habitación junto con su tío Mariano quería ver toda la escena. Cristina se levantó. “Aníbal debes escuchar a tu padre”. Aníbal se burló. “¿Mi padre? Yo no tengo”. Gonzalo le mencionó. “Yo no sabía de ti, Mario lo oculto”. Aníbal resopló. “Eso ya no importa ahora”. Cristina frunció el ceño. “Aníbal”. Le advirtió. La forma en que se expresaba no era la correcta. Él levantó la mirada hacia Gonzalo ignorando a su madrina. “Tú ya tomaste tu decisión, Mario también, solo falta Katherine”. “¿Qué quiere decir?”. Preguntó Gonzalo inquieto por las palabras de su ahora hijo. “Ella debe escoger a quién salvar… A la empresa de su padre adoptivo o a su padre biológico”. Les declaró. Mariano solo sonrió con suficiencia. Cristina se acercó tomando el saco de Aníbal. “¡Ya deja a esa pobre chica!”. Aníbal le dio una mirada retadora a su madrina nunca antes la había visto de esa manera. “No lo haré”. Mariano se acercó a la cama. “Esto y muchas cosas más las pagarás poco a poco, mi hermana no se merecía todo lo que le hicieron”. Gonzalo empezó a sofocarse, el doctor entró rápidamente, Cristina empezó a llorar mientras Aníbal miraba al hombre moribundo en la cama, Mariano apretó su hombro. “Vámonos”. Aníbal asintió y salió de la habitación. Gonzalo manoteaba y se dirigía a Cristina, ella se acercó rápidamente a escuchar lo que tenía que decirle. “Salva a Katty…” Cristina asintió saliendo de la habitación. Llamó a Andrés y le pido venir al hospital, pero él ya estaba ahí. “Iré en un rato Madrina”. Colgó el teléfono y volvió a tomar la mano de Katty. Se sentía muy culpable. “Lo siento Katty…” Pero la chica no contestó seguía inmersa en sí misma. En un bar… Mariano se dejaba consentir por varias mujeres y tomaba sin control estaba feliz con todo lo que pasó. “¡Brindemos sobrino!”. Aníbal estaba sentado frente a él en silencio, pensaba en la cara de Katty y como le rogaba por salvar al bebe… bebe… un bebe de él y Katty… La mujer que tenía al lado se le lanzaba y casi la tenía encima, él reaccionó al sentir el toque y la lanzó. “¡Auch!”. Marianao se burló. “¿Es fea? ¿No te gusta? Te pediré otra”. Aníbal se negó apretándose la cara con las manos. “Estoy cansado”. Mariano le dio una copa. “Bebe hará que te relajes, todavía no terminamos”. Aníbal solo miró al hombre frente a él y tomó la copa. Al día siguiente… Katty estaba recostada de lado en la cama, despertó de su ensueño poco a poco recordando todo lo que paso, tocó su vientre y lo acarició con mucho dolor, parpadeo un par de veces y miró a la mesa, su teléfono sonaba. Lo observo por un momento y abrió el mensaje. Era Aníbal. -Te espero en la empresa. Decía el mensaje.
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