Cap 23 Es tu hijo

1145 Words
Katty regresó a la mansión a lavarse antes de ir a cuidar a Gonzalo, al entrar por la gran puerta, se encontró con Ofelia que llevaba unas maletas parecía muy apurada. “¿A dónde vas?”. Le preguntó a su madre. Ofelia se exaltó. “¡Me asustaste!”. Nerviosa peinó su cabello y no miraba a Katty a los ojos. “Haré un viaje…” El empleado ayudó a la mujer a subir las maletas al auto, dejándola con Katty. Katty se enfrentó a la mujer. “Mi papá está en el hospital necesita que lo cuidemos”. Paso por un lado de Katty para subir al auto. “Se que lo cuidaras muy bien”. Katty no quitaba la vista de su madre. “¿Huyes? ¿Después de todo lo que hiciste junto con Mario?”. Ofelia se detuvo en la puerta y giró a mirarla. “Mario siempre pensó en ti, en lo mejor para ti”. “¡No era lo correcto! ¡Engañar! y aprovecharse de otros. ¡Eso es horrible!”. Reclamó Katty molesta. Ofelia rodó los ojos. “Yo solo seguía órdenes de tu padre así que no puedes culparme”. “Entonces ¿Por qué huyes? ¿Me vas a abandonar?”. Ofelia resopló. “No necesitas de mi Katherine, nunca lo has hecho, desde niña tu adoración eran Gonzalo y Mario ¿Y yo? ¿Dónde quedé? ¡En el olvido!”. Ofelia subió al coche ignorando a Katty y sus ruegos porque no se fuera. Después de ver el auto alejarse entró a la mansión con los ánimos por los suelos. Katty cuidó de Gonzalo amorosamente, salió un rato de la habitación al ver que su padre se quedó dormido, necesitaba descansar más, se fue a la cafetería y pidió algo de comer, pero no tenía hambre, observaba su sopa perdida en sus pensamientos. Aníbal entró a la cafetería sentándose frente a ella. Katty volvió a sus sentidos y levantó la mirada encontrándose con los ojos feroces de Aníbal, ella se burló de sí misma al recordar aquellos momentos donde fueron felices, donde Aníbal la consentía y besaba, donde sus ojos eran tiernos y llenos de vida, todo era mentira. Aníbal preguntó. “¿Viste las noticias?”. Ella afirmó en silencio meneando su cuchara en la sopa. Aníbal frunció el ceño, pensó que la encontraría desecha. “¿No te importa que seamos hermanos?”. Ella le mencionó. “Se que no lo somos... Yo no soy hija de Gonzalo”. Aníbal entrecerró los ojos. “¿Quién te lo dijo?”. “Eso no importa, solo lo sé”. Aníbal se quedó pensativo un momento. “¿Quieres saber quién es tu padre?”. Katty se burló. “¿Me lo dirás para lastimarme?”. Aníbal hizo una línea al ver el cambio en Katty. “Es Mario”. Le declaró. Ella no emitió ningún sonido y siguió comiendo ignorándolo. “Te tengo una propuesta…” Le dijo Aníbal a Katherine después de unos minutos. “Gonzalo está grave, podría mandarlo al extranjero y que tenga un tratamiento mejor y experimental que ayudará a su corazón, pero sabes lo mucho que ama la empresa, cuando se entere que está en la ruina ¿Cómo crees que lo tomara? Por su lado Mario tiene muchos delitos que pagar y haré que su encierro en la cárcel no sea fácil… tú debes elegir…” “¿Qué quieres decir?”. Preguntó ella. Aníbal se recargó en la mesa con una gran sonrisa que daba miedo. “Debes escoger entre salvar la empresa para Gonzalo o salvar a Mario de la cárcel... Dime Katherine ¿A quién quieres salvar?”. Ella estaba cansada de sus juegos. “Aníbal ¿Por qué me haces esto?”. Aníbal se puso serio. “Tú y tu padre me quitaron la oportunidad de tener una familia, Gonzalo y mi madre eran felices hasta que ustedes aparecieron y él nos abandonó a nuestra suerte, si no fuera por ti y la ambición de Mario mi madre estaría viva”. Katty soltó la cuchara sintiendo un gran dolor en su corazón. “Aníbal… Yo lo siento de verdad…” Aníbal la interrumpió. “No es suficiente tu disculpa”. Ella ahora entendió lo difícil que era para Aníbal todo y sintió pena por él. Aníbal le mencionó. “Es hora de que despiertes. Esa niña ridícula y consentida hija de papi se terminó, debes madurar Katherine, vivir en esa burbuja llena de amor y prosperidad esperando al príncipe azul que te haga feliz por el resto de tu vida no existe, la vida real es muy cruel y es hora de que la vivas”. Ella se quedó pasmada ante sus palabras, su odio salía de lo más profundo de su corazón y todo iba dirigido a ella. “Tienes un día para darme tu respuesta”. Se levantó dejándola sola. Las lágrimas de Katty cayeron y el dolor empezaba a incrustarse en lo profundo de su corazón como algo que nunca se despegaría. El teléfono de Aníbal sonó dándole la noticia. “¿Qué dices?”. Ya estaba en su auto abriendo la puerta. “Señor los registros informan que la señora está embarazada”. Aníbal colgó y se fue directo a la habitación de Gonzalo. Katty estaba apunto de entrar, ya se había calmado y tenía que pensar que es lo que haría ahora. Antes de entrar Aníbal la tomó del brazo. “¡Oye!”. Aníbal no dijo nada y la arrastró hasta una habitación, allí la esperaba un doctor y una enfermera, Katty observó a todos. “¿Qué pasa?”. Aníbal reclamó. “¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada?”. Katty dio un paso atrás y se tocó el vientre con mucho miedo. Aníbal no espero su respuesta. “Haga el procedimiento doctor”. El hombre en bata afirmó con miedo y la enfermera quiso acercarse a Katty a ayudarla. Katy se negó. “¡No!”. Forcejeó con el doctor y la enfermera, el doctor le inyectó un sedante mientras la escuchaba rogar. “¡Por favor no! ¡Por favor… no lo haga! ¡Aníbal no lo hagas es tu hijo!”. La enfermera solo bajó su rostro y siguió el procedimiento. Aníbal no podía ver la escena, tenía un fuerte dolor en el pecho, salió inmediatamente del lugar desabrochando la corbata y el primer botón de su camisa. Eduardo terminaba una cirugía cuando su asistente llegó inmediatamente dándole la noticia, él era jefe inmediato del hospital, al escuchar corrió hasta la habitación donde Katty era sometida.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD