Infame Amor

Cap 21 Rueda de prensa

Tiempo después…

Cristina y Aníbal veían televisión en la sala de la gran casa, Mariano llegó a la mansión junto con un chico dos o tres años menor que Aníbal. Tenía los ojos verdes y un semblante vacío, llevaba una pequeña mochila de colores que abrazaba fuerte.

Cristina inmediatamente se acercó al chico regalándole una amable sonrisa. “Hola”.

El niño solo la miró en silencio.

Mariano les anunció. “Él es Andrés, se quedará con nosotros a partir de ahora”. Se alejó dejando al pequeño de pie solo. Ya les había informado que no tenía nada más que decir.

Aníbal se acercó al niño preguntándole cosas e invitándole a ver televisión en la sala.

Cristina siguió a Mariano, con los años trataba de llevar la fiesta en paz por el bien de Aníbal. “¿Quién es ese niño?”.

Mariano tomó un vaso y se sirvió un whisky. “Perdió a su familia y lo traje aquí”.

Cristina estaba intrigada. “¿Por qué harías eso? No eres un hombre amable ni mucho menos caritativo”.

Él se burló de sí mismo y de la mujer. “Me conoces muy bien… Ese niño es parte importante de nuestra venganza”. Apuntó a los niños que estaban en la sala.

“De nuevo con eso”. Le reclamó Cristina poniendo sus manos en jarras.

Mariano le advirtió. “Sabes muy bien cuales son mis planes, tarde o temprano Aníbal tomará el lugar que le corresponde y hará justicia por su madre ¡Mi hermana! pagarán todo lo que la hicieron sufrir… Y Andrés ayudará con eso”.

Fin del recuerdo de Cristina.

……………………..

Los problemas en la empresa eran cada vez más difíciles, Mario no encontraba una solución, tiro todo lo que había en el escritorio con furia, respiro hondo y tomó su teléfono marcando el número de Aníbal.

“¿Ya tienes tu decisión?”. Pregunto desde el otro lado.

Mario manifestó. “Salva la empresa”.

Aníbal le colgó burlándose, su tío estaba a un lado. “¿Qué te dijo?”.

Aníbal sonrió mirando el teléfono. “Es como dijiste, quiere que salve la empresa”.

Mariano resopló burlándose. “Te lo dije, ese hombre no quiere a nadie”.

Aníbal asintió y se levantó del sillón para salir. “Debo ir a trabajar”.

Mariano entendió y se limitó a mirarlo irse.

Más tarde…

Mario y Katty hablaban con el doctor en el hospital sobre la condición de Gonzalo. “El señor estará aquí durante algunos días hasta que se recupere, llevará un tratamiento y cuidados importantes, es imprescindible que contraten a una enfermera que lo cuide las 24 horas”. Katty comprendió y agradeció.

Mario abrazó a la mujer. “No te preocupes Gonzalo va a recuperarse”. Quería que Katty estuviera tranquila. Ella se aferró a su abrazo. “Gracias tío”.

Policías entraron por el pasillo junto con algunos medios de comunicación. “Señor Robledo”.

Mario escuchó al hombre y giró encontrándose con toda la escena. “Puedo ayudarlos señores”. Dijo calmado, no quería asustar a Katty, ya se imaginaba porque estaban ahí, Aníbal debió arreglarlo todo.

“Debe acompañarnos a la comisaría y hacer una declaración sobre los cargos que se le imputan”. Declaró el policía encargado.

Katty preguntó. “¿Qué pasa? ¿Por qué debe acompañarlos?”. Estaba nerviosa y con mucho miedo.

Mario hizo que Katty lo mirara a los ojos. Le habló despacio y con amor para tranquilizarla. “Iré a arreglar este asunto, tú cuida de Gonzalo ¿De acuerdo?”.

Katty asintió y vio cómo se llevaban a su tío, lo más angustiante es como lo esposaron y hablaban de un fraude. Ella vislumbró a lo lejos del pasillo y se encontró con su esposo de pie mirándola. Tenía una extraña sonrisa en sus labios. Algo perturbadora.

Mario fue interrogado, pero no pronunció ni una palabra, no diría nada si no fuera necesario, solo con pruebas lo podrían sentenciar y fue lo suficientemente listo para no dejarlas. Por protocolo fue encerrado en los separos en espera de una resolución de su abogado.

Afuera…

Aníbal llegó a la empresa, en el camino llamó y pidió una rueda de prensa y los empleados organizaron todo, estaba listo para el siguiente paso, su tío lo acompañaba de pie en el podio y Andrés desde bambalinas, los medios tenían las cámaras en su lugar y revisaban sus notas.

“Empecemos”. Mandó Aníbal sentándose en la silla de presidencia a su lado Mariano con una gran sonrisa.

“Los convoqué a esta rueda de prensa para informar sobre la salud de Gonzalo Alcántara, él está recuperándose de un paro cardiaco, tiene a los mejores doctores a su disposición y pronto volverá a estar bien, por otro lado, sobre Mario Robledo, se están haciendo las investigaciones pertinentes y se llegará a la verdad del asunto”.

Cristina entró a la habitación de Gonzalo encontrándose con la chica, cuidaba del hombre en silencio mientras escuchaba las noticias, ahí estaba Aníbal con su gran porte y elegancia.

“Katherine”.

Katty levantó la mirada hacia la mujer que la llamaba y esta se encontró con unos ojos llorosos, el pesar de Katty era inmenso. Cristina inmediatamente la abrazó tratando de reconfortarla. Mientras Katty lloraba a mares en sus brazos.

En la rueda de prensa…

Aníbal tomó un minuto de silencio para darles la noticia. “Debo decirles que hoy tomaré la presidencia de la empresa y tendré toda la autoridad como hijo legítimo de Gonzalo Alcántara”.

Todos en la sala se asombraron y querían preguntarle directamente, empezó a hacerse un zafarrancho, Andrés solo hizo una mueca.

En el hospital Katty se alejó de Cristina mirando la televisión, no podía creerlo que escuchaba. “Hijo… De Gonzalo… ¿Es mi hermano?... Somos...” Ella se mareó tratando de agarrarse de algo.

Cristina la tomó rápidamente. “Katty”.

Se terminó la rueda de prensa, todos los medios se habían ido, Aníbal estaba sentado en el mismo lugar sin decir nada mientras Mariano hablaba con un reportero, Andrés se acercó a Aníbal. “Ahora que tienes tu venganza… ¿Estás feliz?”.

Aníbal no dijo nada, Mariano se acercó. “No es suficiente, todavía hay asuntos pendientes que tú no pudiste resolver”. Miro a Aníbal. “Pero mi sobrino lo hará… ¿Verdad?”.

Aníbal afirmó con la cabeza, pero no pronunció ni una palabra su pensamiento estaba muy lejos, recordando a su esposa y lo triste que estaría en este momento por la noticia.

Aníbal pensaba... Estará ¿confundida? ¿destrozada? pensando que su relación era incesto.