Infame Amor

Cap 29 La nueva casa

Cristina acariciaba el cabello de Katty mientras lo decía.

Maggie frunció el ceño mirando a la mujer. “¿Usted quién es?”.

Maggie preguntaba con la mirada a Andrés. Él fue quien le avisó parte de lo que había pasado.

Cristina entendió la preocupación de Maggie, Andrés ya le había hablado sobre ella. “Soy la madre de Katty”.

Maggie no podía creerlo. “Pero… ¿Ofelia?”.

Cristina le explicó toda la situación, Maggie estaba tan absorta en la plática que no se dieron cuenta del paso del tiempo, Andrés revisó la hora y Eduardo llegó a la habitación. “Tenemos que irnos”.

Maggie asustada se puso de pie abrazando a Katty que seguía sin reaccionar. “¿Se van tan pronto?”.

Cristina afirmó. “Si, nuestro vuelo sale en unas horas”.

Maggie no quería apartarse de su amiga, le pidió a Cristina con mucho fervor. “Avíseme por favor donde se estarán quedando para poder visitar a Katty”.

Cristina y Andrés aceptaron estar mensajeado con Maggie para saber sobre su mejora.

Eduardo y Andrés llevaban la maleta de Katty adelantándose.

Cristina se despidió de Maggie tomando a Katty del brazo y dirigiéndose al elevador. Maggie se quedó de pie en el pasillo en silencio junto con su guardaespaldas Javier y observaron como todos se retiraron.

Las lágrimas de Maggie empezaron a salir y se cubrió la boca para que no escucharan su llanto, ella quería ser fuerte ante todo lo que su amiga pasaba, ser un apoyo para Katty, pero en el momento que vio Katty en ese estado se derrumbó, solo aguanto las ganas de llorar para no crear alboroto, ahora que estaba sola podía sacar su dolor.

Javier se acercó acariciando su hombro, Maggie se lanzó a sus brazos llorando a mares, se culpaba a sí misma por no estar con Katty.

Javier la abrazó tratando de animarla. “Estabas trabajando y no sabíamos lo que pasaba, ahora necesita prepararse más y poder acomodar su agenda para poder viajar a verla”.

Maggie se alejó un poco de Javier mirándolo a los ojos. “¿De verdad?”.

Javier le sonrió asintiendo. “Hablaremos con el manager, estoy seguro que aceptara”.

“¿Y si no acepta?”. Preguntó ella con desconfianza. Su manager era muy estricto.

Javier dijo muy seguro. “Lo hará o se las verá conmigo”.

Maggie sonrió y volvió al pecho de Javier, ya no le caía tan mal como antes.

Javier dejó que la mujer siguiera en sus brazos, la apretó más y acarició su cabello por unos minutos.

Aníbal tenía mucho trabajo en la empresa, Mario fue sentenciado a 30 años de prisión por todos los cargos y tenía que indemnizar a las familias de las víctimas, además de empezar a modificar el dispositivo para que funcionara correctamente, también había mucho trabajo en lo legal pero eso Andrés tenía que arreglarlo, se rasco los ojos cansado y dejo la computadora por unos momentos recargándose en la silla, la oficina era muy silenciosa y las cortinas estaban cerradas, se levantó directo a la ventana.

En un mal movimiento golpeó la mesita de la sala y un jarrón cayó al suelo, él maldijo y llamó a su nueva secretaria. “Necesito alguien de limpieza”.

Minutos después, Cuquita la mujer que ayudaba en la limpieza de su casa entró con escoba y recogedor. Aníbal dejo que limpiara y recordó que ella trabajaba en su casa dos veces por semana. “Cuquita ¿Fuiste a la casa ayer?”.

Cuquita asintió mientras seguía limpiando. “Sí señor Montecinos, pero no había mucho que limpiar, la casa ha estado sola desde hace más de una semana”.

Aníbal entrecerró los ojos. “La señora… Katherine no ha estado ahí?”.

Cuquita se detuvo mirando al hombre. “No”.

La mujer terminó su trabajo y dejandolo solo, se acomodó de nuevo en su silla, pero no pudo concentrarse pensando si Katherine seguía en el hospital, la última vez que la vio estaba dormida, cerró su laptop y salió de la oficina, la secretaria al verlo se levantó nerviosa inmediatamente. “Señor… ¿Necesita algo?”.

Aníbal negó con la cabeza y subió al elevador. Condujo hasta la casa, al llegar al patio no se bajó, observó por unos momentos la gran mansión, Aníbal y Katty vivían en ese lugar desde que se casaron.

Recuerdo de Aníbal…

Katherine observaba desde el coche todo alrededor. “¿Por qué estamos aquí?”. Preguntó curiosa.

Aníbal la miro golpeando cariñosamente su nariz. “Es nuestra nueva casa”.

Katherine que lo miraba abrió mucho los ojos asombrada y volvió su vista a la casa. “¡Es enorme!”. Salió del auto caminando hasta ella, Aníbal la siguió bajando también y colocó sus manos en los bolsillos caminando lento detrás de ella con una sonrisa en los labios.

Katherine observó el gran jardín lleno de flores de colores, las ventanas eran grandes y de estilo colonial. “Era una mansión muy antigua, yo mande remodelar su interior y exterior”.

Katherine entró observando el gran salón, había escaleras y tinas de pinturas por todas partes, al parecer seguían trabajando.

“¿Dónde está la gente?”. No había trabajadores por ningún lado.

Aníbal se acercó a ella por detrás besando su cuello y oliendo su fragancia. “Les di el día libre. Quería estar solo contigo”.

Ella se giró poniendo sus manos en el cuello de Aníbal, mostraba una gran sonrisa. “Gracias, es hermosa ¡Cuando tenga los muebles se verá mucho mejor!”.

Aníbal afirmó acomodando su cabello. “Tienes libertad para decorar todo”.

Ella estaba emocionada. “¿¡En serio?!”.

Aníbal se burló de la inocencia de la chica. “Claro, es tu casa haz lo que quieras”.

Katherine se alejó de él y empezó a deambular por todo el lugar. “Aquí pondré una mesa con flores y un sillón… Aquí en la ventana, las cortinas tienen que ser blancas y en la chimenea una gran foto de nuestra boda… y cuando tengamos niños habrá fotos de sus cumpleaños aquí y……”

Aníbal solo sonreía y asentía a las ideas de la mujer, mientras ella ya se imaginaba cómo quedaría todo.

Aníbal la tomó de la cintura apoderándose de sus labios, el beso se intensificó, Katherine se apartó un poco. “Aníbal aquí no”. Todo estaba en desorden.

El la volvió a besar y le dijo entre besos. “La habitación ya está lista… fue lo primero que pedí terminaran”. Katherine sonrió y siguió el beso, Aníbal la cargó en sus brazos llevándola por las escaleras.

Final del recuerdo de Aníbal.