Regreso. 2

4031 Words
Christian desahogo todos los problemas que había estado teniendo con la familia de Milena y que no había querido contarle porque estaba trabajando muy duro con la orquesta, tras su llegada tampoco le quedó tiempo de hablar porque la vio agotada y parecía estar con muchas cosas en la cabeza, Cristel comprendió que no era la única que estaba teniendo problemas con esa familia Friedman y aunque le daba miedo contar su situación necesitaba que alguien la escuchara tambien porque se sentía estar en una encrucijada, al menos en un punto en específico. Escucho muchas veces el discurso de salir ante el primer maltrato debes salir de esa relación, pero pocos comprenden la forma en que una persona puede llegar a manipular a otra que confía plenamente y mas cuando amas profundamente a esa persona, Cristel llego al punto en que ya no tenia idea de como seguir adelante por su propia cuenta. - Christian...- llamo al hombre- Dylan me propuso matrimonio hace unos meses atrás.- soltó sin tanto rodeo. - ¿Aceptaste?- pregunto sorprendido y preocupado a la vez por la expresión que tenia su hermana. - Me sentí presionada a decir que si porque lo hizo frente a muchas personas, con una serenata y videos en pantallas del restaurante.- bajo la cabeza sintiéndose culpable. - Por la cara que tienes estoy seguro que no quieres casarte con él.- comento Christian. - ¡Es un imbécil hijo de puta!- gruño furiosa- ¡No sabe hacer nada mas que presumir el dinero de su padre porque como trabajador es una porquería y estoy segura que tendría que mantener a ese fracasado, no me quiero casar, no quiero volver a verlo pero estoy aterrada de que me vaya a hacer algo si lo dejo!- soltó todo lo que la estaba ahogando. - ¿Por que dices eso?- el rostro de Christian cambio completamente- ¿Te esta amenazando?- le tomo las manos de nuevo. - No para nada...- tuvo miedo de admitir las cosas- Solo tengo miedo de que eso vaya a pasar, sabes que todos son unos manipuladores y Olenka es una mujer insoportable.- trato de no ponerse nerviosa. - ¿Me dirías si alguna vez ese idiota te hace daño?- Christian no le creyó mucho. - Creo que te lo diría todo.- aunque lo dudo su respuesta se escucho bastante creíble. Christian recibió una llamada a su oficina de nuevo y se levanto para responder, por las palabras que dijo, Cristel supo que se trataba de Elliot que al parecer tenia un problema. Cristel no quiso contarle lo que le estaba pasando en aquellos momentos por el simple echo de que sus hermanos podrían meterse en problemas mayores si sabían la verdad, la relación con Dylan se había comenzado a deteriorar de una forma abismal porque comenzó a cambiar desde hace un año y medio hasta la fecha por motivos de celos injustificados ya que Cristel nunca tuvo necesidad de andar buscando romances por fuera; la actitud de Dylan la ponía a pensar en que quizás ese era su verdadero rostro y que si se casaban iba a estar condenada a sufrir de violencia domestica, humillaciones constantes y quizás hasta infidelidades por parte de él como ya comenzaba a suceder, no tenia pruebas, pero algo le decía que Dylan la engañaba; la puerta de la oficina se abrió y entro Elliot echo una furia. - ¡Vendamos la empresa!- grito furioso. - ¿Por que?- pregunto Cristel viéndolo con extrañeza mientras lo veía de pies a cabeza. - Vendemos la empresa, nos mudamos y desaparecemos de la fas de la tierra...- se desplomo en la silla aun lado de ella- ¿Adivinen quien me acaba de visitar?- pregunto Elliot. - ¡Armin!- Cristel y Christian respondieron al mismo tiempo. - ¡No, Olenka! ¿Vino Armin aquí?- se sentó bien en la silla. - No, pero imagine que te iba a visitar después de verme a mi, no imaginé que fuera Olenka.- comento Christian. - ¿Pueden creer que llegara a mi oficina con un contrato prenupcial y exigiendo que vuelva con Judith?- cuestiono incrédulo. - Si hermano mio, el señor esta afligido porque su empresa se esta yendo a la banca rota y sabe que nosotros podemos ser su salvación de alguna manera.- explico Christian. - ¿Que respondiste cuando te hizo la propuesta?- pregunto Cristel curiosa. - Le dije que se fuera al diablo y que se metiera el contrato por donde no le pega el sol... llame a Judith y le dije que dejará de mandar a su madre para que volvamos, ya estoy arto de escucharla chillar por todo lo que hago y me importa un carajo lo que digan, mi amor es Adele y me voy a quedar con Adele.- suspiro Elliot realmente enojado. - ¿Te das cuenta de que Adele podría ser tu madre? ah no espera, es la mejor amiga de mamá y te la estas cogiendo desde hace un año.- dijo Cristel rodando los ojos. - Cristel no empieces.- Christian la vio con seriedad. - ¡Ya, ya... me cayo!- suspiro de forma pesada- Ademas ya saben que se va a armar el desmadre cuando todos sepan que insultó a la bruja esa.- dijo Cristel haciendo que ambos la vieran. - De papá me encargo yo y no me importa la bronca que mamá me vaya a tirar, estoy enamorado de Adele y no me importa que me lleve veinte años de diferencia porque es una mujer espectacular, se que les dije que lo nuestro era un juego pero ya no aguanto ocultarlo y los dos sentimos lo mismo.- apoyo los codos sobre sus rodillas cubriéndose el rostro. - Papá no tiene porque saber esas cosas burro, solo tenemos que librarnos de la familia Friedman, ellos nos van a apoyar en todas las decisiones que tomemos.- comento ella sonriendo tratando de darle ánimos a su hermano que se veía realmente angustiado. - Cristel tiene razón, nuestros padres son muy comprensivos con quien no la vamos a tener fácil va a ser con Jed, son sus mejores amigas y de Lucia ya no se diga.- comento Christian poniéndose de pie nuevamente.  - Al menos a ustedes los considera sus nietos y a mi una bastarda.- Cristel suspiro de forma pesada. Christian sirvió dos vasos con licor, uno para él y otro para su hermano, para Cristel saco una botella de jugo de una pequeña nevera que tenia en su oficina; los tres estaban metidos en esa nube de diferentes conflictos y de la cual sabían que tenían que salir por su propia estabilidad mental, se quedaron hablando un rato mas en la oficina sobre temas relacionados con la empresa y aunque Cristel no tomaba su puesto, quería involucrarse con el trabajo que iba a tener que desarrollar mas adelante de forma permanente. Salió de aquel edificio con un propósito muy claro, encontrar el pecado en Milena antes que ella descubriera el de Christian y también de buscar la forma de librarse de Dylan de una vez por todas, porque algo tenia muy en claro, no se iba a casar y ni siquiera usaba el anillo que le dio, decidió ir a casa para saludar a su padre ya que no lo había visto desde que llego a Miami y este le mando un mensaje invitándola a cenar en casa con todos. - Buenas tardes.- dijo cuando vio a muchas mujeres en la sala con su madre, que estaba sorprendida de verla en casa. - ¿Por que no me dijiste que ibas a venir?- pregunto Sabina con una sonrisa dulce. - Me surgió de ultimo momento venir, papá me mando un mensaje invitándome a cenar.- sonrió de lado divertida. - ¿Por que rechazaste las invitaciones de mi hijo en esta semana?- pregunto Olenka que también estaba ahí. - Porque tenia la semana ocupada, tenia cenas pendientes con mis hermanos.- rodo los ojos fastidiada solo de verla. - Sigo pensando que tienen mucha cercanía y las cosas se podrían mal interpretar entre ellos.- Olenka la vio de pies a cabeza, juzgando obviamente la forma en que iba vestida. Cristel no se vestía mal, siempre había tenido buen gusto para elegir la ropa que se iba a poner y en aquellos momentos llevaba un pantalón de mezclilla azul oscuro, una blusa negra con mangas cortas y con un escote en V que dejaba ver su pecho, botines y una cartera cruzada; para nada mal vestida, sin embargo por la expresión que puso Olenka al verla sabia que criticaría su vestimenta en el primer segundo que tuviera la oportunidad.  - Es mi hermano, en que cabeza retorcida podría caber la idea de que las cosas se mal interpreten con un hermano.- cada vez le era más imposible controlar su mal humor cerca de aquella mujer. - Pasas demasiado tiempo con Christian, hay momentos que prefiere salir contigo que conmigo, deberías darme mi lugar como su novia y alejarte de él.- Milena salio de la cocina. - Por algo será, la familia siempre se pone primero estúpida.- vio a su madre quien no decía nada por pena. - Nos vamos a casar y aunque no te guste yo voy a formar parte de esta familia.- se cruzo do brazos frente a Cristel. - ¿Cuando te propuso matrimonio?- pregunto Sabina viendo a su hija y después a la Milena. - Nunca...- Cristel sonrió con burla- Christian no le ha propuesto matrimonio en ningún momento, pero Armin lo esta presionando para eso.- se cruzo de brazos igualmente. - Ya va siendo hora de que se casen, llevan cinco años juntos al igual que Elliot y Judith... Cristel acepto el anillo...- vio las manos de ella- ¿Donde esta el anillo?- pregunto sorprendida. - Por algún lado en el apartamento de Christian, si no es que en la basura.- se encogió de hombros como si nada. - Que falta de respeto con mi hijo, de verdad que eres una mujer muy irresponsable, no mereces a un hombre tan bueno como él.- Olenka vio a Sabina. - Si es tan mala entonces hay que romper el compromiso que tienen...- Sabina también ya estaba comenzando a aburrirse de esa familia- Te has venido a quejar de mis hijos y has estado reclamando, si son tan malos hay que romper todas las relaciones porque mis hijos son muy malos para los tuyos.- la vio con seriedad. - No ¿Por que? tus hijos se tienen que casar con los míos y juntar sus empresas, ademas no creo que quieras que tu marido pierda la amistad de tantos años con el mio por simples caprichos tontos.- Olenka era una víbora venenosa. - Les voy a pedir que se retiren, tengo que preparar la cena para mi esposo y mis hijos.- Sabina suspiro profundo y se fue a la cocina. - ¡Al carajo brujas!- dijo Cristel sin ningún filtro. Vio a las mujeres salir de la casa bastante molestas por lo que acababa de pasar, Cristel fue a la cocina con su madre para ayudarla a preparar la cena y aunque Sabina no dijo nada sabia que no estaba nada contenta con las palabras de Olenka, la mujer se la pasaba despotricando veneno sobre cualquier persona que se le cruzaba por delante y aunque Adele se la pasaba diciéndole que la amistad que tenían era muy mala Sabina le tenia mucha pena pues nadie quería a la mujer como su amiga. Salio de la cocina cuando su madre se enojo porque se le quemo la cebolla que había puesto en la sartén, fue a la sala de danza que su padre armo para ella y se acerco a las telas que estaban colgadas del techo las cuales uso en mas de una ocasión mientras practicaba la danza aérea, pensó que su padre iba a quitar todo cuando comenzó a estudiar la universidad, pero aun seguían ahí adornando el espacio como el resto de cosas que uso en sus practicas de baile, entre ellas el tubo. Estuvo practicando un rato y seguía manteniendo la misma técnica  desde hace años, cuando se aburrió decidió subir a su antigua habitación la cual estaba tal como la dejo hace años; cuando le comento a Patrick que pensaba volver a Miami el hombre le dijo que podía quedarse en casa el tiempo que quisiera, sin embargo lo rechazo porque sabia que iba a tener a Jed observando cada uno de sus movimientos y no tendría la misma libertad que tenia estando con alguno de sus hermanos, se sentó en la cama y se cubrió el rostro con ambas manos dejando salir un profundo suspiro mientras pensaba en la situación con Dylan, mientras pensaba escucho la puerta de su habitación abrirse y vio a Jed entrar.  - Mamá dice que bajes a cenar.- dijo la mujer cruzándose de brazos. - Gracias Jed.- se puso en pie totalmente desganada. - Pensé que no ibas a venir, Dylan me llamo preguntando por ti, dijo que no le has contestando las llamadas.- comento Jed de la nada. - Si ya se, no me interesa hablar con él.- vio su pequeña cartera y la acomodo mejor en su hombro. - No comprendo porque eres así de idiota, tienes a un buen tipo soportando tus caprichos y malcriadezas, ya estas bastante mayorcita ¿Cuando vas a madurar? eres ridícula.- Jed estaba a favor de los Friedman. - Nadie ha pedido tu opinión y me gustaría que te cayes porque no estoy de ánimos para escuchar tus berridos, si tan bueno es ¿Por que no te empatas con él? a mi me importa un carajo.- frunció el ceño molesta. - Es un chiquillo, he puesto mis ojos sobre el socio de papá, un hombre maduro y con mucho dinero.- movió su cabeza de un lado a otro con prepotencia. - ¿Solo te importa su dinero?- pregunto Cristel mientras la veía. - Mis amigas y yo tenemos una filosofía, estamos buscando a hombres que sean proveedores que si quieren una mujer bonita a su lado deben ganársela a punta de lugares caros para cenar y regalos lujosos.- dijo Jed como si sus palabras fueran algo para enorgullecerse. - Y son tus amigas las que quieren embaucar a tus hermanos con esa misma estúpida filosofía.- Cristel se cruzo de brazos molesta. - Ese no es mi problema, querían jugar a los empresarios y ahora que se atengan a las consecuencias, porque ninguna mujer los va a querer para nada más que su dinero.- se encogió de hombros como si nada. - Los celos te matan Jed, no puedo creer que sigas enojada porque no te quisimos incluir en nuestra empresa.- sonrió de lado con ironía. - ¡Yo tenia que ser la jefa de esa empresa, yo soy la mayor y yo era la mejor para eso!- alzo la voz un poco. - Cuando te hicimos la propuesta nos mandaste al diablo, te burlaste de nuestras ideas y dijiste que no ibas a dar un solo centavo para apoyarnos... fuimos nosotros quienes nos jodimos el lomo trabajando para levantarla y la abuela nos ayudo un poco.- Cristel tambien le reclamo. - A mi que me importa, yo soy la mayor y yo tenia que ser la jefa.- rodo los ojos. - Las cosas no se hacen solo por tus ovarios y ojala el socio de papá ni siquiera note tu presencia porque no vales la pena como mujer ni como persona.- se dio la vuelta para salir de la habitación. Entre ellas había una rivalidad prácticamente desde que Cristel tenia unos diez años, prestaba su ayuda a todos sus hermanos sin reproches y los quería igual que a sus padres, sin embargo Jed buscaba cada momento para reclamarle algún error o criticar sus decisiones, eso las mantenía en constantes discusiones y en miradas fulminantes porque tenían ideas completamente opuestas. Ambas bajaron al comedor y como era de esperar estaban todos reunidos, Elliot le dio un abrazo seguido de un beso en la cabeza imaginando por el semblante de ambas que se habían dedicado alguna que otra palabra ofensiva, eso, por desgracia, ya era una costumbre en la familia. - ¡Mi princesa!- la voz alta y profunda de Patrick sobresalto a todos porque fue repentina. - ¡Papi!- Cristel corrió a sus brazos. - Esta por cumplir veinticuatro años, no se porque la sigues tratando como a una niña.- dijo Jed rodando los ojos. - ¿Celos o reclamos?- Christian vio a su hermana. - Ustedes dos son mis princesas así y tengan cien años, ellos son mis campeones igualmente.- Patrick extendió sus brazos para que todos lo abrazaran. - Vengan a sentarse para comer.- dijo Sabina viéndolos hechos un nudo por el abrazo. - Claro que si mi hermosa reina, diosa de mi universo, amor de mi vida, gloria del placer.- Patrick fue hacia ella para besarla de forma apasionada. - ¡Avemaría papá que estamos presentes!- dijo Elliot cubriéndose los ojos haciendo que todos se rieran. - Mira muchacho, tu no tienes derecho a reclamar porque en las situaciones en las que te he encontrado te va a caer un rayo en seco.- señalo a su hijo. - Elliot es la zorra de la casa.- dijo Cristel con burla y él le pego un codazo. - ¡Cristel cuida esa boca!- Sabina la regaño. Durante la cena todos estuvieron concentrados en sus propias conversaciones, Patrick y Jed le estaban contando a Sabina como había sido su día trabajando en el hotel y a todos los clientes que habían recibido; Cristel llevaba horas sintiendo su celular vibrar con las constantes llamadas y de forma discreta lo saco de su cartera para ver que tenia cincuenta llamadas perdidas por parte de Dylan, reviso los mensajes que tenia en su celular y se dio cuenta que eran mas de cien. - ¿Se van a quedar esta noche?- pregunto Patrick haciendo que ella guardara su celular. - Yo volveré al apartamento de Christian, después de la cena iré a hablar con Dylan de unas cosas.- comento Cristel. - Yo tengo trabajo que hacer, tengo unos cuantos contratos que revisar.- dijo Christian. - Yo si me quedo.- Elliot sonrió divertido. Terminaron de cenar y Cristel salio de casa con intención de ir a reunirse con Dylan en un parque no estaba tan lejos del apartamento de Christian, estaciono su auto detrás de otro y bajo para caminar hacia donde se supone que debería estar su novio, vio al hombre hablando con un par de chicas que al parecer iban paseando sus mascotas y ya estaba acostumbrada a que esas cosas pasaran, le daba lo mismo porque dejó de sentir celos, dejó de sentir muchas cosas después de las decepciones que se llevo. - ¿Vamos a hablar?- pregunto Cristel consiguiendo que las tres personas la vieran. - Te cite hace cinco minutos, te retrasaste.- dijo Dylan viéndola con desdén. - Okey nos vemos.- se dio media vuelta y se fue, pero Dylan la tomo del brazo con fuerza. - ¡Tu no te vas a ningún lado, te he estado llamando y no has respondido ninguna de las llamadas!- gruño el hombre llevándola lejos del camino mas transitado. - ¡Suéltame que me lastimas!- Cristel se soltó de un jalón. - ¿Con quien estabas?- pregunto Dylan muy enojado. - Estaba con mi hermano y si no te respondí es porque no quería saber de ti.- se cruzo de brazos enojada porque la lastimo bastante. - ¡No te creo, eres una puta que seguramente te estabas revolcando con tu amante!- alzo la voz ya que no había nadie cerca, aunque no le importaba realmente quien los escuchará pelear. - Deja de estar gritando y no me faltes el respeto.- Cristel frunció el ceño. - ¿Que respeto zorra?- la empujo- Mas te vale que comiences a respetarme o vas a conseguir enojarme y te vas a ganar mi furia.- la amenazo. - Jamas te he faltado el respeto y nunca tuve necesidad de engañarte como tu a mi, ademas tu no te mereces ningún respeto infeliz.- tras sus palabras recibió una bofetada bastante fuerte. - ¡Cierra el hocico o te lo cierro yo!- la tomo del cabello y ambos se sentaron en una banca- Estas prometida conmigo y de ahora en adelante vas a comenzar a bajar la cabeza cuando me hables.- la hizo bajar la cabeza porque aun la tenia sujeta del cabello. - ¡Jamas te voy a bajar la cabeza imbécil!- Cristel uso todas sus fuerzas para mantener la cabeza en alto. - ¿Que no?- le pellizco el costado izquierdo con fuerza- ¡Al hombre de la casa se le respeta y si no quieres yo no tengo problemas en enseñarte a respetarme!- retorció la piel hasta que la escucho chillar del dolor. - ¡En tus sueños me voy a someter a tus estupideces!- Cristel trato de contener las lágrimas. - Eres mía ¿lo olvidaste? nos vamos a casar, pero primero te tengo que enseñar a respetar al hombre y vas a acatar mis reglas o te va a ir mal, así de simple ¿Y sabes por que? porque eres mi mujer.- la soltó dándole un empujón que casi la tira de la banca. - ¿Que reglas?- pregunto incrédula porque era la primera vez que le pegaba una bofetada.  - Vas a dejar de trabajar y vas a dejar de ver a tus estúpidos hermanos, Elliot corto con Judith y tu vas a cortar relación con ellos.- dijo Dylan muy seguro de que ella iba a acatar esas estupideces. - No voy a hacer ninguna de esas cosas, la empresa es mía y ellos son mi familia, ni tu ni nadie me van a separar de ellos.- negó con la cabeza. - La empresa la voy a tomar yo estúpida y la voy a administrar yo, las mujeres se hicieron para estar en la casa y atender a su marido cuando llega del trabajo.- Dylan estaba mostrando una cara completamente opuesta a la que había tenido antes. - ¡Tu no vas a administrar nada maldita sanguijuela!- Cristel se puso en pie dispuesta a irse pero él la sentó de nuevo. - Cuidado con lo que dices muñeca...- volvió a pellizcarle con mas fuerza y ella lo empujo tratando de que la soltara- Las lágrimas que estas derramando ahora mismo pueden ser peores y tu no sabes de lo que soy capaz.- susurro en su oreja antes de liberarla. - Esto no se va a quedar así.- Cristel puso su mano sobre la zona lastimada. - ¿Que vas a hacer? ¿Contarle a tus hermanos o a tus padres? ¿Quien te va a creer maldita zorra? ¿Tan egoísta eres para arruinarle la amistad a tu padre? eres una basura que no vale nada y agradece que me voy a casar contigo porque nadie mas quisiera hacerlo, enana, fea, con los ojos cruzados, grandes orejas y con un cuerpo flojo... hasta los senos te cuelgan, das asco...- se puso en pie- Agradece que yo quiera casarme contigo bruta, porque no eres más que eso, una bruta ¿Por que crees que no eres la jefa? hasta Christian sabe que eres una tarada que no sabe hacer nada bien.- le dio tres palmadas en la mejilla derecha antes de irse. Cristel se quedo sentada en aquella banca tratando de no romper en llanto aunque poco importaría ya que nadie pasaba por esos rumbos, Dylan jamas había llegado tan lejos como esa noche y jamas la había lastimado tanto, desde que la relación se quebró eran peleas de gritos y de empujones, no de golpes o de pellizcos; las ultimas palabras que le dijo despertaron viejos complejos en Cristel que ella creía superados, pero se quedo pensando si realmente su cuerpo era desagradable para los hombres tanto como lo fue para ella en un tiempo, sus inseguridades fueron uno de los motivos por los que decidió irse con Irina y es que sentía que sola no iba a poder superarlos y la mujer era psicóloga, su mejor apoyo por todo ese tiempo que estuvo con ella.
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