Capítulo 2: Arpías con cara de niña.

951 Words
El único problema era el tipo que lo acompañaba. ¿Por qué diablos lo había llevado? El mismo Luis dijo que ni siquiera eran tan amigos. Entonces, ¿qué demonios hacia ahí? Era bastante desagradable, demasiado cínico y atrevido, en su opinión claro, porque todas las demás babeaban nada más verlo. Axel llevaba toda la tarde mirándola con esos penetrantes ojos verdes que la hacían revisar si su traje de baño estaba en su lugar, o sí su ropa enseñaba más de lo moralmente permitido. Su mejor amiga; Luisa, le contó que lo habían expulsado de varias universidades por problemas de apuestas. Al principio, Kiara no creyó posible que Luis se codeara con semejante sujeto. Él siempre tan correcto, discreto, serio, reservado e intelectual Luis Alcázar Leman, suspiraba cada vez que pronunciaba su nombre, amaba su nombre, tenía un cuaderno al que no le cabía una sola letra más, escrito con el nombre que usaría después de casarse con él: “Kiara Villareal de Alcázar”. Había soñado infinidad de veces con esa noche en la que por fin sería suya para siempre y finalmente, el momento tan esperado, había llegado. En cuanto llegaron a la casa y después de leerles a todos la cartilla, los chaperónes de la fiesta se encerraron en el estudio y solo salían de vez en cuando para vigilarlos. Kiara se acercó para ofrecerles una botella de Tequila añejo, de las mejores que su padre tenia en la cava, en agradecimiento por aceptar ser los adultos responsables de su fiesta. Esa fue la ingenua condición que sus padres le impusieron para autorizar el viaje a la casa de la playa, solos, es decir, sin la supervisión de los padres. Había conseguido que Luis tomara varios tragos de tequila, proponiendo brindis por tonterías y luego, inocentemente se iba de la habitación. Regreso varias veces con el pretexto de asegurarse que ellos también se la estuvieran pasando bien. En cuanto abrió la puerta del estudio de su padre, noto que el contenido de la botella estaba muy por debajo de la mitad. Luis se había levantado caballerosamente, pero perdió el equilibrio y cayo pesadamente contra la silla donde estuvo sentado, esta se recorrió con el peso y rayo el piso de madera. —Será mejor que lo lleve arriba para que duerma la borrachera —comento Axel dejando el vaso sobre el escritorio y levantándose sin trastabillar ni un poco. Era él quien prácticamente se había bebido casi todo el contenido que faltaba en la botella. —Te ayudare. Se dónde puede descansar mejor —tomo el brazo que colgaba inerte a un costado. Axel le dedico una mirada muy significativa, porque para empezar, ni necesitaba su ayuda y tampoco era que ayudara demasiado. Sabía que algo tramaba la mocosa engreída y quizás, si Luis no fuera un idiota y un dolor de huevos para él, podría evitar que consiguiera lo que sea que pretendiera sacar de él. Sin embargo, no eran tan amigos y le importaba una mierda lo que pasara entre él y esa mocosa tonta. Así que lo llevo a donde ella le indico y lo dejo en la cama, ambos se quedaron mirándolo, cada uno a un costado de la cama. —Deberías ir con tus amigos. Luis estará bien, solo esta… algo ebrio. Kiara titubeo, no sabía qué hacer ante la orden que ese idiota se atrevió a darle, disfrazada de sugerencia. Ella no respondía bien a la autoridad, no estaba acostumbrada a que la mandaran y menos un tipo cualquiera. —¡Claro, papá! Enseguida… —¡Como sea….! Obviamente noto el sarcasmo en la voz, la miro con indiferencia y salió de la habitación. Que haga lo que quiera, se dijo con fastidio, le importaba un comino, de hecho, él ni siquiera debería estar ahí. Salió de la casa y rodó los ojos, el jardín estaba atestado de universitarios ebrios que jugaban juegos estúpidos para ver quien bebía más o se veía forzado a develar cualquier estúpido secreto que le interesara saber a los otros. Las chicas se acercaron y le bloquearon el camino, había algunas muy guapas y otras con unos cuerpos de infarto, pero todas eran unas niñas tontas, le dedicaban miradas cargadas de lascivia, le hacían gestos seductores y lo invitaban a acercarse, pero se abrió paso entre ellas sin ponerles demasiada atención y paso de largo hacia la playa. Ya le había pasado antes y era un estúpido error que no iba a permitir que ocurriera de nuevo. Todas esas chiquillas eran las hijas de las familias más adineradas y poderosas de la ciudad o quizá del país, la única vez que entablo una conversación inocente con una de ellas, a los pocos meses la muy tonta salió embarazada y pretendieron obligarlo a casarse con ella. Trato de hacerla entrar en razón, le pidió de buena manera que aclarara el asunto y dijera la verdad, pero se negó rotundamente. Por supuesto que ese bebe no existía, lo había hecho con toda la intención de obligarlo a casarse con ella y cuando su propia familia lo cuestiono, él les dijo toda la verdad pero no le creyeron y como se rehusó terminantemente a casarse con la chica, ella dijo que la había obligado abortar. Su familia prefirió creerle a una extraña y lo exiliaron. Su padre le dijo que se fuera y no volviera nunca porque, él no había traído al mundo, cobardes. Lo desconoció como hijo, lo desheredo y le prohibió a toda la familia, tener cualquier tipo de contacto con él. En su vida se le ocurriría volver a acercarse a cualquiera de esas arpías con cara de niña, eran peores que una viuda negra.
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