Capítulo 2MIENTRAS conducía su carruaje de regreso a Londres, el Conde pensó que todo era muy diferente a como se lo había imaginado. Todavía no podía creer que, después de haber hecho su primera proposición matrimonial, lo hubieran dejado en suspenso; que no le hubieran dado ni un “sí” ni un “no”. No estaba seguro, sin embargo, que hacer al respecto. Debido a que se sentía un poco alterado, se fue al club White's a buscar a sus amigos. Al entrar vio a Lord William Dale sentado solo en un rincón del llamado Salón de la Mañana. Siguiendo un impulso, se dirigió hacia él y se sentó. −¡Milord, acabo de proponer en matrimonio a su hija!− dijo, con un tono un poco agresivo. La expresión sombría que había en la cara de Lord William desapareció. El hombre se irguió en su asiento. −¡Mi Queri