* Godfrey iba a trompicones y corriendo hacia el puerto, respirando con dificultad y jadeando, no sabía que su cuerpo podía moverse tan deprisa. Seguía a los demás, Merek y Ario, y a Silis y a sus hombres, sin aliento, preguntándose cómo podían correr tan rápido. Los únicos que iban más lentos que él eran Akorth y Fulton y aquello no era gran cosa. Mientras el sudor bajaba por sus ojos, por su espalda, Godfrey se maldijo a sí mismo una vez más por beber tantas jarras de cerveza. Si conseguía sobrevivir a esta prueba, prometía volver a ponerse en forma. Godfrey escuchó un grito detrás de él y se dio la vuelta y vio que los ejércitos invasores de los Caballeros de los Siete estaban matando a hachazos a los soldados de Volusia. Tragó saliva cuando se dio la vuelta y miró hacia delante, en l