CAPÍTULO DIEZ Thorgin estaba en la proa del barco, agarrando con fuerza la empuñadura de su espada y mirando horrorizado al enorme monstruo marino que salía de las profundidades del mar. Era del mismo color que el mar de sangre que había allá abajo y, al alzarse más y más, proyectaba una sombra sobre la poca luz que había en aquella Tierra de Sangre. Abrió sus enormes mandíbulas, dejando al descubierto docenas de filas de afilados dientes y lanzaba sus tentáculos en todas direcciones, algunos de ellos más largos que el barco, como si una criatura llegara de las mismas profundidades del infierno para darles un abrazo. Entonces se precipitó hacia el barco, dispuesto a tragárselos a todos. Al lado de Thorgrin, Reece, Selese, O’Connor, Indra, Matus, Elden y Angel, todos ellos sujetando sus