Voy a Protegerte

Capitulo 2

Marcela.

—Marce, una urgencia con un policía.

—Uhhh no, vamos. —corremos por los pasillos porque el hospital tiene la prioridad a los servicios primero, bombero y policías se atienen de forma inmediata—. ¿Qué cubículo?.

—El dos. —agarro unos guantes poniéndomelos.

—Ven por si hay que activar emergencia. —abro la puerta y lo primero que veo son las piernas de un hombre sentado en la silla con las piernas abiertas moviéndolas cual niño inquieto, botas como de combate, pantalón guerrillero, subo un poco la vista viendo un porta arma en el muslo, subo mas viendo un vientre plato, cintura angosta, pecho y hombros grandes, y los brazos doblados, cuando subo mas lo conozco, es el amigo de Ignacio y se esta soplando un dedo—. Hola...

—Hola, menos mal que eres tu. —me giro viendo a Mariza que queda como en shock.

—Si te necesito te llamo. —sale sorprendida porque le han dicho que era una urgencia, cierro la puerta y me acerco—. Bueno, dime que te sucede.

—Me lastimé el dedo.

—Déjame ver.

—Ten cuidado porque de verdad me duele. —estiro mi mano pidiendo la de él, enciendo la lampara que tenemos y lo miro bien la mano—. Aaajjj, cuidado por favor.

—Te estoy mirando no mas, ni te toqué.

—Es que me duele por eso.

—¿Y con qué te lastimaste?.

—Bueno, un chico con bracket pensó que no sé, mi dedo era para comer, y pasó los dientes asi. —lo miro sin creer porque me muestra como que el lleva la mano y que estaba la boca del chico.

—¿Ósea que le diste una trompada a un chico con bracket?.

—Si lo quieres poner asi esta bien, pero vine porque me salía mucha sangre.

—Si, un poco mas y te abre hasta el hueso.

—Que hijo de puta, pendejo de mierda, cuando lo agarre le voy a arrancar esas mierdas con las manos. —me muerdo los labios cuando comienzo a reir—. ¿Me tendrás que poner la antitetánica?.

—¿Quieres que te la ponga?. —alza las cejas sonriendo y siento que mi cara es fuego.

—Si digo lo que pienso me das una patada sin entenderme. —busco las cosas para coserlo, porque le abrió unos buenos centímetros y le tengo que poner una antitetánica, porque a parte de tener abierto tiene una tremenda mordedura.

—Bueno, ¿Qué dirías?. —vuelvo a la mesa con las cosas y me siento—. Permiso, tienes que poner la mano asi para que pueda coserte.

—Ay mi señor, odio las agujas.

—Esos tatuajes me dicen lo contrario.

—Aaahhh, los tatuajes son de machos, las inyecciones no. —acerco mas la luz riendo asi lo desinfecto y lo coso—. Mmmmjjjjj.

—Intento ir rapido lo juro.

—Lo sé, lo sé. —termino de coser y ahi lo miro, tiene la cabeza tirada hacia atras rojo de dolor.

—Listo, ve a la camilla por favor.

—¿Dónde me la vas a poner?.

—En la camilla, asi es mas comodo y... —cuando sonríe sé que me equivoqué de palabras—. Es mejor en el muslo, si la coloco en el brazo vas a tenerlo dormido, en el muslo tienes mas musculo y vas a poder andar bien, solo un poco baja el pantalón, no hace falta que te lo saques. —se acomoda enseguida, preparo la jeringa y me acerco—. ¿Ignacio cómo se encuentra?.

—Bien, esta ahi afuera, me dijo que estabas de turno y que vengamos aca asi me atendías.

—Ah mira, si mi hermana se entera.

—No le digas, este trabajo las mujeres no lo entienden, debemmmmm. —aprieta la cara con fuerza—. Debemos ocultar muchas cosas.

—¿Cómo infidelidades?.

—¿Ignacio infiel?, naaaaa, se nota que no lo conoces.

—No, no lo conozco, es solo el novio de mi hermana, nada mas.

—Bueno, te cuento.

—Puedes pararte.

—Ignacio jamás engañaría a tu hermana, de eso estoy mas que seguro, pongo las manos al fuego por él.

—Que bueno, yo tambien pongo las manos al fuego por mi hermana y lo que a ella le pase me pasa a mi.

—Él si confía en ti. —lo miro justo cuando se esta abrochando los pantalones, subo a su cara que sonríe alzándome una ceja, vuelvo la mirada a la pileta donde me lavo las manos y roja porque en un momento lo vi asi en mi cama, acomodándose la ropa con una sonrisa—. Sabes, te queria invitar a cenar.

—Ja, mirelo al tipo.

—El vienes a la noche si te parece.

—Trabajo.

—Ignacio dijo otra cosa. —aprieto los labios con fuerza—. Si no quieres dímelo, no inventes cosas. —me giro asintiendo.

—Si, acepto.

—Bien. —va a la mesita donde escribe algo—. Mi numero, mándame mensaje por favor, no me dejes esperando. —abre la puerta y salgo atras de él, Ignacio esta sentado casi ocupando toda una tira de sillas y con el celular, los que esperan lo miran, no sé como no se da cuenta que todos en la guardia están mirándolo—. Amigo, ya estoy.

—Eh Marce. —viene sonriendo a darme un abrazo—. Gracias por hacerle nana a mi amigo. —me da mucha risa porque su amigo le da un golpazo en la espalda—. Ay, no te sobó la colita por lo que veo, y yo no pienso sobarte nada.

—Ojo con los puntos. —queda con la mano en alto sin darle el golpe—. Vienes de nuevo directamente mando pedido de que te corten el dedo.

—Que drástica que eres.

—Bueno, nos vemos Marce.

—Chao, buena noche.

—Señorita, sabe que estoy hace una hora esperando.

—Si, pase, —la anciana entra con una chica—. Disculpen, estaba en una emergencia con un bebito, me desocupe y me dijeron que estaba el policía herido, pero ahora si, cuénteme que sucede.

Disimuladamente saco el papel con el numero de teléfono y me lo guardo en el bolsillo, y me tengo que obligar a no pensar en él, en ese hombre varonil, que desprende masculinidad, que se ve un hombre responsable, divertido, ese hombre que desde la primera vez que lo vi fui en el cumpleaños de Ignacio hace unos dias, y me hizo sentir deseo cuando se acercó a mi con una sonrisa enorme y todo precioso, mis pechos se apretaron, tuve que apretar las piernas porque no sabia que me pasaba, hablamos mucho tiempo y mis hijas lo amaron porque le hablan y preguntaban de todo y él les respondía con mucha amabilidad, no digo que seria mi marido ni el padre de mis hijas, digo que para una noche es un buen candidato, porque no creo que sea un hombre de compromiso, lo dijo, a las mujeres debía mentirles, y eso no me agradó ni un poco, pero pasar la noche a que me diga la verdad es otro asunto a parte, yo quiero que me saque las ganas nada mas, ganas que tengo de hace mas de tres años encima.

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