Capitulo 1
Patricio.
Me despierto cuando el celular suena, pero me doy cuenta que no es mi habitación, miro a los lados sin saber donde estoy, me siento de golpe mirando todo, me paro de golpe casi que asustado hasta que recuerdo que es la habitación de mi hermano, me vuelvo a sentar en la cama recordando todo, vine a desayunar donde mis papás y me quedé a dormir una siesta para no ir hasta mi casa, tengo que volver al trabajo y venir donde mis papás es mas rápido que a mi departamento, por eso cuando hago muchas horas con poco tiempo de recuperación me vengo aca que me es super practico, y sin decir y es de rata, me dan de comer, me puedo bañar y ropa limpia, por eso ahora bajo en bóxer asi como algo antes de irme, ya todos almorzaron y me guardan.
—¿Mamiiii?.
—Aca hijo. —fregándome el pelo voy a la cocina, esta sentada tomando mates y mirando programas de chimento.
—Ay mami, ¿Por qué miras esa porquería?.
—A mi me gusta nene, deja de molestarme, siéntate que ya estoy calentando la comida.
—Si, voy por agu... —quedo tieso viendo a Camila.
—Hola.
—Hola. —la miro a mi mamá y sin decir nada me voy al lavadero a buscar mi ropa, no puedo andar medio en bolas delante de ella.
—No te enojes con tu mami, vine a verla. —en silencio me pongo el uniforme para quedar listo, me pongo las medias y agarrando los borsegos salgo del lavadero—. Pato espera. —quedo mirando hacia la puerta y ella agarrándome del brazo—. Pato vamos, me debes la charla.
—No te debo nada, y a la casa de mi mamá no voy a mandar, recibe la visita que ella quiera, solo que no quiero hablar, listo. —me siento sonriéndole a mi mamá que me trae un tremendo plato de ñoquis—. Nooo mamita, que delicia.
—Jose sabia que ibas a querer ñoquis, entonces hizo.
—Esa quiere que le regale una cartera carísima que me mandó captura anoche.
—¡No vas a llegar con la cartera Patricio!.
—Ni en pedo mamá, medio sueldo mío sale la cartera que no sé que le ve de lindo. —le pongo queso rayado y me sirve un vaso grande lleno de hielo con gaseosa—. Mmmm mami, están buenísimos.
—Cuando comí sabían igual que lo recordaba. —la miro masticando lento.
—¿Hasta cuándo trabajas?.
—Hasta mañana a las dos o talvez más, no lo sé aún.
—Te dejo preparada la cama asi te acuestas enseguida.
—Si.
—Sigues trabajando mucho por lo que veo.
—Las cuentas no se pagan solas, —agarro mi teléfono ignorándola completamente, no tengo ganas de saber del trabajo pero reviso los mensajes asi me distraigo con eso.
Nacho—. ¿Amigo, te pasó a buscar?.
Pato—. Y si capo, me trajiste, dejé mi camioneta en la estación.
Nacho—. Bájame a esos humos loco, te doy una paliza cuando te vea.
Pato—. Esta Camila donde mi mamá, ¿Cómo quieres que este?.
Nacho—. Uh mierda, ahora aguantarte con ese humor de mierda que tienes.
Pato—. Asi se comienza, tómalo o déjalo.
Nacho—. Te tiro por ahi que me calienta, asi no te aguanto te juro.
Pato—. Tu porque tienes con quién, yo no.
—Hijo te estamos hablando.
—Perdón mami, ¿Qué me decias?.
—Yo te decía si estas saliendo con alguien.
—Si, salgo con una chica. —Camila deja de sonreír alzando las cejas—. Nos estamos conociendo la verdad.
—No me dijiste nada Patricio.
—Ay mamá, soy un hombre mayor, tengo mis secretos y bien guardados mira.
—¿Compañera del trabajo?.
—No.
—¿Y dónde la conociste?.
—Eso, ¿Dónde la conociste?. —estaba por responderle muy mal pero mi mamá interviene.
—En el cumpleaños de Ignacio.
—¿Todavía existe ese imbécil?.
—Hago la misma pregunta, pero contigo.
—Pato por favor hijo.
—Ya me voy, ¿me lo guardas para llevar?.
—Pero come tranquilo.
—Ahi viene mi amigo Ignacio a buscarme, mi gran amigo que me dice la verdad, que no me oculta nada y sin miedo.
—¿De qué hablas?.
—Nada, cosa mía. —me ajusto los borsegos mientras ella me guarda la comida en un taper.
—Eh. —Jose entra sorprendida de ver a Camila—. Me crucé a Nachin y me alcanzó.
—Me habia escrito que ya venia, ¿Dónde andabas?.
—Fui donde Ara, ¿por?.
—Nada, creí que me ibas a preparar la comida y no dejar a mamá sola.
—Ay que pesado. —voy a la cocina buscando una botella de hielo para llevarme y las cosas que preparó mi mamá—. Espera, te doy unos pancitos que hice.
—Uujjj que rico. —me envuelve todo y salgo sin despedir a Camila.
—¿TRAES DE COMER?.
—SIII, ÑOQUIS. —me rio cuando se cambia de lugar en el auto.
—Ve con Dios hijo, no me dejes sin saber de ti.
—Si mami, te escribo, cuídate. —en el auto le doy el taper y arranco—. Puedes comerlos todo, se me fue el hambre.
—Esa turra, yo en tu lugar le digo a tu familia que te hizo, asi dejan de invitarla por Dios santo.
—Es hija de la amiga de mi mamá, si le digo se van a pelear.
—Pero se abusa. —lo miro como un poco mas se manda el taper entero a la boca—. Mmm, atiende. —agarro su teléfono atendiendo.
—¿Ignacio?.
—Hola, soy Patricio, esta aca a mi lado comiendo, ¿sucede algo?.
—¿Están trabajando?.
—Marce, dime. —toma agua agarrando el teléfono.
—Es que pinche, no quiero molestar pero llamé a una grúa y me arrancan la cabeza, y no sé cambiar la rueda.
—¿Dónde estás?. —freno un poco para saber hacia donde ir.
—En el hospital.
—Estoy a unas cuadras, ahi voy.
—Dale.
—Bueno, al hospital publico vamos, discúlpame pero dos minutos me va a tomar.
—Cero drama, tu cuñada si que esta bien buena.
—Te vi en mi cumpleaños, ¿Qué tanto hablaban?.
—Nada importante, cosas de la casa, de la chacra, no mucho, pero si me pareció muy simpática. —sonrío y termino riendo porque me da unos golpes—. Bueno bueno, me re gustó amigo, no crei volver a verla la verdad.
—Te consigo el numero.
—Ya lo tienes.
—Debo consultarle, no te lo puedo dar asi como asi, se me enoja la gordi y soy hombre muerto.
—¿De verdad crees que no puedo conseguirlo?.
—Yo creo que si, no sé como es con los hombres, Lu no me habla de eso obviamente, porque tampoco me importa mucho que digamos, pero yo digo que si, remándola pueden tener algo.
—Tener algo, ya no sé que significa eso.
—Lo que te hizo esa hija de la gran puta no es nada, que se vaya a la mierda loco, bien a la mierda, vamos, mandala a la mierda.
—VETE A LA MIERDA CAMILAAAA,
—Esoooo, vamos capo, con mas ganas.
—VETE A LA RE MIERDAAAAA, HIJA DE RE MIL.
—WWUUUUU. —vamos riendo hasta que llegamos al hospital, la veo a la chica y si, me genera cosas, mas que nada imaginación porque es preciosa, un trofeo seria que siquiera me mire—. Marce.
—Discúlpame, no sabia qué hacer.
—Ya te dije que cualquier cosa me llames, asi este trabajando vengo. —me paro viéndola ir atras de Ignacio que saca la rueda de auxilio—. ¿Vas para tu casa ahora?.
—Si, planeaba dormir algo pero voy a llevarla a la gomería.
—Me la llevo yo, la llevo a la gomería y cuando este la llevo a la casa.
—No Ignacio, mucha molestias.
—Ve a dormir porfiada, tremendas ojeras que cargas.
—Esta bien. —se va mas para atras por fin mirándome—. Oh disculpa no te vi. —me da un beso y vuelve al lado de Nacho—. ¿Hasta qué hora trabajas?.
—Acabo de entrar, salgo a las seis.
—Uh, que bajón, trabajar de noche es lo peor.
—Y hoy con allanamiento se nos pasa rapido la verdad, la parte buena del trabajo. —termina de cambiar la rueda y sube la pinchada al auto del trabajo—. Bueno, ve a descansar, nos vemos después.
—Dale, cuídate, chao.
—Chao, nos vemos. —solo alzo la mano porque no sé que mas decir, manejo hacia la estación en silencio.
—No te vi tan macho frente a ella.
—¿Iba a encararla contigo ahi?.
—Aaahhh, crei que tenias mas huevos Patito.
—Deja de decir pavadas.
—Amigo, lo que hizo esa turra fue por decisión de ella, no porque tu tengas un problema, ella tomó la decisión y asi quiso que pasen las cosas, no tienes nada que ver en nada.
—Si, pero me hace dudar.
En mi oficina casi no puedo pensar en nada mas que en lo que me dijo Ignacio, después del engaño de Camila estuve con otras mujeres, no en un noviazgo o algo parecido, solo acostarnos y ya, porque tengo necesidades físicas, tengo deseo s****l como cualquier hombre en sus treinta y dos años, pero nada que sea parecido a una relación, y me siento culpable, me siento poco hombre, como que busco el calor en otro porque yo no podia complacerla, y cada vez que la veo me recuerda lo que me hizo.
Pato—. Hola Jose, aviso que me voy a un allanamiento, te escribo cuando termine, besos.
Jose—. Dale, no te tardes mucho es responder.
—¿Todos listos?. —guardo el teléfono en mi escritorio y salgo, acomodo mis armas y chaleco viendo a los muchachos subir a la trafic, me pongo el casco y subo adelante asi manejo—. ¿Avisaste?.
—Si, a Josefina le escribo siempre.
—Bien, yo a Lu, antes era a Dalma pero ahora las cosas cambiaron.
—¿Tanto?.
—Si, no se puede explicar mucho, pero Lu esta hasta la cima de las personas importantes en mi vida.
—Que lindo, la verdad que lindo amigo, espero ir a la boda.
—Falta pero no lo descarto, asi que tu atento.
—BUENO GENTE, LLEGAMOS, ESCUCHEN LAS ORDENES POR FAVOR, SIGAN LA FILA.
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