Marcela. —Bien, —agarramos un carro sin paredes para que se sienten las dos ahí porque no vinimos a hacer compras general, solo una cosas especificas y nos da miedo que caminen y se nos pierdan—. Toma la lista Viole y ve diciéndonos. —Si, —¿Puelo leel?. —Si, una y una. —Aca dice vino blanco y rosa. —¿Dónde están los vinos?. —Por allá. —Pato empuja el carro como si nada, como si no llevara a las dos arriba, Viole pesa veintitrés kilos, y Mora veintidós y medio, es como empujar una persona adulta—. Voy a llevar algunos para mi. —Mmmm, —Me pongo cooperativa cuando tomo vino. —Lleva una caja. —¿Antes no lo soy?. —Siempre. —¿De qué haban?. —las dos nos miran dudando—. No tendemos naa. —Un chiste de los papás, cuando crezcan van a saberlo. —pongo en el carro una caja de vino rosa