Capitulo 6

3514 Words
Marcela. —Mmmgggg. —me baja inclinándose sin dejar de besarme pero porque tengo las manos en su cabeza que con las de él me las aleja—. Ey. —Hay que seguir bonita, y cuando sigamos voy a seguir besándote. —Ay si, quiero que me sigas besando, lo haces de maravilla. —Bueno, quiero besarte aca tambien. —miro hacia abajo cuando se me afloja el top corsé, mete los dedos por dentro aflojando los hilos y abriéndolo—. Te vi el corpiño que traes, —lo abre todo el top y quedo descubierta frente a él, no voy a decirle que con el ultimo que estuve tuve un vestido y no me animé ni de mostrarle mis pechos—. Oh mi Dios, te juro que me vuelvo a Dios ahora mismo mujer, eres para dorarte. —Sabia que la abstinencia nos hace decir cosas locas, pero no creí que tanto. —Eso no tiene nada que ver con lo que siento ahora mismo. —me sorprende que se abre el pantalón bajándoselo junto con el bóxer como si nada, con una confianza tremenda, se saca la remera y queda totalmente desnudo frente a mi—. ¿Lo ves?. —Crei que la foto estaba un poco editada. —Toca todo lo que quieras. —me muerdo el labio inferior ansiosa de tocarlo, tiene el vello púbico corto, se nota que se preparó para esto, totalmente seguro, porque somos dos adultos que sabemos a los que vamos. —Wou, no tengo palabras para decir nada. —Oh si. —me arrodillo agarrándome de sus muslos grandes, su pene largo, medio curvo y mas oscuro que se me hace agua la boca, lo agarro con mi mano derecha acercándome y sintiendo olor a jabón, nunca quise hacer esto aunque lo hice un par de veces, porque básicamente me da asco, pero veo un hombre limpio, su casa brilla y hay rico olor, tiene olor a perfume, no desodorante, colonia, de las que valen la pena y enamoran porque se nota un hombre que cuida de si mismo, no solo para no tener olor, me acerco mas mirándolo a los ojos y le doy una chupada en la punta—. Ooojjj no puede ser, oh Jesús. —¿Cómo te gusta? Dime como te gusta y lo hago. —Como sea, como sea mientras no pares. Me alejo humedeciéndome los labios, abro y cierro la boca para no tener una traba inesperada porque es bastante grueso su amigo, y vuelvo a hacerlo, muevo la cabeza en diferentes angulos y terminando siempre en chuparle la punta, sé que le gusta porque abre mas las piernas y se inclina hacia atras agarrándome de los pelos moviéndose, lo hace con calma pero de igual manera siento que me traspasa la garganta y me lloran los ojos, y él me mira con la boca abierta respirando con fuera y eso me prende tremendamente, bajo los brazos y lo dejo que haga con mi boca lo que quiera, hoy quiero ser una mujer que explora, que se deja llevar, olvidarme de mis inseguridades. —AAAAJJJJJJ. —se agarra el pene y sonrío cuando golpear mi boca—. Párate. —me para casi sacudiéndome pero me da mucha risa, y porque me siento una cochinota, tengo todo el cuello mojado y los ojos lagrimoso. —¿Qué hago?. —me gira envolviéndome, me besa el cuello mientras sus manos me bajan el pantalón, de golpe me empuja tan de golpe que debo poner las manos en la cama, me giro asi le pregunto que mas hago cuando lo veo escupirse la mano y la lleva a mi intimidad—. Aaaajjjj Dios santo, aaaaAAAAGGGG. —me penetra de golpe, me voy hacia adelante pero no me suelta, me agarra con firmeza de las caderas. —Jesús Santo, no me atrevo a moverme. —Hazlo, pero no tan duro que siento que me vas a abrir la medio. —Perdóname. —¿Perdonarte por tener un pene grande?. —siento que me tiene colgada y clavada por su pene en mi v****a, por eso me enderezo agarrándome de sus brazos—. Mmmjjjj que grande. —Eres muy apretada, creí que los partos no dejaban igual. —Tuve cesárea hombresote. —riendo me da besos en el cuello, me paso las manos por la cara y la boca porque me siento sucia de la cara por la mamada que le di—. Mmmm. —No me estoy moviendo. —Lo sé, pero siento que creces aun mas. —Estoy a un segundo de venirme, no voy a retenerlo mas. —llego a alzar una pierna cuando sus dedos me tocan—. Ooojjjj, no tienes mas espacio para acogerme, lo juro. —Te tengo dentro, lo sé. —Mmmjjjjj me vengo, oojjjj. —se quiere salir pero no lo dejo, estiro las manos hacia atras agarrándolo de las caderas—. ¿Dentro tuyo?. —Si, hazlo. —no sé que tengo en la cabeza, porque esta siendo rudo conmigo y me encanta, me agarra de los pelos empujándome hacia adelante pero a la vez hacia atrás, quedo doblada con la posibilidad de poner las manos en la cama, me agarra bien fuerte de las caderas moviéndose con golpes secos—. OOOJJJJJ. —MMJJJ... MMJJJJ... MMJJJJ. —AAAAAGGGGGGG. —se va hacia adelante jadeando en mi oído, aprieto los ojos mas fuerte porque se mueve mas duro. —Oooggggg —agarra mi oreja con sus labios y ya me vengo, y una venida desesperante que me quiero alejar con una tremenda desesperación porque se siente como si fuera mi primera vez, llegando donde nadie a llegando y tocando lo que nadie a tocado, en definitiva, mi primera vez—. Mmmmmm. —Oh Dios, oh Dios Patricio. —desesperada estiro las manos arrugando todas las colchas porque me penetra durísimo, muerdo las sabanas hundiendo la cara y siento su al fin llegada—. Oh mi Dios Santo. —caemos juntos a la cama, me da risa porque no estaba arriba arriba, que termino arrastrando por el borde de la cama con él encima que llegamos a mover la cama de lugar y quedamos de rodillas en el suelo, él con su frente en mi espalda respirando con fuerza, su aliento me hace erizar la piel—. Aaajjj por Dios no puedes seguir con ganas. —Sigo con mas ganas de las que tenia. —me habla susurrando al oído comenzando a moverse de nuevo—. Sigo duro, no se me bajó ni un poco. —Entonces soy malísima. —me empujo con las manos cuando se mueve de nuevo con fuerza—. No... NOOOO AAAAGGGGG. —me clava contra la cama, me baja más el pantalón, abre las piernas y hace algo raro, como que me sienta arriba de sus piernas juntas y asi me vuelve a quemar la cabeza y escocer la v****a—. No puedo mas... Pato no puedo mas. —Si puedes, vamos. —sus manos van para todos lados, mis pechos, mi vientre, mi intimidad que esta al rojo vivo—. Siéntelo... Siente como te pones con mi polla. —me dan ganas de llorar cuando cambia el ritmo a uno muuuyyy lento—. Siente como me pones. —Aaaaggg. —me da una nalgada con fuerza. —Vamos, móntame, asi como estamos, móntame. —me enderezo y usando la fuerza de mis piernas y manos sobre la cama salto sobre su pene, tiro la cabeza hacia atrás sonriendo porque es mi primera vez sintiéndome asi, una mujer deseada—. Ooojjj justo asi preciosa, vamos, mas duro. —caigo hacia atrás y ahí al suelo, me giro boca arriba respirando desesperada, siento que estoy mojada hasta las uñas—. Eso fue lo máximo. —Si, no puedo respirar. —nos miramos riendo—. Necesito un baño. —Yo también, —se pone de lado llevando su mano a mi cara—. No te vayas por favor, sé que tienes hijas, pero por estas vez quédate conmigo, te necesito aun mas. —me giro como puedo porque no siento mi culo de tanto que me azoto—. Por favor. —Me quedo. —me vuelve a empujar besándome y se sube arriba mío—. Quiero un baño, me siento sucia. —Vamos. ***** Patricio. Me meto abajo de la ducha viéndola venir, desnuda en su totalidad, la recorro sintiendo agua la boca, le veo unos pechos abundantes, no exagerados pero abundantes, una cintura marcada, no es delgada, es rellenita pero no tanto, debe estar entre cinco a diez kilos arriba de su peso ideal que se ve tremenda de buena, y ahi veo lo que me dijo de su vientre, un poco mas abultado y las marcas de embarazo, y me chupa un huevo, es preciosa por donde la mire, dio vida dos veces, ¿Qué se le puede ver de feo? es una escultura de mujer. —¿Me das la mano? Siento que me voy a resbalar. —cierra los ojos disfrutando del agua que le cae—. Ay mi Dios, que lindo, lo necesitaba con urgencia. —Gírate, voy a lavarte la espalda. —comienzo pasándole la esponja y termino con las manos, parándome tan cerca que con la polla le toco el culo, porque sigo erecto, sigo con ganas de mas, y no me acompaña, tiene un culazo parado y grande de envidia. —Hace muchos años que nadie me baña. —¿Te fregaba el culo bien?. —Hablo de mi mamá, con nadie compartí un momento asi. —le corro el pelo a un lado dándole besos en el hombro pasando las manos hacia adelante donde hago espuma con el jabón para pasarle por los pechos—. Mmmm. —Sabes, hasta que te vi recién me di cuenta que habías tenido por cesárea, te sentí tan apretada que no entendía nada. —¿Ya habías estado con una mamá?. —Si, pero no hablemos de eso. —No me hago drama, pasado pisado. —sonrío sin dejar de darle besos en el hombro y cuello—. Sigues eufórico, te senti en mis nalgas desde que entré. —Es que fue de locos tenerte, quiero volver a estar dentro de ti y no salir nunca. —tira la cabeza hacia atras cuando llevo mi mano a su intimidad acariciando—. Necesito que vayamos a la cama, si te tomo aca voy a ser igual de rudo que recién. —me di cuenta que tiene poca experiencia, porque cuando a penas entré en ella, sentí como su interior me queria sacar, ahí lo supe y me volví loco por como me apretaba, se sentía como si hubiera sido el primero—. ¿Quieres ir a la cama conmigo?. —Lo deseo. —la giro comiéndome su boca, me inclino agarrándola de las nalgas y la alzo, sin dejar de besarnos voy a la cama donde ahora no me importa si la mojamos, hay algo mas importante que eso, que es entrar en ella como lo estoy haciendo—. Aaaaggggg. —Mmmjjj, —me quedo quieto porque la siento mas apretada, y a parte se aprieta toda como con dolor—. ¿Sientes molestias?. —Un poco, espera un poco. —Tenemos toda la noche preciosa. ................................ ................................ —¿Pato?. —abro los ojos viéndola a mi lado—. ¿Pato?. —¿Mmmm?. —Me voy. —¿Eh?. —Si, son las ocho, me voy. —Quédate un poco mas. —No puedo. —se me acerca dándome un beso en la cara pero la giro subiéndome arriba—. No puedo quedarme. —¿Un poco? Tomamos unos mates algo, un poco mas por favor. —Mis hijas se despiertan ocho treinta si no van al colegio, perdón pero ya me quedé mucho y tengo que ir con ellas. —Esta bien, ¿pero nos vamos a volver a ver?. —le corro el pelo dándole besitos—. Me gustó pasar la noche contigo, y si es noche, día, tarde no me importa. —Bueno, quedamos en estos dias, un día que no trabajes de mañana dime. —¿Qué tienen las mañanas? ¿Te quedarías toda la noche y mañana?. —No, mis hijas van al colegio de mañana, mis hijas están en primer lugar Pato. —Y lo respeto, bien, —me salgo de encima de ella asi la puedo despedir—. Acomodo unas horas que me deben asi nos quedamos de mañana. —Bien, entonces me voy. —Espera que te acompaño. —me pongo un pantalón corto, unas ojotas y bajamos, agarra sus cosas y salimos de la casa—. Escríbeme cuando llegues a tu casa. —Si, tu también escríbeme, y perdón por dejarte todo el desastre. —No me importa eso. —la agarro de la cara dándole un buen beso—. Ve con cuidado por favor. —Si pesado. —la miro irse y no puedo evitar sentir desespero por salir atras de ella, asi que entro a mi casa a ordenar y salir porque me vuelvo loco, todo huele a ella, a ese perfume riquísimo que usa está por todos lados. Pato—. ¿Mami, comemos algo?. Mami—. Si, ¿Qué quieres comer?. Pato—. Tengo muchas ganas de comer guiso, ¿me haces guiso? paso a comprar todo lo que me pidas, solo mándame una lista y las cantidades. Mami—. Ahi te mando. Meto las sabanas y las colchas a lavar, giro el colchón, después lavo los platos, barro y salgo asi compro lo que mi mamá me manda, y paso por unas facturas para tomar unos mates. Voy a tener que hacer algo porque no puedo creer que quedarme en mi casa me haga sentir el olor a Marcela, ese perfume cítrico que usa que me dejó pasada la casa, y me di cuenta de muchas cosas sobre ella, que por obvias razones no me di cuenta en casa de Ignacio porque fue muy mínimo lo que compartimos, mas que darme cuenta lo noté, pero ahora lo vi mas de cerca, es una mujer que usa cosas de calidad, unas zapatillas que recuerdo porque Jose me las estaba pidiendo, y recuerdo que cuando me dijo casi me da un infarto, carísimas, una cosa que dije no, p**o mi alquiler por un año entero por unas simples zapatillas, y las tuve que sacar en cuotas porque no podia pagarlas sino, mi mamá dice que deje de hacerle los gustos porque es una abusiva, pero es mi única hermana, salió del secundario, viene tres veces a la semana a limpiarme la casa, a lavar y debes en cuando me cocina, entonces de alguna manera le p**o a parte de darle unos pesos por semana para sus cosas y lo que quiera comer. —Permisooooo. —entro donde mis papás viéndolos a todos, bueno, mi hermano Marcos no vive con mis papás hace cinco años cuando se junto y tiene dos hijos, Fernando que le sigue y él vive y no vive con mis papás, cuando se pelea con la novia esta en la casa y él también es policía, él tiene dos hijos con la novia loca que le encanta, después Kevin que con veintidós años tiene una hija con una de las vecinas, Josefina y Juan Manuel, obvio los dos últimos viven en la casa, los otros ya deberían ir partiendo y dejando los problemas —Eeehhh. —Ayudame Juanma. —¿En la camioneta hay mas?. —Si, baja todo. —Dale. —dejo los paquetes en la mesa, saludo a Jose que me hace ojos porque la tiene con una cartera. —¿Qué?. —Nada, te miro. —Esta pesada. —Ay papá, no me digas esas cosas. —le doy un beso a mi papá y uno a mi mamá que viene de la cocina con el termo para los mates. —Al fin llegas hijo. —En la carnicería habia una tremenda fila, no sé que honda con eso. —La verdad que no sé que pasara. —me siento al lado de mi mamá viendo a Juanma entrar con las bolsas que se llega a cagar de lo pesadas que están. —Nunca me dijiste que es un monton de cosas, no me ayudes, quédate ahi sentadito. —Aca me quedo amigo. —Uuiijjj este. —lleva las bolsas a la cocina y vuelve con una banana—. Uh, están tremendas. —Te traje bananita porque sé que te gusta, mmmmm. —Dime lo que quieras pero sigue trayendo. —Toma hijo. —mi mamá me da el mate y yo me tiro hacia atrás viendo a Jose acomodar las facturas. —¿Y los chicos?. —Vienen a la noche, Marcos me dijo que venían ahora al mediodía pero le dije que quedemos en la noche, porque sino hacer guiso para todos no terminamos mas. —Ay no mamá, encima viene los nenes, vienen los de Fernando, ahora la traen a la Luci, noooo, para... Es un montón. —la miro a mi hermana sonriendo por como habla—. Encima que son mas porfiados. —Bien que te haces la tonta y les das sus buenos sopapos, mmm que rico. —mi papá saca una factura de ricota, sus favoritas. —Y si, me los dejan a todos, no soy niñera y menos tengo paciencia, ¿y si no les gusta?. —A su casa. —dice mi mamá. —ESAAAAA, ASI ME GUSTAS PERRI. —Bueno, pero no les vas a decir a esas locas que después no vienen. —Eres una perra mamá, te traen chusmerio y eres feliz. —Deja de decirme asi, y encima no soy chusma, viene a mi el chisme. —con mi papá nos reímos tentados, porque Juana va a ver por la ventada. —¿Qué pasa?. —Uuhh mamá, es esa pesada de nuevo. —¿Quién?. —Camila. —dejo de reir enseguida y la miro a mi mamá. —Viene a dejarme unas cosas. —Por favor te pido mamá, no la invites a comer, quiero comer en paz, si la invitas me voy. —entra sonriendo y no puedo ni mirarla, pone una mano en mi hombro dándome un beso que siento que quiere que la alce. —Hola, mmm, que rico perfume. —Eras tu hijo. —mi mamá se inclina olfateándome y con ella no me alejo—. Es de mujer. —Si, —huelo mi remera y es el perfume de Marcela—. Mi novia dejó una campera en mi casa y esta pasada. —¿Tienes novia hijo?. —Si, Marcela se llama, ya voy a traerla, trabaja mucho por eso. —¿Y de qué trabaja?. —Camila se sienta al frente mío recibiendo el mate. —Es medica, asi que trabaja un montón, el otro día que me lastimé menos mal que estaba ella de guardia sino me iba a su casa que me cure. —se ponen a charlar con mi mamá y decido irme a la cocina con Jose. —Que pesada, mamá no sé porque la recibe. —Porque es hija de su amiga, no digas nada igual, mamá sabe porque la recibe, solo que no me gusta que justo cuando vengo. —Ah visto la camioneta afuera, porque se vino a vivir con la vieja chota esa. —Mmmjjj, la boca. —Y si es verdad, es una chota la vieja. —miramos la hora y ya es mediodía y no se va. —¿Qué mas falta?. —Nada, ya esta. —la miramos a mi mamá hasta que nos mira, Jose le hace signo de comer y entiende. —Bueno Cami, perdóname que te diga pero vamos a comer ahora. —Me quedo no hay drama, ¿en qué ayudo?. —Emmm. —me acerco a decirle algo cuando mi papá me gana. —Discúlpanos Camila, tenemos la comida justa y quiero pasarla con mis hijos, ven en otro momento en donde yo o Patricio no estemos, no eres mas parte de la familia, ven en otro momento. —Si, discúlpeme. —cuando sale mi papá la mira a mi mamá golpeando un dedo en la mesa, gesto que siempre hizo cuando le queria dejar claro algo a mi mamá. —No quiero que este o venga cuando yo o Pato estemos aca, ¿quedó claro?. —Si, pero yo no la llamo. —Ya esta dicho, por favor Elva, no pertenece mas a esta familia hace años, se terminó la tontera... —se gira mirándonos—. Chicos, traigan la comida. —Si papá. . . Mañana no hay cap, por eso les dejo un regalito, y ya el lunes pongo reto para maratón. Besito. . .
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