El hijo del doctor es un inmaduro. (Isa Galán) Tal como lo prometieron a diario venían los doctores con la clínica ambulante y Doña Marta estaba pendiente para llevarme afuera y que me pudiesen revisar. Se opuso a que entraran a la habitación. Ella tenía sus razones y yo se las respetaba. Decía que no quería que las demás personas crearán chismes de que ella me permitía que ingresara hombres a la habitación. Le entendí perfectamente y al igual el Doctor León también estuvo de acuerdo. En ocasiones iba acompañado de su esposa, me parecía que era una señora maravillosamente dulce. Se preocupaba por llevarme alimentos, ropa, algunos medicamentos. Una estupenda persona, la señora Sarah. —¡Eres una niña demasiado linda! Lo más rico de todo es que debes tener la edad de mi hijo. —Siempre p