La cachetada que Emira le propinó a Jordan más que violenta, fue ruidosa. Su mejilla completa quedó abarcada por la que hasta ahora parecía ser una pequeña mano pero que, sorpresivamente, tenía muchísima fuerza y quizás eso se debía a la humillación que él le estaba haciendo sentir.
Su cara se fue de lado y cuando Emira se sintió victoriosa puesto que era su integridad propia la que estaba defendiendo, fue embestida por un golpe con fuerza sobre su rostro que la hizo trastabillar. Jordan le había devuelto el bofetón y con las mismas ganas, o quizás más.
Acercó su cara a la de ella y eso la congeló. No podía creer lo que acababa de suceder.
-Si vuelves a tocarme, lo volveré a hacer- amenazó con un tono de voz tan tranquilo que los vellos de la nuca de Emira se erizaron- No golpeo mujere
