Capitulo 5

3355 Words
Jazmín. Voy sentada en los asientos traseros del auto mas que piolita, al principio me enojó pero el beneficio es poder estirar las piernas cosa que ellos no pueden porque son hombres muy altos y al ir adelante es reducido el espacio, sin contar que mi auto es chico y viejo haciendo que cuando suban cruja por el peso, vamos con música moderada mientras Leo maneja por insistencia. —Amor. —¿Mmmm?. —dejo de mirar hacia afuera para prestarle atención—. ¿Que pasa?. —Cámbiame el asiento por fis. —se gira un poco para mirarme—. Me duele la espalda y quiero tirarme un rato. —Bueno... Cruza primero. —literalmente se tira hacia atrás cayendo arriba mío—. Idiota casi me das un golpe en mis tetas. —Uy no ricuras. —hace como que les habla y me rio. —Dale tarado. —También te amo. —Yo te amo pero no quiere decir que te tires así tonto, si me llegabas a pegar te mataba. —una vez que se sienta bien me cruzo hacia adelante como puedo porque los asientos están casi pegados dejando un espacio muy reducido. —Por Dios santo. —sus manos me agarran de los muslos justo debajo del culo—. Este culo es mío. —Todo tuyo. —me doy una nalgada sola y Leo gruñe mientras nosotros nos reímos a mas no poder—. A ti te lo voy a entregar papi. —¿Cuándo?. —logro cruzar y me sento poniéndome el cinturón—. Quiero probar por ahí atrás. —Cambia la música Jazmín. —me giro y él levanta las cejas y los hombros sin entender que le pasa. —Si. —voy cambiando las emisoras sin agarrar ninguna señal aun—. ¿Qué te gusta?. —Música. —Aja... ¿Qué tipo?. —Mueve las emisoras y ahí te digo. —Bueno. —cambio todas las emisoras y nada—. ¿Y? Ya cambié todas más de tres veces. —Ninguna me gusta de las pocas que agarraron. —Pongo de mi celular entonces o sino te vas a dormir. —Naaaaa me voy a dormir loca. —dice Lau enojado desde atrás. —Mejor así cierras el pico de una vez. Pongo mi música y tal como dijo Lau, se durmió, no le gusta mi música dice que le aburre, pero la realidad es que no tengo un genero limitado sino que tengo de todo así que suena hasta musica en idiomas que no logro pronunciar pero el ritmo me gusta, así que las descargo y en estos viajes me vienen bien. Llegamos a la ciudad y nos vamos a quedar donde Brisa ya que no quiero ir donde mi tía porque se los va a agarrar a los dos juntos y no tengo ganas de escuchar los gemidos de este par y mas la loca que grita como un cerdo degollado que me da terrible asco. Como siempre duermo con Lautaro, Bri nos acomodó una cama matrimonial gracias a Dios, cuando le pregunté a Lau por este departamento me dijo que es del marido de una amiga de Brisa que tiene muchísima plata, por eso cada habitación esta amueblada para cualquier momento inesperado, aunque ella nos estaba esperando, le deja su habitación a Leo y se va donde el novio para que tengamos privacidad aunque ellos se creen eso yo sé que es para poder tener unas noches en paz y disfrutar porque con este par ese hombre no podria venir a dormir ni loco. —¿Cómo te fue?. —Bien. —miro a Lupe seria—. Aprobé, me queda una materia y listo. —Va a estar listo cuando te recibas. —Ojala... Así ya puedo estar libre en esas áreas. —asiente sin decir nada. —Tu papá se enojó conmigo. —¿Por?. —chasquea la lengua negando. —Dice que te llevo por mal camino, ¿es loco ese? Si te manda como si nada donde Lautaro desde chica para poder tener la casa para los dos solos. —hago cara de asco por eso, obviamente que lo sé pero no tengo ganas de oirlo porque lo quiero olvidar—. No me chupo el dedo, ese se cree que me va a venir a joder a mi... ¿A mi entiendes?. —Y bueno... Ellos no pero el resto si te creen... No que te chupas el dedo sino otras cosas. —Cállate estúpida. —me río cuando me tira una papa—. ¿Cómo están todos allá?. —Bien... Jonás esta re alto y le hago juegos en donde a mejorado mucho. —las dos sonreimos alegres por mi bebito inmenso—. ¿Hasta habla un poco más puedes creerlo? Me dice princesa. —Que bueno no lo puedo creer. —Casi me agarra un ataque cuando lo oi. —Debe ser donde escucha a tu papá que te llama así. —Debe ser. —no paro de sonreír mientras me seco unas lágrimas—. Me alegró la vida te juro. —De verdad que me alegra Jaz. —A mi mas... No sabes la alegría que sentí cuando me leyó un libro... Cuando hizo una cuenta. —¡Ay mi vida!. —como siempre paga ella ya que yo no cuento con un peso, y salimos a caminar un poco agarradas del brazo—. ¿Jaz?. —¿Mmm?. —la miro a los ojos y veo algo raro—. ¡Qué pasa?. —Me voy a ir. —¿A dónde?. —Solo van a ser unos meses... Pero quiero que seas la primera en enterarte. —¿A dónde vas?. —Voy a ir al sur a probar. —paramos de caminar, ¿esta loca acaso?—. Va, en realidad José va a probar y quiero ir a probar tambien. —¿José quién es?. —Mi novio estúpida. —¿Ay bueno que se yo? La ultima vez se llamaba... ¿Cómo mierda se llamaba?. —pienso y pienso pero se me cruzan muchos nombres—. ¿Esteban?. —Si... Pero fue hace dos meses. —¿Y andas hace menos de dos meses con José?. —asiente sonriendo—. ¿Y te vas a ir con él a no sé donde como si nada?. —Creo que al fin es el indicado. —Con Esteban escuché lo mismo... Y con Raúl, con Gonzalo y con... —No hables así... Me haces sentir una puta. —Ay perdón virgen María... Te voy hacer una capilla para orar a la puta Lupita. —¡Que idiota!. —me rio a carcajadas y ella me empuja no aguantando la risa por el apodo que carga en el pueblo y que a ella le resbala—. Vamos mejor que ya voy a ir tarde al trabajo. —Bueno. La muy puta es enfermera especializada, no sé como mierda le daba el tiempo para estudiar si llevaba una vida de joda y escapadas con chicos hacia todos lados haciendo que mis abuelos se desesperen donde no sabian de ella por días y luego aparecía como si nada, encima todas las materias las promocionaba y se recibió en el tiempo impuesto por la facultad y abanderada, maldita. Pasamos por su departamento primero, nos despedimos con un abrazo y promete que me va a avisarme cuando se va a ir así tenemos una despedida como las grandes amigas que somos, de salir a comer y acoholizarnos y muriendonos de risa, cuando se recibió nos pegamos un pedo terrible que hasta el día de hoy siento que tengo la resaca, y menos mal que dijo que tomemos en su departamento porque no queria que nos pase algo por no estar en nuestros cabales. De camino al departamento paso a comprar unas hamburguesas para comer algo rápido, mas bien cocinar porque no tengo ganas y mañana en la mañana a la madrugada arrancamos para el pueblo, ellos me dan plata para que los alimente porque si fuera por mi un té dulce y ya estoy para todo el día pero ellos necesitan cosas contundentes y abundantes que si les doy algo simple me matan. Compro literalmente díez paquete que vienen dos hamburguesas en cada paquete, comen como un caballo y eso me revienta porque tengo que cocinar yo. —¿Chicos?. —dejo la bolsa en la mesada mirando para todos lados—. LAAAUUUUU... LEEEOOOOO. —Acá. —voy al cuarto y escucho la ducha. —Traje para comer. —me saco la ropa para poder cambiármela y así no llenarla de olor a frito—. Compré unas hamburguesas porque no tengo ganas de cocinar nada. —voy al ropero a buscar un vestido suelto—. A parte hay que dejarle todo limpio a Bri porque no nos va a prestar mas el departamento. —Bien. —miro la puerta ya que está raro. —Lau. —la puerta esta abierta—. ¿Estas bien? No me digas que te resfriaste porque si es así acá a mi lado no duermes ¿me escuchas? No pienso enfermarme por tu culpa maldito... El último resfrío me dejó de cama por dos semanas y no quiero eso de nuevo. —camino hacia el baño mas que furiosa—. Lau te estoy hablando. —Leo sale del baño envuelto con la toalla, los musculos se le marcan mas donde esta humedo y yo no puedo dejar de verlo—. Mierda. —Hola. —me giro para salir pero siento que me aprieta de atrás—. Hagamos de cuenta que soy Laaaauuuu y nos acostamos abrazaditos en la cama. —Leo... Suéltame nooo... —me revuelvo incómoda pero paro cuando me doy cuenta que me estoy fregando en su paquete que se abulta—. Yo... —¿Qué?. —mi cuerpo tiembla cuando mordisquea mi oreja—. ¿Acaso solo con Lau?. —No... Nosotros no nos acostamos ya te lo dije. —No soy idiota Jazmín a mi no me vas a venir a joder. —¿Acaso vas a compartir mujer con tu hermano?. —Puede ser. —sus manos van subiendo por mi vientre hacia mis pechos—. Mañana en la tarde me voy por unos meses... Me llamaron anticipado y tengo que ir y necesito una mujer corpulenta que aguante toda la calentura que cargo. —¿Cuánto tiempo te vas?. —No lo sé. —JAAAAZZZ... ¿DÓNDE ESTÁS?. —desesperada le saco las manos pero no me quiere soltar. —Dejalo que se vaya a la mierda y nos deje solos. —No no no... Vamos antes de que nos vea. —VI TU CARTERA Y TENIAS CHOCOLATE Y NO... —salgo del baño muerta de vergüenza—. ¿Te estabas por bañar?. —Si. —De hecho yo me acabo de bañar. —trágame tierra por favor, no puedo creer que me haga esto. ***** Leo. Está en ropa interior de infarto, es grande pero debido a sus dimensiones le van perfecto, sus pechos son inmensos, queria agarrarlo pero llegó justo el idiota de Lautaro cagando todo, hasta capas que estaría vuelto loco porque tendríamos una noche de buen sexo pero no se puede ahora y mi amigo de abajo muy feliz de solo verla y no hago nada para que se baje. —¿Qué?. —nos mira turnandose—. ¿Por qué entraste al baño Jaz?. —Creí que eras tú y estaba este acá y... —me apunta sorprendida—. ¿Qué haces acá?. —Me queria bañar. —Pero si Bri en su habitación tiene baño. —Yo estaba en el baño de Brisa porque tiene bañera y queria probarla. —Tampoco es para tanto Jaz. —sonrío de lado muy seguro de mi mismo, mas al ver que verme así la pone incómoda—. Acaso nunca viste un hombre desnudo porque si es así te muestro. —Acá mi amigo... —palmea la espalda de Lauti divertida—. Tiene un paquete mas que generoso. —medio gruño por eso y no le encuentro la gracia. —Jaz mi vida tapate nena. —le pone una manta por delante cuando reacciona que sigue en ropa interior—. Ahora... Leo puedes irte así ella se cambia tranquila. —Tu también sales entonces. —No, me tengo que cambiar. —Bien. Salgo enojado y no tengo idea de porque, me visto y junto todo en la habitación, abro un poco la puerta cuando escucho risas, me asomo y están cocinando felices, todo es risa, hasta un comentario estúpido lo es, parecen una pareja en la plenitud del enamoramiento. Limpio la habitación ya que no la voy a usar, le dije a Lautaro que comamos y nos vayamos que tengo que hacer mi bolso para irme. En el viaje la veo que va adelante hecha una bolita tapada con una manta, Lauti maneja bastante tranquilo, ella es una muy buena compañera de viaje ya que no se duerme y te busca charla para que el que maneja no le dé sueño y vaya atento en la ruta. —Leo cambio. —bosteza al hablar donde ya no puede seguir—. No doy más. —Yo manejo... Ustedes descansen. —Pero déjame atrás igual. —me cruzo adelante y baja la radio para que Lauti duerma algo, de inmediato ronca. —Los negocios lo tenían alterado. —dice sonriendo con orgullo—. Quería que salga todo bien y asi llevarle calma a tu papá. —Y salió todo bien gracias a Dios. —¿Ahora van a tener mas reces no?. —Y a un muy buen precio... Lauti hace los mejores negocios la verdad, nadie mas que él lo podria hacer. —Si, es muy bueno. —nos quedamos en silencio un momento. —Saliste hoy en la tarde. —ya no me aguantaba mas preguntarselo. —Si... Salí con mi tía. —¿Lupe?. —su sonrisa se borra lentamente hasta se acomoda en el asiento. —¿No me digas que tu cuchara tambien revolvió ese guiso amigo?. —Mi cuchara no lo revolvió y no la piensa revolver. —me da asquito realmente, de solo pensarlo me estremezco—. No me atrae ese guiso. —¡Ah! Creí que eras una presa mas de mi tía. —Gracias a Dios no... Es muy delgada. —¿Te gustan las gordas?. —Se podría decir que si... No me dan miedo a lastimarlas en la cama, en cambio una delgada como tu tía la partiría al medio. —Ya es la segunda vez en el día que escucho eso de que las gordas y lastimar... ¿Qué mierda haces en la cama? ¿Golpeas, asfixias?. —Ninguna... Tal vez unas nalgadas. —digo haciendo los movimientos y ella se mata de risa—. A mis mujeres las adoro.. Las saboreo, no someto ni presiono en ningún momento. —sonríe tímida y eso me hace sonreír de verdad—. Eres muy linda Jaz... De verdad lo digo no pienses que estoy jodiendo. —Gracias... ¿La chica que te dejó así es linda?. —¿Cómo me dejó que?. —mi sonrisa se borra de inmediato—. No entiendo. —Leo yo... Me doy cuenta que alguien te lastimó por eso actúas así. —No, eso... —Vamos... No soy tonta, sino me quieres contar todo bien estas en tu derecho sino somos nada. —no me agradó nada que diga que no somos nada—. Pero admitirlo te va hacer bien vas a ver. —No hay nada que admitir... La mujer que tiene mi corazón es la más dulce que puedes ver en esta tierra... Y la mas hermosa de todas... Nos amamos. —¿Se vieron en estos días?. —agarra su bolso y me lo da—. Fíjate que tengo unos chocolates ahí. —Acá. —le abro uno y se lo doy y otro para mi—. No pude... Estaba de viaje me dijo su hermano. —Te debe amar mucho porque si te espera en cada viaje es de hierro... No muchas lo hacen. —¿Tú esperarías?. —Obviamente. —mirándome a los ojos dice—. Siempre lo esperaría aun cuando no querria que se vaya y me deje sola por tanto tiempo. Ya no hablamos más, solo está el sonido de la música y los ronquidos de Lautaro, parece un puto toro el maldito, aunque es entendible, para la edad que tiene es una persona muy respondable y trabaja mas que todos en las tierras de mi papá, y no lo hace para conseguir algo mas que su sueldo mensual, sino porque no quiere que mi papá se siga partiendo la espalda, entonces él carga con toda la responsabilidad de los trabajos pesados y arduos, y mi papá agradecido con él se da el lujo de disfrutar lo que con tanto esfuerzo consechó y sembró. Llegamos cerca de las cinco de la madrugada, y yo a las ocho tengo que estar en la base reportándome, despierto a mis papás para avisarles que me voy porque me llamaron de urgencia que debo presentarme, se levantan apurados y mi mamá como siempre comienza a llorar diciendo que porque elegimos esta carrera para ganarnos la vida si podriamos haber hecho otra cosa o hacerlo ahora aprovechando que soy joven y funciono bien pero esto me gusta, es mi pasión y como tal lo hago, si, hay veces que no deseo presentarme pero lo hago porque tambien sé que si no lo hago me voy a arrepentir. Me ayuda a hacer el bolso y acomodar toda la documentación que me solicitan en cada misión. A Jazmín y Lautaro nos lo vi, a penas llegamos se fueron a dormir y no los quise despertar ya que los dos estaban muy cansados, Jas no quiso que la releve porque queria que duerma y descanse así no me iba muerto a presentarme pero no podia ser tan hijo de puta como Lautaro que se durmió y ella manejando en medio de la noche para llevarme a la casa a un horario razonable así llegaba a horario. ....,....,.............. Estoy sentado en la camioneta a la espera de la orden para salir a la selva de una vez por todas, tenemos que buscar una plantación de marihuana en no tengo la menor idea donde así que va a ser un trabajo de mucha caminata. Mientras mi equipo se termina de preparar pienso en Damaris, en sus besos, sus caricias, en su piel suave y lechosa, en lo débil y tierna que es, tampoco puedo sacarme de la cabeza su cara de dolor cuando la estaba haciendo mujer, en el momento me aterró pero ahora no sé lo que eso me genera; porque alegria no es, menos que menos orgullo de ser el primero. —Mierda. —digo al ver a mi segundo al mando lastimado en la cara—. Ya va a llegar la ayuda tranquilo. —¿Cómo mierda sabían que veníamos? Carajo Leo era una emboscada. —Alguien nos vendió y juro que el que sea lo voy a descuartizar. —Jefe esta lastimado. —¿Dónde?. —me toco el cuerpo buscando donde pero no siento nada. —En la cara. —me toco con cuidado y toco la sangre. —No siento nada de dolor. —Se la voy a limpiar para que no... —Gasta lo que quede en limpiar a Néstor... Él lo necesita mas que yo. —Esta bien jefe. —miro a mis hombres y jamás voy a perdonar a quien nos hizo esto, alguien nos traicionó y casi nos matan en medio de la nada, para cuando nos encuentren ya ibamos a ser arboles. —Todos andando, debemos ir a la base así nos informamos y descansamos como es debido. —Si señor. . .
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