Capitulo 1
Damaris.
—¿Cuándo te vas?. —estoy sentada arriba de él mirandonos a la cara.
—En dos días.
—¿Y cuándo vuelves?.
—En cinco meses. —asiento mordiendo mis labios porque siento sus manos en mi espalda baja—. ¿Es problema para ti esperarme?.
—No. —acaricia mi cara con suavidad, tanto que me estremezco—. Siempre te voy a esperar Leo. —le doy un beso en los labios con suavidad—. Siempre, ¿y sabes porqué?.
—¿Porqué?. —su voz es ronca pero a la vez suave.
—Porque yo te amo.
—Yo también te amo Damaris. —sonrie mirándome a los ojos—. Con todo mi corazón te amo.
—Hazme el amor Leo. —como que se sorprende pero me rodea con sus brazos apretándome a su cuerpo fornido.
—¿Aquí?. —miramos todo el lugar, es una cabaña que tiene su hermano mayor en sus tierras—. No es digno para tu primera vez Dam.
—Mientras seas tu el primero cualquier lugar es digno.
—Bien.
Cada vez que me mira, me toca y me besa me vuelvo loca, me siento en las nubes de lo que me hace sentir, nunca creí que un hombre me hiciera sentir de esta forma y me encanta, todo de él me encanta.
Me aleja de él con suavidad para poder pararse cosa que me sorprende porque creo que se arrepiente pero no es así, abre un armario que hay en un rincón y saca todas las mantas que hay, en silencio las acomoda en el suelo, me revuelvo de los nervios y siento que algo corre por mi interior, cuando termina se para mirándome fijo mientras me estira la mano que de inmediato se la doy con total confianza y demostrándole que quiero esto, me hace ir hacia él sin dejar de mirarme, nos sentamos y siento que los dos estamos nerviosos porqué él como que no sabe que hacer.
Sin que me de cuenta nos estamos besando, sus labios me recorren con suavidad y ternura, cuando sus manos se meten por dentro de mi remera me dejo llevar alejando todo temor de mi para llegar al fin de esto, me saca la remera y el corpiño recorriendo mi cuerpo, me recuesto así avanza un poco o este hombre no avanza mas, se esta tomando todo su tiempo desesperandome, se acomoda a mi lado y empieza a besar cada parte de mi, cierro los ojos sonriendo cuando succiona mis pezones con suavidad, ¿todo es suavidad con él?, Eso ronda en mi cabeza sin parar, baja mas deteniéndose en mi vientre desabrochandome el pantalón, lo miro en silencio como se arrodilla sacandomelo y ahí se acomoda de nuevo pero está vez arriba mio, me intimida que tenga su boca por encima de mi v****a mientras sus manos me acarician por todos lados.
—¿Estas bien?.
—Si. —se arrodilla sacándose lo que le queda de ropa.
—No tengas vergüenza. —me tapo la cara al ver su m*****o viril y deseoso.
—No puedo contenerlo.
—Bien. —me trago un grito cuando abre mis muslos y me besa la v****a.
—Aaaaa. —alejo su cabeza negando—. No Leo, ahí no.
—Esta bien tranquila... Confia en mi, relajate. —con los ojos gigantes lo veo que se acomoda otra vez entre mis piernas bajando la cabeza.
—Mmmggg. —me tiro hacia atrás mirando el techo ya que siento un reboltijo por su lengua—. AAAAGGGGG.
—No pienses en nada, dejate llevar.
—Ya... Ya ya ya no puedo con eso Leo de verdad.
—Esta bien. —se arrodilla y agarra un preservativo poniéndoselo, lo miro con los ojos gigantes—. No tengas miedo.
—No lo tengo. —me tapo la cara con nervios cuando se inclina para cubrirme con su cuerpo.
—¿Y por qué te tapas?. —alejo las manos en mi cara cuando siento su cuerpo pegado al mío.
—Nunca vi a un hombre desnudo.
—Voy a ser el único. —asiento sonriendo, su calor me encanta—. Abrázame por la espalda. —me susurra en los labios haciendo que lo obedezca de inmediato—. Te va a doler pero solo un momento no te asustes.
—Lo sé. —va ingresando de apoco en mi, Dios que me arde como las madres.
—¿Estas bien?. —está súper tenso esperando cualquier señal que le de—. ¿Te estoy lastimando?.
—No. —acaricio su cara que esta muy dura por la fuerza que hace para conterse—. Sigue por favor.
Cuando entra todo en mi interior escondo mi cara en su hombro aguantando el dolor por la invasión, jamás creí que iba a doler de esta forma, mis lágrimas caen en cataratas por la desesperación, está totalmente duro arriba mío dándome mis tiempos de adaptación pero me empiezo a desesperar, lo golpeo por el pecho para que salga de adentro mío, me mira sin decir ni hacer nada, solo me mira sorprendido y en shock pero no lo aguanto mas.
—Por Dios Leo sal. —mis lágrimas salen aun mas, tanto que ya ni veo—. Me duele mucho.
—Ya va a pasar tranquila. —me seca las lágrimas con tranquilidad.
—No me pidas eso. —me revuelvo desesperada porque no se aleja cuando le estoy pidiendo que lo haga—. A ti no te están atravesando, sal de arriba mío.
—Esta bien. —entierro mis uñas en sus brazos al sentir el ardor de cuando abandona mi cuerpo con suavidad—. Perdón Dam.
—No quiero seguir. —me elejo de él enseguida abrazando mis piernas con dolor—. Me duele... Mucho duele Leo.
—Lo sé nena, intenté ir despacio. —me abraza con mucha suavidad—. No lo vamos a hacer hasta que te sientas bien.
—Yo quería pero... —no logro dejar de llorar en sus brazos.
—No pasa nada Damaris... En serio, no pasa nada no digas eso. —está serio pero no hay nada malo en sus facciones, es una seriedad que no es de enojo—. Es tu decisión nena... Tú decides si seguir o no.
—Yo quería entregarte esto antes de irte y mira ahora. —me tapo la cara con vergüenza—. Tendría que...
—Sshhhh. —me aprieta aun más besándome la cabeza—. Cuando vuelva lo vamos hacer y vas a ver que te va a gustar... No vas a tener miedo, voy a ir mas lento y con calma tal vez me apresure causandote dolor.
Nos quedamos a pasar la noche en la cabaña porque ya no se ve nada en medio del campo y es seguro quedarse acá que salir a la nada, lo bueno es que solo me abraza y acaricia los brazos, no pasa mas allá de eso, hasta me da la sensación que no quería estar conmigo, pero por otro lado me digo que es un hombre con todas las letras ya que no me exige nada, ni siquiera me presionó para que sigamos con lo que empezamos, ¿se tardó en alejarse? Si, lo hizo pero en ningún momento me dijo que lo volvamos a intentar o sus manos fueron mas allá intentando de alejar mis decisiones y que tome coraje.
En la mañana me despierta diciendo que nos tenemos que ir que ya es tarde, me visto con rapidez y él ni siquiera me mira de reojo cuando lo hago, me da la espalda dándome privacidad y confianza.
—¿Lista?.
—Si. —desde un rincón lo veo como acomoda todo en la cabaña dejando todo como estaba—. Ya me quiero ir... Me quiero bañar y dormir bien.
—Si... La próxima vez va a ser como corresponde. —asiento sin decir nada mientras me abrazo sola—. Listo, tu hermana debe estar preocupada.
—¿Y? Soy grande y hago lo que quiero, ella no debe meterse.
—Pero vives con ella. —eso hace que me enoje, ¿acaso cree que soy una nena?.
—Ella no me manda, solo estoy en su casa y nada mas. —lo digo furiosa, salgo de la cabaña pensando en la estúpida de Melissa y que se hace la mojigata todo el tiempo.
—No te enojes. —me abraza pero lo empujo—. Solo lo dije porque es tu hermana nada mas, se debe preocupar.
—Llévame mejor y deja de decir pavadas.
—Si.
*****
Leo.
La verdad es que no sé que le pasa o si hice algo que la lastimó y no sabe como decirmelo ya que va súper seria hasta parece enojada, está con los brazos cruzados y debes en cuando suspira de desespero o asco, no quiero pensar en eso pero es la sensación que me da y no me agrada para nada sentir eso, actua como si no diera mas por bajarse y alejarse de mi y temo eso, que se aleje por cualquier cosa es lo que menos quiero, cuando llegamos a la casa de Melissa me bajo junto a ella que un poco mas ni esperaba a que pare la camioneta para abrir y saltar fuera.
—Dam. —la agarro del brazo pero me saca la mano de un manotazo.
—Déjame. —corro atrás de ella sin saber que hacer donde no entiendo nada.
—Dam espera por favor. —entra a la casa sin despedirse, quedo ahí sin saber que hacer hasta que vuelvo a la camioneta enojado conmigo mismo.
—Leo. —me giro y es Melissa que viene hacia mi con cara de preocupación—. ¿Podemos hablar un poco?.
—Si... ¿Qué pasa?. —mira la casa y se acerca mas a mi como nerviosa—. ¿Estas bien?.
—Si... Solo... —suspira mirando hacia todos lados mientras se soba los brazos—. Quiero decirte algo sin que te lo tomes a mal o que te enojes.
—¿Qué pasa?. —pongo mis manos en su cintura mirandola fijo a los ojos—. ¿Necesitas ayuda de algun tipo? Si tienes problemas dime... ¿Daniel sabe o no te animas?.
—No no no. —se muerde los labios negando—. En realidad es sobre Damaris.
—Si es porque llegó ahora es mi culpa. —alzo las manos sonriendo pero ella me mira seria—. ¿Ella no tiene nada que ver si? No te enojes yo insistí en que se quede conmigo.
—No me enojo Leo... Pero solo quiero advertirte de un par de cositas... Si es que me dejas.
—¿De qué?. —miro la casa asintiendo, Damaris no sale para nada y luego a ella—. ¿Algo anda mal?.
—Quiero advertirte sobre Damaris en específico. —abro gigante los ojos—. Es mi hermana y la conozco... Si sientes algo por ella va a ser mejor que la vayas olvidando y no te crees ilusiones con ella.
—¿Qué?. —digo sin creer yéndome hacia atrás de la impresión.
—Sé que no me vas a creer pero cuando pase lo que te diga me vas a dar la razón. —se mueve claramente incómoda hasta se pone en punta de pies moviendo los brazos—. Ella no es para nada la persona que te muestra ni a ti ni a nadie... No es dulce ni de asomo, mucho menos cariñosa... Es mentirosa, manipuladora, controladora, todo lo que hace lo hace para su beneficio no da nada gratis, siempre debe recibir algo a favor.
—¿Sabes qué? Es mejor que me vaya.
—Leo... —me agarra del brazo cuando me giro para subir a la camioneta—. Lo digo para tu bien Leo... Si se acostaron ya tuvo lo que quería de ti, ya no le sirves mas.
—Ella me va a esperar. —me apunto el pecho desesperado porque no entiende que nos queremos—. Nos amamos Melissa... Mucho nos amamos y ella va a esperarme, me lo prometió.
—No. —sonríe con tristeza que me llega a hacer dudar de lo que tengo con Damaris, pero así como lo pienso lo alejo de inmediato—. Ella no te va esperar Leo... Ni mucho menos te ama... Perdón pero es la verdad.
—Me voy y sabes algo... —la apunto furioso—. Eres una hija de puta. —asiente sin decir nada—. ¿Diciendo eso de tu hermana? Estas loca mujer.
—Espero que después de que te des cuenta y aceptes que lo que digo es verdad te quede algo para otra mujer ya que eres un buen hombre Leo... Y no me importa que no me creas y me digas de todo, cuando vuelvas me vas a dar la razón... Lamentablemente me la vas a dar.
Desde el espejo retrovisor la veo que esta parada mirando la camioneta, es una estúpida, ¿como va a decir eso de Damaris? Me dijo que la conocía y no tiene ni idea de como es, siempre dulce y tierna, toda inocente por donde la mire, no es nada de lo que ella dijo, y todo eso que escupió es envidia, le tiene envidia a su propia hermana donde con Damaris nos amamos y ella con Daniel no se deciden a nada.
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Aunque no quiera llega el día en que debo irme a cumplir con mis obligaciones y no puedo darme marcha atrás, quedaría como un desertor y traidor del país, mi familia me acompaña a la base ya que ahí tomo el avión que me lleva a la base a reportarme con mi equipo, y recién ahí me dicen a donde debemos ir y que debemos hacer, pero primero paso a la casa de Melissa para despedirme de Damaris, necesito que me sonría y me dé un beso repitiéndome todo lo que nos prometimos así me voy motivado, toco la puerta varias veces hasta que me abre Melissa.
—¿Hola cómo estás?.
—¿Damaris?. —intento ver hacia atrás pero no veo nada.
—No está. —en su cara veo que estuvo llorando por horas ya que tiene la cara hinchada y los ojos rojos—. Y la verdad es que no tengo la menor idea de donde esta.
—¿Qué le hiciste?. —sonríe negando mientras se cruza de brazos.
—La eché. —abro gigante los ojos sin creer que es una maldita, Damaris tenía razón sobre ella—. ¿Ya te vas al ejercito?. —me doy la vuelta para ir al auto sin decir nada—. Dios te bendiga Leo. —eso si me sorprende, tanto que dejo de caminar—. Espero que cuando vuelvas nos podamos dar un abrazo como haciamos antes... Y no tengamos diferencias.
—Lo dudo. —me giro enojado viendola que esta en el mismo lugar envolviéndose sola—. Lo dudo mucho realmente.
—Ya vas a encontrar una mujer que te ame de verdad Leo... Pero eso no es mi problema, si quieres sufrir sigue detrás de ella, yo ya te advertí, ahora esta en ti si crees o no. —me subo al auto con mucha bronca.
—Arranca.
—Bien.
Lautaro maneja en silencio y lo prefiero así, no quiero oir absolutamente nada, estoy entre dos pensamientos, por un lado me dabato con Melissa, cuando la conocí la amé, literalmente la amé, super calmada, tranquila, con su voz suave que hizo que mi hermano se recupere del accidente, con su perseverancia y optimismo se lo ganó a fuerza, era la mujer ideal para el renegado y frío de Daniel, pero con lo que me mostró diciendo cosas sobre su hermana todo lo que sentí y cosas lindas que pensé de ella se van a la basura, y después me debato en Damaris, se fue, simplemente se fue, ni siquiera me mandó un mensaje, no me dejó una nota nada, debería haberme dicho y así despedirnos, por cinco meses no voy a verla ni contactarme con ella ya que puedo hacer una sola llamada y la gastó en llamar a mis papás más que nada, solo se va dejándome en la nada mas que desesperado por un beso y un abrazo de ella, cuando llegamos a la base me doy cuenta en que me voy y no sé si vuelvo, en que puede que esta sea la última despedida con mi familia y debo llevarme los mejores recuerdo de ellos y los abrazos mas grandes que se puedan así cuando la situación sea difícil recuerde los brazos de mis papás, los besos cargosos de mi mamá, los apretones de mi papá, las peleas con mis hermanos, las risas con mis sobrinos, todo eso me llevo y lo guardo así me da fuerzas y esperanzas para luchar y luchar y volver con ellos a volver a recibir todo eso.
—Tiooooo.
—Ya voy ya voy. —agarro a Likan en brazos.
—¿Tio?.
—¿Mmm?. —lo miro a los ojos con angustia, ¿algún día voy a agarrar a mi hijo así?—. ¿Qué pasa hijo? ¿Me vas a extrañar?.
—Muchisimo.
—¿Hasta donde?.
—Hasta Dios.
—Chuuuu. —tiro la cabeza hacía atrás haciéndolo reir—. Un montón vas a extrañarme Likan.
—¿Viste? Un montón porque te amo mucho tio.
—Yo tambien papi. —lo lleno de besos—. Te amo mucho hijo.
—Bueno che... Dejennos despedir a todos.
—Uuu mami eres pesada, ya lo llenaste de besos en la casa. —bajo a Likan riendo por lo que le dice a mi mamá.
—No te pases pibe que doy unos sopapos vas a ver.
—Uufff. —va todo agrandado con Lautaro que le da la mano riendo.
—Te alejaste porque le tienes miedo eh.
—En realidad todos le tenemos miedo. —miro a Daniel que se aleja riendo de mi mamá que le tira un golpe.
—No se pasen que después me andan ahí cargoseando si no los abrazo. —negando la abrazo, siempre con cuidado ya que somos demasiado grandotes y ella muy pequeña y delgada.
—No te enojes mami si te amamos con locura.
—Ya lo sé amor. —me aprieta como puede y siento una paz inmensa cuando me abraza—. Hijo... ¿Cuídate si?. —comienza a llorar y no va a parar mas, ya me la imagino volviendo a la casa sin dejar de llorar angustiada.
—No llores mami por favor.
—No puedo... Me duele cada vez que se van, me dejan loca de preocupación.
—Ya va a terminar lo juro. —hace que mis lágrimas caigan también.
—Cada vez que puedas llama, no me dejes con el corazón en las manos hijo.
—Tranquila mamá... Te voy a llamar lo juro, cada semana los llamo.
—Te amo tanto hijo mío. —me alejo un poco limpiándole las lágrimas.
—Yo también mami.... Te amo demasiado.
—Tiooooo. —lo alzo y me aprieta con fuerza—. Te voy a extrañar.
—Yo también bebé. —lo bajo así me despido de mis hermanos, el último es mi papá que llora con grandes temblores, un hombre inmenso que delante de su familia demuestra todos sus sentimientos y nunca se avergonzó de llorar por eso somos así todos mis hermanos.
—Cuídate hijo. —me abraza apretándome con fuerza—. Vuelve con nosotros.
—También te quiero papá. —negando se limpia las lágrimas asintiendo—. Nos vemos en cinco meses tranquilo.
—Voy a estar contando los dias para verte de nuevo.
—Yo igual papá. —le doy otro abrazo al hombre que me enseñó todo en la vida—. Cuida de mamá... Y cuidate no te esfuerces.
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1° Insegura "letras rojas"
2° Insegura "letras azules"
3° Tentación.
4° Inesperado.
5° Inocencia.
6° Lecciones.
7° Aprendiendo. ■
8° Confiando.
9° Miradas.
10° Mi Rebelde.
11° Indomable.
12° Antu.
13° Arreglado.
14° Mestizo.
15° El indio
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