-No sé cómo lograste convencerme, te detesto, sabes que no me gustan las fiestas. ¡Oh, por Dios! aquel chico está vomitando, pobre. ¿Cómo es que tan pronto están ebrios y vomitando? –le pregunté a Maddie, mientras observaba aterrorizada aquel lugar. Mi amiga me persuadió para venir a esta fiesta y ya me estaba arrepintiendo, pero sólo estaría una hora y me iré casa, con o sin mis amigos, ni siquiera le pedí permiso a mis padres, solo espero que no me castiguen. -Deberían darme un premio por lograr que cambiaras de opinión. Y respondiendo a tu pregunta, ignóralo, solo lo hacen para llamar la atención. -Esto es horrible. -mencionó Justin. Oh, pobre Justin, a él tampoco le gustan las fiestas, es un chico bueno y tranquilo que sólo se enfoca en sus estudios y en el fútbol, él no debería est