Los rayos de sol, que se colaban por la ventana dieron directo a mi rostro. Maldita sea, no cerré las cortinas anoche. Iba a levantarme, pero me di cuenta que un brazo rodeaba mi cintura. Ay no. Giro mi cabeza, para poder observar al dueño del brazo que ya comenzaba a incomodarme y veo a Justin durmiendo plácidamente como un bebé. ¡Oh, pero qué tierno se ve durmiendo! quisiera llenarle la cara de besos, como mi abuela lo hace conmigo. Definitivamente no, es asqueroso, no sé cómo pude siquiera imaginarlo. Con mucho cuidado, aparté su brazo, con miedo a que despertara, pero ni se inmutó. ¡Vaya! este chico tiene el sueño pesado ¿Eh? Lo miro y no puedo evitar pensar en lo de anoche, mi mejor amigo me besó antes de decir que le gusto. Estaba bajo los efectos del alcohol, lo sé, pero los