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2149 Words
Llegamos al colegio tan rápido, que no me dio tiempo de procesar el hecho que estaba dentro de su lujoso Mustang, había pocas personas en los alrededores y me imagino que debe ser por la hora. El camino estuvo en silencio, cruzamos alguna que otras palabras, todo porque estaba tan nerviosa que no sabía que decir y ahora, por mi torpeza, Aaron sabe que vivo al frente de él y yo solo fingí estar tan sorprendida como él. ─Gracias por traerme. -le sonreí mientras abría la puerta del auto. ─No es nada, vecina. -soltó una risa que me llenó el alma y yo lo secundé nerviosa. Había perdido la primera hora de clase y además, ya no estaba tan de mal humor. Gracias, vecino. Caminé hacia el patio trasero, para sentarme en el pasto cerca de los árboles, mientras esperaba la hora para entrar a la siguiente clase. ─Isa. ¿Qué haces acá tan sola? -se sentó a mi lado. ─Hola Louis, perdí la primera hora de clase y no tengo más nada que hacer sino esperar la siguiente clase. ─Oh. ¿Y qué clase te toca? -preguntó sentándose a mi lado. ─Química. -solté un bufido, no se me daba bien esa asignatura. ─Yo también, espero no te moleste si te hago compañía. ─Para nada, pero comparto clase con mis amigos. ─Y yo con los míos, no creo que haya problema. -es cierto, era la única asignatura que compartía con Aaron y aun así, jamás supo de mi existencia, hasta ayer. ─Eso espero. -de inmediato pensé en Aaron, es inevitable no hacerlo. ¿Qué pasará ahora que sabe que soy su vecina? Algún día tenía que enterarse, ahora que lo pienso, debo ser más cautelosa a la hora de espiarlo, de lo contrario se dará cuenta que soy una acosadora. Jamás olvidaré este día, el día que me trajo hasta el colegio, en su lujoso y bien perfumado vehículo, estoy tan emocionada, había alegrado mi mañana con sólo compartir unos minutos con él. Debo contarle a Justin y Maddie. ─ ¿Qué opinas? -preguntó Louis, esperando una respuesta de mi parte y no tenía ni idea de lo que me había preguntado. ─ ¿Qué? Perdón ¿Opinar qué? -me sentía avergonzada, había estado hablando todo este tiempo y yo pensando en su amigo. ─Qué si quieres ir a comer helado al final de clases y por supuesto te llevaré a tu casa. -Uh, ¿Una cita? Jamás había tenido una cita. Incómodo. ─Claro. -Sonreí de medio lado, cuestionándome si era buena idea aceptar su invitación, al fin y al cabo solo vamos por un helado. ─Genial. -sonó el timbre anunciando la segunda hora de clase y por primera vez me sentí feliz por tomar una clase de química. Quizá me siente junto a Aaron y pueda conversar con él, ¿de qué? No sé, solo quería estar cerca suyo mientras me lo permita. Llegamos al salón y la sonrisa que tenía en mi rostro desaparece de inmediato al ver a Aaron con Alisson. Y volvió, Isabella la amargada. Creo que debería dejar de hacerme ilusiones tontas. A penas ayer me habló y ya estoy buscando nombres para nuestros hijos. Divisé a mis amigos que me saludaron con un ademán de manos. ─Oye, mejor me siento con mis amigos. Nos vemos a la salida. -le sonreí, aunque estoy segura que salió todo menos una sonrisa. Él asintió y se fue con sus amigos y yo con los míos. ─Tienes muchas cosas que contarme. -Fue lo primero que dijo Maddie al verme cerca. ─Hola para ti también. -rodee los ojos y me dejé caer en el asiento al lado de Justin. ─Uh, alguien está de mal humor. - bromeo Justin despeinando mi cabello y eso me enfurecía aún más. Le lancé una mirada fulminante y él besó mi mejilla rápidamente. -Por amargada. Quería lanzarle un cuaderno en la cabeza, porque sabe cómo enojarme aún más, pero llegó el profesor a salvarlo. ─Hagan silencio, ya comenzó la clase. Esta será una larga mañana. . ─ ¿En serio? No lo puedo creer ¿Y te dio un aventón? -Maddie abrió los ojos sorprendida. Les había contado a mis dos amigos mis encuentros con Aaron, desde que caí encima de él hasta que me trajo. Maddie estaba emocionada y Justin todo lo contrario, tenía el ceño levemente fruncido y sus mejillas estaban un poco sonrojadas. ─ ¿Tú no vas a decir nada Justin? -levantó su mirada por primera vez desde que comencé a contarles. ─Me alegro por ti, Isa, sólo no quiero que salgas lastimada por hacerte ilusiones con alguien que no va corresponderte. -se levantó del asiento, tomó su bandeja y salió de la cafetería, sin más. ¿Por qué reaccionaba así? Se supone que debería estar feliz por mí, después de tanto tiempo, dejé de ser invisible para Aaron. ─! Qué humor! -dijo Maddie mirando por dónde se había ido. ─ ¿Sabes qué pienso? Que Justin está celoso. ─ ¿Celoso? -la miré incrédula y tomé de mi café. ─Sí. Siempre que hablamos sobre Aaron actúa como si le fastidiara el tema. -la miré mientras analizaba lo que acababa de decir. Y no era mentira. Siempre actuaba extraño, pero ahora más que antes y la verdad si me desconcertaba un poco su actitud, quizá si está celoso, tal vez piense que nuestra amistad cambiará si de pronto Aaron esté conmigo, aunque con Alisson a su lado se torna más difícil. Luego le preguntaré, por ahora lo dejaré pasar. Olvidamos el tema y seguimos hablando de Aaron y por supuesto de su ex novia. Al final de clase, esperé por Louis, cabe mencionar que se estaba tardando mucho tiempo y yo ya me estaba cansando de estar en el colegio. Busqué el papel donde había anotado su número, que por alguna extraña razón no había guardado aún en mi teléfono, lo llamaría para cancelar la "cita". Unas manos tocan mi hombro y doy un brinco por el susto. Volteo pensando que es Louis, estaba a punto de reclamarle, pero me llevo una gran sorpresa al ver que se trata de Aaron. Mierda, Aaron. No puedo evitar ponerme nerviosa como siempre pasa cuando está cerca de mí. ─Bella. Louis te dejo un recado. ─Ah ¿Sí? ¿Cuál? -miro sus ojos verdes que siempre quise ver de cerca y ahora se me hacía imposible dejar de mirarlos. ─Dijo que tuvo una emergencia y que disculpa, te hubiese avisado él, pero no tiene tu número. -aparté la mirada, sintiéndome aliviada porque, al fin y al cabo no estaba segura de querer salir con Louis y lo vuelvo a mirar cuando habla de nuevo. -¿Quieres que te lleve? Vamos al mismo lugar ¿No? -Mi interior grita de emoción, pero de mi boca no sale ni un sonido. Habla idiota, di que sí. ─Eh. Claro, bueno, si es que no hay problema alguno. -me regaló una sonrisa que me alborotó todo por dentro, como si en mi estómago habitarán elefantes, y lo seguí cuando comenzó a caminar hacia su auto. De nuevo dentro de su vehículo. -¿Puedo hacerte una pregunta? ─Ya la estás haciendo. -ríe y lo secundo, sí es cierto, qué tonta. ─Adelante. ─Disculpa si soy atrevida pero ¿Volviste con tu Alisson? -él me mira fugazmente y vuelve la vista al camino. ─Aún no, pero quiero convencerla para volver, en serio la quiero y la verdad me está haciendo las cosas difíciles. -Ouch. Mi corazón, duele. ─ ¿Y por qué terminaron? -pregunto sin pensarlo, soy bien masoquista. ─Oye, era una pregunta y van dos. -dice divertido sin apartar la vista del camino. ─Lo siento, que metiche soy, disculpa. -bajé la mirada, sintiéndome avergonzada, ahora parecía una chismosa, bueno, si lo soy, pero no quería que se diera cuenta tan rápido. ─Descuida, lo dije bromeando y sólo fue una discusión, porque en nuestro aniversario no la llevé al fino restaurante que ella quería. -lo miré sorprendida y a la vez confundida. Qué tonta e interesada. ─ ¿En serio? Eso es una estupidez ¿Quién termina a alguien por esa tontería? La intención es lo que cuenta ¿No? Es absurdo. -Dios mío, pero que chica tan interesada. Yo estaría feliz con sólo verlo y pasar tiempo con él sin importa el lugar ni el dinero, su sola presencia sería mi más lindo regalo de aniversario y que me quiera como la quiere a ella, con eso basta. No me di cuenta que Aaron me miraba inexpresivo, por suerte había parado en el semáforo que estaba en rojo. ─Lo siento, disculpa si te ofendí a ti o a ella. Es que... Wow, no lo puedo creer. ─Tranquila, también me pareció absurdo, quise regalarle algo lindo, pero ella en serio quería ir a ese lujoso restaurante. -quedamos de nuevo en silencio, lo cual agradecí, no quería seguir metiendo la pata hasta el fondo con ese tema y quedar como una estúpida metiche  ante él. -Oye ¿Puedo pedirte un favor? -lo miré expectante, él puso en marcha su auto cuando el semáforo cambio a verde, pero aun así, no aparté la mirada de su rostro. ─Claro, lo que tú quieras. -¡Qué sea bueno! ¡Qué sea bueno! qué sea algo realmente bueno, algo como: quieres hacerme el favor de ser mi novia, sería muy feliz, pero obviamente eso solo pasa en mi mente, ya lo dijo, quiere a Alisson. ─Bueno, ahora no es un secreto para ti que quiero volver con Alisson, te lo dije hace un momento. -soltó una risa que resonó por todo el auto y fue inevitable sonreír. -Pero la verdad, ella me lo está dejando muy difícil, ya no sé qué hacer. -Suspiró y esperaba que no escuchara como mi corazón se partía en miles de pedazos. –No sé porque extraña razón me inspiras tanta confianza en tan poco tiempo… -¡SI! ¡Continua! - Ayúdame a volver con Alisson. Joder, no. Cómo me va a pedir tal cosa a mí, a mí que estoy enamorada de él desde hace muchos años. Di que no, Isabella, esto es demasiado para ti, di que no. DILE QUE NO. Es una mala idea. ─Encantada. -respondí fingiendo una sonrisa, él correspondió y giré mi vista hacia la ventana. ¿Quién en su sano juicio ayuda a la persona que le gusta a ser feliz con otra? Claro, Isabella la torpe Stewart.   .   Mi frustración es tan grande, que quiero quedarme encerrada en mi habitación llorando por ser tan estúpida. ¿Cómo es que terminé aceptando tal locura? Pero claro, es imposible decir que no frente a ese hombre, sí, me tenía loca y sabía perfectamente que eso no me traería nada bueno. Debo estar completamente loca, necesito un psicólogo. Mi teléfono suena y contesto sin mirar quién es. -¿Sí? -¡Isa! -gritaron al otro lado de la línea. -Maddie, qué sorpresa. -dije con notable sarcasmo en mi voz. -No seas tonta. ¿Dónde estás? Estoy afuera de tu casa. Me incorporo y salgo de la habitación escaleras abajo, no sin antes finalizar la llamada, abro la puerta y me encuentro con mis dos mejores amigos. -Hola chicos. ¿Qué hacen aquí? -Vinimos a visitarte o acaso no podemos. -dijo Maddie con una sonrisa de complicidad. -Díganme la verdad, conozco esa sonrisa. -los miré con los ojos entrecerrados, los conocía tan bien que estaba segura que se traían algo entre manos. -Esta noche hay una fiesta y Maddie quiere que vayamos. -soltó Justin sin poder retenerlo un segundo más. -Oye, era un secreto. -reclamó mi loca amiga, dándole un golpe en el hombro. -Sabes que no voy a fiestas, odio las fiestas, hay alcohol y música a todo volumen, muchas personas, no, olvídenlo, si sabes contar, no cuentes conmigo. -Dije mirándola con total seriedad, ella rodó los ojos. -Por eso era una sorpresa. Por favor, quiero ir pero no sola, tienen que acompañarme les juro que no los dejaré solos. ¡Por favor! ¡por favor! -Suplicó juntando sus dos manos y arrodillándose. Dramática. -Sabes que no me convencerás, hoy es noche de películas, así que si me disculpan tengo que ir a mi habitación, el Sr. Michi espera por mí. -No sé cómo aún tienes ese peluche, ya está desgastado. -dijo Maddie haciendo una mueca, mientras se levanta del suelo y sacude el sucio de sus rodillas. -No te metas con él. ¿Ok? -Por favor, Isa vamos a la fiesta prometo que volveremos temprano. Ayúdame Justin, no te quedes ahí parado como una estatua sin decir una sola palabra. -Justin la miró asustado, lo cual me causo mucha gracia. -Vamos Isa, por favor, ya convencí a Justin, sólo faltas tú. -Sabes que mi respuesta es un rotundo NO, y no lograrás convencerme. -La miré triunfante y subí a mi habitación dejándolos solos en la sala de mi casa.
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