Él bufo despreocupad, no quería hablar conmigo, no quería hablar de eso, algo le molestaba y no quería decirme. Habla, habla Henry, habla conmigo. Eso era lo que más quería que sucediera, pero él no cedía. Resople y me deje que mi espalda chocara con el respaldo de la silla, el silencio invadió y lo odie. —¿Me quieres contar algo de él? —pregunte con aire tranquilo, jugando con mis dedos nerviosos. Su silencio lo delato. —Bien, tomare eso como un no.—dije tratando de romper el hielo, lo cual funciono. Sus labios se curvaron hacia arriba, una sonrisa atrevida apareció, pero a la vez tímida. Luego de un silencio largo para mí y creo que para él también, hablo. —No tengo mucho que decir, nena. —clave mi mirada en su persona. Él ya la tenía clavada en mí, ahora con una expresión relajada