—¿Qué demonios has hecho? —le grite, el despego la mirada dela puerta, por la cual su novia y.… y Henry salieron segundos antes. —Y a ti que mierda te importa. — escupió con ácido. Me acerque a él furiosa. —Me importa porque eres mi maldito hermano y no quiero que destruyas tu vida. —le confesé con las lágrimas a punto de caer por mis mejillas. —Por favor, no me vengas con eso. Mi vida ya está destruida, ¿Acaso no lo ves? —pregunto a gritos y haciendo algunos gestos con las manos. —Mamá tiene a un maldito bastardo detrás de ella y nuestro padre, por favor, el hijo de perra te dejo a ti y a mí... Las palabras dolían, sé que no estaba siendo razonable, la sustancia que corría por su sangre lo cegaba, cegaba sus palabras. Sus ojos se cristalizaron, esos pequeños ojos azules. —Basta. —mur