CAPÍTULO VCamelia despertó sintiendo que el barco se movía constantemente. Tan pronto como Rose la despertó, le pidió que fuera a llamar a la puerta del camarote de la Baronesa, para preguntar cómo estaba. Rose volvió con la noticia de que la Baronesa se sentía mareada y enviaba sus disculpas diciendo que no podría salir de su Camarote hasta que el mar se calmara un poco. A Camelia ello no le preocupó. En realidad prefería estar sola que escuchar el parloteo interminable de la Baronesa. Se levantó, se vistió con ayuda de Rose y se sentó a escribirle a su madre . Le resultaba difícil hacerlo, porque el Yate se movía mucho impidiéndole los rasgos claros; pero Camelia decidió que a su madre la impresionaría mucho recibir una carta en el grueso papel apergaminado, con la Corona Real de Melde