Mariell y el Duque de Riversdale.

La Condesa Romana De Leons.

Cuando cumplí 8 años mi padre organizo una fiesta en la mansión, invito a muchos de sus conocidos, fue una celebración muy hermosa, con una gran torta de cumpleaños, era un día para recordar, me había divertido mucho, recibí tantos regalos que no podía creerlo, una mujer muy dulce y amable se acerco a mi, era la Condesa Romana de Leons, una mujer mayor con una agradable sonrisa, la había visto en varias ocaciones, cuando fui a visitarla a su hogar pues mi padre tenia algunos negocios con su entonces esposo, ella me recibió con galletitas y te de hiervas, en una ocacion vi a un niño, parecía de mi edad, el se acerco a la Condesa y le comento que sus plantas estaban listas, no parecía su hijo, así que mi curiosidad se asomo por mis labios.

- El es su hijo Condesa De Leons?

- No querida, mis hijos ya son adultos, ninguno vive cerca, se fueron a otros pueblos, aun que en el mismo Reino, el es el joven Christian, el viene a ayudarme con algunas cosas, ya que soy mayor no puedo ya realizar algunas actividades, y este adorable joven se ofrece a darle socorro a esta mujer.

Ella le sonríe al joven que la observa con cariño.

- Ven, acércate Christian.

El joven se acerca a donde estamos, y la Condesa lo reprende.

-Christian saluda a la señorita Mar, ella es una dulce señorita amiga mía.

- Es un placer Señorita Mar?

- Mi nombre es Mariell, pero todo de cariño me dicen Mar.

- Mi nombre es Christian, pero usted puede llamarme Chris.

Ambos nos damos la mano, y la Condesa dice que salgamos al jardín, ahí nos muestra lo hermosas que se han puesto sus flores desde que Chris viene a cuidar de ellas, el parece feliz al estar al lado de la Condesa, ella es una mujer muy dulce con todos, siempre que la visito me da consejos sobre el cuidado del cuerpo de una Señorita, ella dice que no tengo a mi madre conmigo, pero cuando tenga alguna duda sobre cualquier cosa no dude acercarme a ella, gustosa me ayudara.

- Bien, iré a pedir que preparen la comida, ahora regreso, Christian, muestrale la fuente a Mar.

- Si Condesa!

El me guía hacia la parte del jardín que esta rodeada de hermosas flores blancas, parece un lugar muy pacifico, Christian me explica que hace algunos meses ayudo a la condesa a sembrar algunas semillas, y que en estas semanas se dieron tantas flores que el lugar quedo hermoso.

- Y dígame señorita Mar, usted vive cerca de aquí.

- Si, vivo en la Mansión Keppler, mi padre y yo vivimos ahí.

- Y tu madre?

Me quedo seria, pues a pesar que ya pasaron algunos años, aun es difícil hablar de ella sin sentir tristeza.

- Disculpa, si no quieres hablar de....

- No te preocupes, mi madre murió hace algunos años, mi padre es quien cuida de mi.

- El se queda pensativo, y sonríe.

- Yo.. tampoco tengo a mi madre conmigo, ella nos dejo a mi padre y a mi, la verdad es que jamas la conocí, cuando era solo un bebe ella me dejo al cuidado de mi padre, era una mujer que... no deseaba tener una familia.

- Lo lamento.. Que edad tienes Chris...

- 13 años, y tu?

- 8, hace poco los cumplí.

- Ambos corremos por los jardines, el parece relajado aquí, pero en un punto escucho que alguien lo llama de una manera muy dura.

- Estas aquí otra vez, vamos, es hora de irnos.

Un hombre muy grande, con uniforme lo llama de manera molesta, el se despide de mi y se apresura a llegar al hombre.

La condesa regresa y me pregunta por Christian, pero le informo lo que sucedió, ella hace una expresión de tristeza, y me cuenta lo que sucede.

- Mi querida Mar, ese jovencito es dulce y amable, tan gentil, sabia que se llevarían bien de inmediato, tu eres tan parecida a el, pero la mala fortuna de Christian es su padre, ese hombre jamas lo ha dejado tener una infancia, ser un niño, a pesar de que su padre lo reprende, el viene a mi, pues dice que en este lugar se siente feliz, yo intento que el disfrute el tiempo aquí, sabes, no necesito que haga nada, podría pagarle a cualquiera para que lo haga, pero disfruto de su compañía, charlar con el, saber como se siente, su padre es un hombre muy duro. es el capitán del ejercito de el Rey, el hombre ha visto tanta sangre que ha perdido sensibilidad para tratar a su hijo. ese joven solo busca el cariño que ambos padres le han negado.

Me siento terrible al escuchar a la Condesa hablar así de el pobre Christian, que pena es no tener el cariño de tus padres, yo al menos tengo a mi padre que se preocupa tanto por mi.

Cuando regreso a casa voy directamente a mi habitación, las doncellas me ayudan a darme un baño, y me envían a dormir, pues mañana debo seguir con mis clases.

Al día siguiente mi padre es informado que ha llegado una visita, yo estoy en el despacho haciendo algunos deberes, y el me pide que lo acompañe, me pongo de pie y salgo junto a el, al llegar a la sala de visitas me doy cuenta de que esta una mujer que es como de la edad de mi padre, acompañada por un joven de mi edad o algo mayor creo yo.

- Pero que hermosa señorita tenemos aquí, hola querida, como te encuentras el día de hoy.

Yo me oculto tras mi padre, el me invita a salir para saludar a la mujer y quien supongo es su hijo.

- Hija, quiero que conozcas a la Marquesa viuda de Thearth, Marquesa ella es mi hermosa hija Mariell.

- Es un placer conocerte Mariell.

-Es un placer conocerla Marquesa.

- El es mi hijo Johan Thearth.

El joven me tiende la mano, parece amable y gentil, me dedica una sonrisa, y comienzo poco a poco a sentirme comoda cuando mi padre comienza a charlar con la mujer sobre su viaje, ella nos cuenta que su esposo falleció hace un año, desde entonces buscaba un lugar donde iniciar de nuevo, era difícil seguir en la casa que compartió con su esposo que había fallecido.

- Por ello le ofrecí a la Marquesa nuestro hogar mientras encuentra un lugar donde vivir hija, que te parece.

Yo solo acepto lo que dice, en realidad no veo mal que mi padre ayude a una familia que no tiene un hogar.

Johan y yo salimos al jardin, mi perro ahora esta enorme, es tan peludo, se lo presento a Johan, el lo acaricia, Reins, mi perro corre tras nosotros, el salta sobre mi, haciéndome caer al suelo, Johan y yo nos divertimos jugando con el por varias horas, hasta que nos llaman para comer.

Mi padre y la Marquesa ya están en la mesa, Johan me ayuda a tomar asiento, veo que es muy amable.

- Y dime Johan, que te parece la Mansión.

- Tiene usted una hermosa casa señor.

- Vaya un joven bien educado.

Mi padre y la Marquesa charlan sobre algunas cosas, Johan y yo charlamos sobre ir a jugar después de comer, pero su madre dice que debemos descansar, mañana ambos tenemos obligaciones, mi padre afirma que no es bueno estar mucho tiempo fuera puesto que hace frió.

- No quiero que enfermes hija, es mejor que se entretengan aquí dentro, puedes mostrarle a Johan que tocas el piano, le agradara escucharte.

- Si padre.

Al terminar de comer, vamos a la sala, y bebemos te, mi padre le cuenta a la Marquesa sobre sus negocios, nuestra vida, lo que hacemos al diario, en fin, la Marquesa me pide que toque una pieza para ella, me preparo y tomo la partitura, mi padre dice que es un don que tengo, muchos aprenden mas mayores que yo, parece que mis manos son perfectas para el piano.

Comienzo la música, y mi padre siempre cierra los ojos, el disfruta de la manera en que toco el piano, a mi me agrada escuchar las notas que salen de el, desde muy pequeña me intereso el instrumento, de hecho en las fiestas mi padre siempre hace alarde sobre lo magnifico que lo hago, las personas me llenan de aplausos al ver que aun soy muy joven y domino el instrumento.

- Mi querida Mariell, su padre se ha quedado corto al contarme sobre usted, toca maravillosamente el piano, jamas pude hacerlo, dedos cortos, aprendí algunos otros instrumentos, pero amo el sonido del piano, es usted una verdadera maravilla.

- Gracias Marquesa.

- Si la verdad es que mi hija tiene un don, ella aprendió desde hace algún tiempo, todos se asombran por su edad y por la finura de sus manos para con el instrumento.

- Eso se ve, es un don de esta hermosa Señorita.

La Marquesa sonríe y voy hacia mi padre para abrazarlo, el besa mis manos, y me dice que lo hice estupendo.