UN NIÑO ENTRE LOBOS

2409 Words
“UN NIÑO ENTRE LOBOS “ “El aullido es tan contagioso para los lobos como el bostezo para los humanos “ Kevin Ansbro El invierno no se come al lobo pero llegar a ese inoxpito lugar en medio de la nieve, los cazadores furtivos, otros lobos y solo para tomar una víctima poco segura para su fin, su plan si había sido una invitación a la aniquilación. Pènsandolo bien no había sido tan buena idea para él… tan superior, él podía oler a los otros todos ellos. Iban tras ese niño. Un niño. Solo eso podía seguirles el rastro tan fácilmente. Tontos criaturas inferiores, que no se descifraban a si msimos. La bestia tenía ahora si un mejor plan, estaba astiado y asqueado de hundir sus filosos colmillos en carne inútil que nisiquiera servía de alimento. Francamente desilucionado y furioso de no hallar a su par ideal. Llegó a pensar en un rango de vanidad sin limites que él era único. El se había creado a si mismo como único y esa idea no le hacía temer que la luna se encogiera en días. Apenas buscaría más, juntaría fuerzas y volvería a lo suyo: a dar vida por que él no era un simple asesino, una bestia que marcaba territorio un lunático extraviado. ¡No! Él había comentido errores como aquel muchacho del Central Park, bebido, engreido que esperaba ser lobo para orinar en los arboles y rasguñar las cubiertas de autos nuevos, para aullar como perro idiota en un peligroso tejado, para follar como un animal pero no sé trataba de eso ser quienes eran. No resultó: lo mordió, lo escupió, abrió sus venas, vertió su preciosa sangre sobre ese muchacho pero nada. ¡Nada! Minutos de explicarle todo lo referente al orgullo de ser una criatura inusual, mística y desafiante para nada. Para que se volviera humano y no resisteiera el perder tanta sange. Recordó su propia furia subiendo hasta sus ojos rojos, que lo intento una vez mas pero nada, que no solo fue por verla a ella-A esa muchacha en especial- coquetear con el muchacho, Simplemente quería crear, nada, la vida se le escurrió, otro fracaso, La bestia quería un ejército, por que no solo semejantes… mas que para cubrir su soledad la cual él no admitía. Sufrir por ser doblemente diferente. Descartó a unas cuantas muchachas para su plan. Primero Tilly, luego Saskia, ella si pudo haber sido la indicada, pura, perfecta, una fiera cuando se transformaba, sinuosa, hábil. Hasta aventuró la idea de engendrar con ella más criaturas de una manera humanamente convencional. Notó que no sw resistió al verlo allí. La vio sin transformarse casi y ella no lo notó se hincó ante ella como si pretendiera rogarle que todo resultara bien pero ella estaba inconciente por el golpe del resbalón en su huida…la psicología del hombre hacía del lobo solo un animal temido. En ese momento vinieron a su mente parabrisa Metamorfosis, psicología de los sueños…. Y todo eso. El lobo es carnívoro pero a otro lobo no lo muerde y sin embargo… su garra se volvió errática y lujuriosa , torpe al rozar esa piel blanca. Si así fue dominó el escozor creciente en su entrepierna, no pudo acabar lo que nisiquiera comenzó igual que con Tyrone otro engreído, autosuficiente el macho beta, altruista simple, con colmillos filosos y mirada arrolladora, cortó, marcó y demás y solo oía sus preguntas, como se había transformado en ello ya, porque, para Tyrone todo estuvo claro hasta su amenza: sabía lo que intentaba dijo y se atrevió a maldecirlo y gritarle que nunca sería igual a él. Pedante… que placer sintío el verlo convertido en trozos bajo sus patas si su hermano hubiese sido igual… pero Edgar era humano. Definitivamente humano, olia apestosamente como estos. Temor y superioridad. Odio más que nada pero satisfacción por hallarlo, por convencerse de que un hombre lobo acabó con su hermano Tyrone. Luchó con fiereza digna y se le escapó. Así de simple. La bestia se convenció de que no podía voltearlo: del interior lobo al exterior humano... No era posible porque ese sujeto no era ninguna de las dos cosas. Así halló la clave: si buscaba a un hermano de los lobos, si provocaba él mismo el cambio. Como el que le había provocado la naturaleza al elegirlo… desechó al resto de la manada. La escurridiza Tina, oveja de muchos el lobo la come. El irresponsable Borja sería difícil de dominar, el doble problema al transformarlo como Nick tan cerebral intentando desechar su instinto lobuno para convertirse él mismo en humano nuevamente. Simon… ¡ah! Simon…. Los lobos no tenían rey y Simon debería aprender esa lección. Ahora la bestia deseaba un bocado mas…. Pobre Darren, eso debían de pensar todos, con la bestia acechando y él solo. La bestia buscaba a un bocado perfecto algo que aumentara sus ansias de creación. --*-- El chasquido de la fina capa de nieve bajo sus pies le hizo enlentecer su paso. Simon dormía, era de mañana y estaba cubierto de vendas en aquella posada apartada a donde se habían refugiado, había sido un triunfo disimular sus heridas ante el concerje y registrarse. Él mas bien la había llevado a Selene medía dormidad aún y con naturalidad habían actuado como un par de turistas. Selene despertó en la cama de la habitación abrigada sin su calzado, a un lado rastros de pelo y sangre. Simon estaba recostado, mal curado y rendido respirando profundo. Selene se puso de pie de inmediato y trató de ser silenciosa así había salido al aire libre luego de cambiarse de ropa y ajustarle las vendas a Simon tratando de no despertarlo. El estómago de Simon emitía ruidos estridentes y ella decidió bajar a la recepción, tomó parte de su desayuno para llevar el resto a la habitación. Repentinamente el titular de un periódico la obligó a salir de sus pensamientos. Hizo preguntas, pidió una traducción en su mal ruso y compró el ejemplar del periódico. Dio un par de vueltas por el poblado para recabar más información. Con este bajo su brazo y la bandeja en otro, llegó a la habitación. Abrió la puerta y la cerró en silencio. Todo estaba en penumbras. Simon apenas si cambió de posición en aquella cama y ella buscó su teléfono para enviar mensajes a la desesperada manada. Anaïs incluida, y detallarles su localización exacta. Les relató el fallído intento de rescatar al niño y les dió las buenas nuevas. Las que estaban allí ante sus ojos en blanco y n***o. El mal clima retrasaría al resto. Luego Selene se sentó frente a su teléfono e hizo un par de investigaciones extras. Era tiempo de que se dejara de ser una espectadora tras su cámara e interviniera en la realidad. Rentó por una app una camioneta e imprimió un mapa de la zona. Simon despertó tosiendo e incorporándose. Preguntó la hora y detectó la bandeja de desayuno. -¡Que mal carácter tienen algunos animales! –Simon frunció el ceño al ver sus propias heridas. Pareció contarlas -¡Igual que algunos humanos!-Selene se sentó en la dejando su teléfono a un lado-. Llegado un determinado momento hasta creí que las hembras de la manada abusarían de ti. Simon hizo una mueca oliendo el desayuno: -¿Qué puedo decir? Soy irresistible. Ya sabes eso. -Lo eres a tal extremo más bien a ambos extremos de la evolución humana. Luego Simon atacó el desayuno sin piedad. De todas formas el niño no estaba allí. Algo lo preocupaba, que se despreocupara, pidió ella. --Perdón…?-Simon creía no haber oído bien. -Deja de preocuparte -repitió ella enseñándole el periódico que él leyó rápido. Luego alzó la vista directo a los ojos de Selene. -.Por lo que traduje…-comenzó ella- _esta en casa de un doctor-leyó él- soy poliglota ¡otra habilidad menos notoria que ser lobo claro! -¡Me asomba que tus congéneres de antenoche te dejaran la lengua intacta! Esaba realmente enfadada y él no entendía el porque. Porque era irracional. -Soy medio animal Selene al igual que todo ser humano- Simon le guiñó un ojo y continuó leyendo con la boca llena- el doctor tiene un consultorio no muy lejos de aquí , solo para emergencias, bien equipado al parecer. Logró hacerle estudios al niño y no llegó a ninguna conclusión. Ja ja bien por el avance médico. Solo que fue cuidado por lobos como uno más. -Debió atraparlo de madrugada y solo. Selene tomó el periódico nuevameante el fotógrafo había logrado una buena toma pero solo se distinguía a un niño sucio de uñas y cabello creciso. Definitivamente no un lobo pero trataban de manrener ma historia en secreto. Simon ya apartaba las mantas comenzando a decir. -Iré… -Tú no iras a ninguna parte hoy y eso incluye la noche- se opuso ella enérgica- recuerdas: aun tengo una pistola de dardos y no dudaré en usarla contigo. Deja que el doctor cure al niño. -¿Y lo mantenga encerrado en la enfermería toda la noche? Una noche que incluía luna y su efecto. -Estará cansado como para transformarse tal vez la luna es débil y es pequeño… Simon pareció convencerse de eso y respiró hondo: -¡Estas de muy mala luna Selene!- la tomó de la mano- una pistola de dardos , vamos tú sabes que no necesitas eso… es tan fácil, distraerme, calmarme, cansarme… -Duerme Simon-rechazó ella suavemente y apartó las manos de Simon que ya navegaban por su figura.. -Igualmente tendré que salir por la noche. Le recordó él comportandose. -Cierto cenaremos temprano, dormirás un poco y luego te dejaré libre. Simon interpretó aquello como una simple frase. Quizás ella deseaba fotografíar los paisajes nevados y saldría también. Un lobo suelto, difícil de ocultar pero la posada estaba rodeada de un bosque bastante acogedor para su gusto lobuno. Simon cedió las heridas cicatrizaron ya había comido así es que durmió hasta el atardecer. Saldría, se convertiría en lobo evitando a los otros lobos y volvería transformado en humano al hotel. Pero su instinto le hizo revisar las notas de Selene dispersas en una mesita. Comprendió al instante lo que ella planeaba. Ella iría por ese niño como una simple humana ante el doctor. Tal vez pensaría robarlo a la fuerza a juzgar por los dibujos del interior del lugar. Un croquis del plano con todo detalle. Había un mapa completo de la propiedad. Faltaba el arma de tranquilizantes y por supuesto las llaves de la camioneta estaban escondidas por algún sitio para demorarlo. Simon las halló, maldiciendo. Apenas su aspecto de vioaa prolijo bajó a la recepción y preguntó por ella. Apenas se había marchado conduciendo otra camioneta rentada el conserje le dio la descripción. Simon miró al cielo y emprendió el camino sin mas. --*-- Selene detuvo la camioneta en medio del sendero a la entrada de ese caserío disperso. Nevaba pero la oscuridad lo cubría todo. Cargó el arma en su cintura con habilidad, aún no tenía miedo estaba excitada más bien por esta nueva aventura. Distinguió una luz opaca colarse por la pequeña ventana. Esa debía ser la enfermería propiamente dicha y en la parte trasera las demás dependencias. La reja parecía fácil de saltar, abriría la ventana, tomaría al niño y lo llevaría con la manada humana. Lo rescataría de los lobos pero lo entregaría a otra clase de lobos. Absurdo. Pero por ahora era el único plan que tenía. Ni siquiera pensaba en como justificaría la presencia de ese niño en la posada o como lo cuidarían. Podía llegar con el niño camuflado y oculto el resto ya se vería sobre la marcha. Solo sabía que la manada era la única que comprendería al niño. Sería más facil, o no, hablar con ese doctor, explicarle lo que este temía ya: que su paciente era ecepcional, que la noche lo reclamaría en la compañía adecuada, y asi aprendería a ser él mismo a aceptarse… lógicamente, el tiempo estaba en su contra. El buen doctor no la comprendería, nadie lo haría, estudiarían al niño lo verían como un fenómeno, engrosarían los libros médicos con su caso. Lo aislarían. Lo revisarían nuevamente y se negaba a imaginar cientos de padecimientos mas sobre ese niño. Por ello Selene salió de la camioneta, se estremeció y rogó que la luna se ocultara hasta dar el niño. Luchar con un pequeño lobezno era algo con lo que no contaba. Luego se ajustó sus guantes y trepó a la reja, la salto ágilmente estaba en forma. Bien, ya estaba dentro de la propiedad…cuando un sonido la alertó, era lejano, un gruñido. Varios. Provenían del fondo de la casa. Su teléfono vibró en su bolsillo y lo atendió sabiendo que se trataba de Simon, por fin un ladrido se oyó lo suficientemente cerca. -¡¿En que piensas Selene?!Sal de allí voy en camino- la voz de Simon estaba a transformada pero ella avanzó en medio de la oscuridad. -Tomare al niño y saldré parece que hay lobos aquí, los mismos tal vez. Selene dio la espalda a la parte trasera de la casa- tal vez vienen por el niño- se volteó aun mas para obtener mejor señal del teléfono y miró a la salida-óyelos ladrar… -¡Los lobos no ladran Selene! ¡Corre, son perrros y se oyen feroces! Selene se maldijo, se llamó estúpida y se volteo para ver a cuatro mastines furiossos que mostraban sus colmillos. Los perros son lobos disfrazados pensó mientras corria hacía la reja, los perros ladraban, se resbalaban en la nieve y tropezaban entre si para dar con la intrusa. Selene salto la reja y cayó en la nieve. Solo abrió los ojos para verlos saltar también la reja y detenerse a metros de ella. Fue entonces cuando un lobo salido de la nada se interpuso entre ellos y Selene dispuesto a dar pelea como fuera. Selene se incorporó adolorida, trató de observar con cuidado en medio de la oscuridad. Había perdido el arma con dardos traquilizantes y solo pensó en regresar a la camioneta y buscar con que defenderse. El lobo mostraba sus fauses y daba vuentas en círculos cuidándose de no ser atacado por ningún flanco. Luego el lobo corrió a los perros hasta un bosque, mientras ella advirtió que un auto se acercaba, sin duda debía ser el doctor. El lobo regresó maltrecho y Selene dejó escapar el único nombre posible: -¡Simon!
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