DESEOS HUMANOS

1109 Words
“DESEOS HUMANOS “ “Los lobos sabían cuando era tiempo de dejar de buscar aquello que habían perdido, para enfocarse en vez de eso en lo que está por venir” Jodi Picoult. La luz de la luna jugaba en sus ojos, la bruma cubría el cielo pero no lograba ocultarla. La luna de brujas y lobos, la luna, muerte de la oveja. Simon esperaría noticias de Nick, le pidió a Selene nuevamente que se recostara, que elegieranpara si ualauoer habitación y descansara pero para ella eso fue imposible. Sostuvo su teléfono en sus manos intentando comunicarse con ese número de teléfono desconocido. Tilly estaba a salvo. Daba señales de vida, era lo habitual en ella esos cortos mensajes. Ya no temía. Pero la situación era diferente. Selene se puso de pie enérgica, qué más se podía hacer? Era humana, era pensante y eso significaba ser completamente inútil en esta situación, una paradoja de la naturaleza una broma. -Esperaré noticias de ella, así siempre ha sido lo más frustrante para mí, me hace pensar que no quiere estar cerca. Ahora yo sé su secreto pero me temo que su temor va más allá aún y es justificado: teme que si se acerca a mí atraiga tras de si a esa bestia que la persigue. Porque no dudo de que esa criatura este tras todos ustedes solos o en manada buscará cercarlos. Ella tenía toda la razón en pensar así y sabía sobre todo como si hermana actuaría. Selene respiró hondo y decidió descansar un poco. Simon no exageraba, cualquier habitación era subriosa y cómoda, hanao un placares bien provisto de ropa nueva .ella echó un vistazo a la cama. Demasiado grande para compartirla sola. Pensó en la paradoja de su vida amaba a los animales y alaba a un animal y justamente esa condición impedía el amor. Se cambió y duchó, se recostó tratando de imaginar a Tilly a salvo bien oculta dejando de lado sus tonterías y sobre todo aquella cacería peligrosa a la bestia. Su teléfono estaba a un lado sobre la almohada misma por si acaso. Miró de reojo las notificaciones. No tenía el más mínimo deseo de responderle a Zoe , no sabría mentirle u ocultarle a su amiga todo lo que le estaba sucediendo . Entonces una punzada de deseo la invadió repentinamente, deseaba a Simon era un pedido más que corporal, ansiaba tenerlo por completo. Entendía ya el ser que era Simón y en que se desdoblaba, magia no maldición. Era un sentimiento inesperado e irracional digno de la más salvaje y primitiva naturaleza y no se avergonzaba se ello en absoluto. A las minutos de dormitar se sobresaltó y se puso de pie de puntillas, se asomó a la ventana y vio a Simon allí parado fuera bajo la luz de la plateada luna. Apenas estaba desatento. La noche lo llamaba pero no con la misma fuerza. Selene bajó descalza solo con una bata y su cabello suelto. El silencio era tan profundo que la inquietó. Tal vez los ancestros que lo cargaron con ese son lo observaba todo desde la eternidad. Comprendió que Simon era un cazador nocturno, que no podía evitar el estar vigilando, se preguntó si seguiría su instinto, su rastro, si la rodearía y la atraparía deleitándose con el festín. ¿Simon cedería? ¿Se permitiría caer en la trampa y ser cazado? Simon se volteó apenas ella estuvo a metros, su territorio… -Cuarto menguante, no tienes excusas Simon… Selene lo dejó escapar y advirtió su instinto en febril ebullición. -El amor es una búsqueda de la inmortalidad decía el filósofo Platón.Simon dio un paso adelante como si se reprochara su propia acción. -Ya ves… tú y yo no elegiremos una lujosa habitación. Acabaremos esta cacería en plena naturaleza. Te doy ventaja… Simon se hizo a un lado señalando el bosquecillo frente a la propiedad: -¿Sabes? Se dice que todo hombre es como la luna: tiene un lado oscuro. Ella pasó ante él dudando en cada pisada que daba en la húmeda tierra. Advirtió un farol rodeado de mantas, un campamento lujurioso, un pic nic. Sintío tras ella al lobo: afilaba sus garras, saboreaba un gruñido, estaba completamente desnudo sin su otra piel animal, solo un cordero Simon quitó la ropa de Selene rápidamente y la recostó con la mirada a la luz de la luna. Finalmente la bestia humana emergió de su sangre ardiente, se sació del cuerpo de ella, descarro su corazón a cada bocado. Tenía hambre de ella y cuido de no dar mordiscos. Pero Selene sintió que ella misma era la fuente de su vitalidad esta vez y no la luna. Pura magia, sentía en su pecho latir el corazón de Simon a su mismo ritmo, el roce de su media barba, sus susurros agonizantes que rompieron el silencio nocturno. Simon consumía su energía, atento, furtivo, un cazador natural, ella simplemente una pressa, un delicioso festín. Delineó suavemente sus labios y se regocijó del contacto al calor humano. Sabía que ella lo buscaba solamente a él, a Simon sin importarle lo que sucediera en el en semanas. Su propio corazón había sido el trofeo de esta cazadora. Lo admitió cuando la madrugada persigio a la noche. Ella parecía dormir recostada en su brazo y Simon la observó con atención a la luz dela escasa luna para cerciorarse de que no la había mordido o siquiera arañado, que no había nada en ese cuerpo mas que rastros de su humana pasión. Permaneció inmovil. Agazapado en el fondo de si mismo así estaba el deseo de compartise nuevamente, ninguna fuerza sobre la tierra hombre, bestia o naturaleza impediría que volviera a estar dentro de Selene. La noche misma acabaría contemplando los despojos de su banquete, Simon sonrió feroz…. --*-- La cuidad caía indefensa y resignada bajo la noche, repentimanente ellos se había convertido en una jauría. Buscaban su par, dudaban… la luna culpable de mareas, locuras, de sequia de crímenes. Con lobos cruzándose en su caminos. A si debía ser en esos días hasta que volvieran a ser una manada. La luna compleja, de sueños y malos pensamientos. La luna que completaba su arrogante figura en semanas, ella traería nuevamete al asesino, a la bestia. La luna que deambula impune por océanos, que sigilosa se cuela en las casas que perturba la razón, ella había creado a esta bestia superior. Si solo la luna y a pesar de ella… la bestia se creía omnipotente, buscaba ser el mismo creador al no hallar a otros iguales. Los crearía de su propio cuerpo si fuera necesario. Ya era aquello una batalla personal contra si mismo.
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