Athina miró con rabia a Phoenix, se acercó a él, encarándolo, mirándolo fijamente
—¡Cuida tu maldito tono de voz conmigo!
Él tuvo que callarse, incluso por toda la rabia que sentía tuvo que detenerse, o sabía que terminarían mal.
Bajó la mirada
Athina fue por los niños.
—¡Vamos, chicos, papá gruñón acabó la diversión, hay que volver a casa!
Liam y Miry tomaron sus manos y los mayores se levantaron para volver, estaban todos muy confusos.
Los chicos volvieron al auto de Dayne.
Athina subió en el auto con Phoenix, ningún decía nada, era notable que ella estaba enojada, sin mirarlo.
Su mirada clavada en el paisaje de la ventana no quería llorar, pero sentía un nudo en la garganta, que la apresaba, odiaba como la hacía sentir con un solo grito, porque ella lo amaba, le dolía si la
