—Phoenix, no puedes dejarte caer, nadie puede derrotarte, tú eres fuerte, tú hija y yo te necesitamos. Él miró su rostro, sus ojos están llorosos. —¿Mi hija…? —exclamó con dolor. Ella acunó su rostro. —Sí, porque Miry es tu hija, es de tu corazón, de tu amor, de tu cuidado, ¡Ella es tu hija! —Lo es, siempre será mi niña del corazón, ahora puedo entenderte, amas a esos chicos como tuyos, y yo siempre fui tan… ¡Egoísta! Pero, nunca permitiré que Gilbert, ni Elon, nadie, lastimen a Miry, ni a ti, ni a tus hijos, ahora seremos una familia, nadie nos va a separar. Ella sonrió, besó sus labios con dulzura, tal vez la noche era muy oscura, pero Athina sintió que Phoenix era su estrella brillante entre tanta niebla. Estaban sentados en la alfombra, ella besó sus labios, primero solo un d