Athina salió del cuarto de baño con vendas nuevas, y medicinas, pero el hombre no estaba ahí, salió de prisa, siguió sus pasos, no podía entender como era tan cabeza dura para ir y andar como si nada, con dos grandes rasguños en su piel y varias inyecciones a cuestas.
Se detuvo, antes de entrar a la oficina del guardabosques, vio salir al hombre que disparó al puma subir a un auto, marchándose, dio un paso más y claros gritos vinieron a sus oídos, era la voz de Phoenix Masiss, optó por esconderse tras una ventana, la curiosidad podía más que su prudencia.
Observó y escuchó atenta.
—En Swallow Cliff no hay presencia de pumas, no me quieras ver la cara de imbécil.
EL hombre retrocedió, nervioso, temblando
—Señor, no sé nada, esto nunca había pasado, solo ocurrió, fue algo excepcional.
