AMANDA Después de haber conversado con Clara, la convencí de que era una buena idea que estuviera viviendo en la misma casa de Liam. Es muy desconfiada, pero al final cedió. Llegué a la enorme mansión. Todo estaba oscuro, solo se podía apreciar la luz de los pequeños faros del jardín. Me pregunto si Liam estará en vela. Como sea, caminé por el jardín cuando, de pronto, escucho mi celular timbrando. Es Andrew. No me lo puedo creer. —Hola, Amanda. Disculpa que te esté llamando a estas horas, pero solo quería confirmar si, al final, vas a trabajar en mi empresa—. Estaba muy emocionada al escuchar eso. Por un momento pensé que no me contrataría. Bueno, más que todo por mi condición. —¡Sí, claro que sí!—. Chillé tan fuerte que seguramente se escuchó hasta la mansión.— Lo siento— me disculpé