AMANDA
—Hola —fue lo único que pude decir cuando llegué a la cafetería en donde estaba Clara. Ella estaba seria, pero después de unos segundos me dio un abrazo.
—Por favor, toma asiento, ya he pedido por ti —estoy un poco nerviosa por lo que ocurrió en casa de Liam. Su mujer me da miedo. No solo por mi vida, sino también por la vida que llevo dentro. Conozco a las mujeres de su clase.
—Lo siento mucho —Clara levanta la mano en señal de ofendida—. Te lo iba a contar, pero es que todo surgió de la nada. Ni yo tuve tiempo de reaccionar.
—Como sea, solo dime, ¿por qué no estás en tu casa? ¿Dónde has estado todo este tiempo? —Clara era más como una hermana que una simple amiga. No puedo ocultarle nada.
—Ya no regresaré —desvié mi mirada. No quiero que me juzgue.
—¡¿Qué?! Estás loca. No m
