Al acabar el entrenamiento todos los semidioses se encontraban en el suelo acostados respirando con dificultad mientras que los primordiales y sus respectivos los veían con una sonrisa excepto Terrence.
Los semidioses de la profecía se acercaron a Terrence y los demás.
- Buenas tardes - saludó Jason
Los primordiales asintieron para alejarse un poco de Terrence.
- Chicos ¿por qué no vinieron a entrenar? - les preguntó Bianca con una sonrisa aterradora
- Creímos que no era necesario, después de todo hemos enfrentado muchas cosas y creímos que este entrenamiento no era necesario para nosotros - comentó Annabeth
- No se crean superiores mocosos, si pudieron haber vencido a unos cuantos monstruos y dioses no significa que sean tan fuertes además ellos - señalo a los semidioses en el suelo - son sus hermanos y no son mejores que ellos - le dijo molesto Abel
- Orden no se compara con nada de lo que ustedes se han enfrentad, mejor entrenen como sus hermanos lo hacen - les dijo seriamente Terrence
Los semidioses asintieron con temor para después ir a ayudar a los semidioses que se encontraban en el suelo descansando.
Terrence se fue dejando a los demás encargados de los semidioses, se dirigió a la orilla de la playa donde Leo se unió a él.
- Ellos no pasaron por lo mismo que tu ni siquiera por lo que yo pase, ellos no saben de lo que Orden es capaz- le dijo Leo colocándose a lado de él
- Lo sé Leo, quiero que estén preparados tu y yo lo sabemos, Orden te destroza poco a poco- dijo endureciendo su mirada
- Dales tiempo, se que no vas a volver pero trata de olvidar ese rencor que guardas en tu corazón- dijo para después dirigirse al campamento
- Leo no puedo olvidar eso ya que ahora ese rencor es una de las cosas que me hace avanzar además eso me ayudara a asesinar a Orden de una vez por todas- dijo mostrando una mirada fría y vacía.