Percy Jackson es olvidado poco a poco por sus amigos y dioses, él decide irse sin decirle a nadie desapareciendo por completo sin dejar rastro.
Casi 10 años después una amenaza aparece para destruir el Olimpo, los dioses piden ayuda a los hermanos Primordiales, los más fuertes Orden y Caos; estos les proporcionan a sus mejores guerreros.
Los siete pecados de Caos.
En el Olimpo todo se encontraba en caos, los dioses buscaban una manera de solucionar y derrotar a la nueva amenaza. La nueva amenaza resulta ser un dios hijo del titan Kronos, el cual tiene un poder incluso más grande que el de su padre y busca venganza contra los dioses y semidioses.
En medio de la sala apareció un destello de luz para después dejar ver a dos hombre muy parecidos uno de cabello azabache mientras que el otro de cabello castaño obscuro ambos de ojos carmesí.
- Señor Caos, señor Orden - pronunció Hades sorprendido captando la atención de los demás
- Mis señores - dijo Zeus con respeto
- Venimos aquí por su llamado, hemos visto a Kreios y no sólo es una amenaza para ustedes sino para todo el mundo - comentó Orden seriamente - es por eso que les prestaremos la fuerza de los guerreros más fuertes y desalmados que tenemos
- Los siete pecados capitales, estoy seguro de que han escuchado las historias sobre ellos, mi hijo se encuentra entre ellos así que los deberán respetar y tratar como sus superiores - les dijo Caos sorprendiendo a los dioses
Todos habían escuchado las historias acerca de los siete pecados capitales de Caos, ellos eran guerrero inmortales mucho más fuertes que los dioses, además tenía fama de ser aterradores y desalmados, unos grandes asesinos.
- Ellos llegarán en tres días al campamento, al encontrarse por todo el mundo necesitamos casi un día para reunirlos a todos así que esperen los ahí - les dijo Orden antes de desaparecer de ahí
Los dioses mandaron llamar a los seis semidioses más fuertes para comunicarles lo que les habían dicho Caos y Orden para que prepararán todo en el campamento.