CAPÍTULO XII Robert había sido jugador toda su vida, pero pensó, al mirar a través de la larga mesa de la cena, que al llevar a Peter Morrow a Birch Vale corría el mayor riesgo de su vida. Se preguntó, al ver el rostro de Cynthia, si había ganado o perdido. Ella se encontraba inclinada hacia adelante, escuchando a Peter, con los labios entreabiertos; pero no podía interpretar la expresión de sus ojos y temía preguntarse si su corazón estaría latiendo más fuerte porque estaba viendo de nuevo al hombre que había amado con tanta fidelidad y por tanto tiempo. La voz de la esposa de Peter, Louise, interrumpió sus pensamientos. Le estaba contando sus experiencias en el viaje que habían hecho en su yate por los Mares del Sur. ¿Tendría éxito su plan, arriesgado y audaz? No podía jactarse de co