CAPÍTULO XIII —El señor Peter Morrow— anunció Grace en su voz tranquila e impersonal. Cynthia se puso de pie con tanta precipitación que los papeles que tenía en la rodilla cayeron al suelo y se esparcieron por la alfombra. Peter entró con lentitud en el salón y a Cynthia le bastó una mirada para comprender que estaba todavía más nervioso que ella. Con un gran esfuerzo Cynthia habló con cierta naturalidad. —Hola, Peter. No esperaba visitas. Él se inclinó para recoger los papeles regados en el suelo y se los devolvió con una sonrisa. —Siento haberte asustado. Cynthia levantó la vista hacia él. —¿A qué viniste? —Eso es evidente, ¿no? ¡A verte! —¿Para qué? Peter hizo un gesto repentino. —No seas hostil conmigo, Cynthia. Quiero hablar contigo. —Muy bien, entonces. ¿No quieres sentart