CAPÍTULO XI-2

2524 Words

—¡Oh, ¡Sara, qué terrible! ¿Por qué no me lo habías dicho? —No creí que te interesara— contestó Sara—. ¡Además, si me lo preguntas, y la señorita Micaela es perfectamente capaz de cuidarse sola! —Estoy segura de que la niña es demasiado sensata para tomarlo en serio— convino Cynthia, tratando de tranquilizarse—. De cualquier manera, es un hombre que no le conviene ni como amigo, por su notoriedad. Se preguntó si debía hablar por teléfono a Robert, pero entonces recordó el tono de su voz cuando había contestado que podía hacer frente a Hugh Mamen. Si ella decía demasiado, podría hacer una escena y eso no ayudaría a nadie, además provocaría un escándalo en el condado. No, pensó Cynthia. Robert no era el tipo de persona para manejar aquello. Debía hablar con Micaela ella misma. No sería f

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