CAPÍTULO XV Cynthia decidió volver al hotel caminando desde el hospital. No tenía prisa, pensó con aire desventurado. No tenía ningún compromiso, ni nadie la estaba esperando. Cuanto más tiempo le llevara volver a la triste impersonalidad de su pequeño cuarto, tanto mejor. Cynthia iba a dar la vuelta de la populosa avenida hacia una calle más tranquila, cuando una pequeña multitud de mujeres, con bebés en brazos, descendió por la escalinata de lo que parecía haber sido en otros tiempos una amplia casa particular, y casi arrolló a Cynthia, que necesitó retirarse a un lado para que las jóvenes madres pasaran. Escuchó comentarios halagadores sobre el cuidado que sus hijos recibían y exclamaciones de consuelo respecto a la tranquilidad de tener a los niños en manos profesionales, durante l