CAPÍTULO XIV Cynthia estaba haciendo la maleta cuando Grace entró en la habitación. —Perdone, señorita, ¿quería usted?... — se detuvo—. ¿Va usted a marcharse, señorita Cynthia? Cynthia levantó la vista hacia ella Estaba pálida y había líneas profundas bajo sus ojos. —Sí, Grace, me voy a Londres. —!Oh, señorita! Había reproche y consternación en la voz de Grace. —¡Lo siente, señorita, lo siento muchísimo! Ya me temía que esto iba a suceder. —¿Qué quieres decir, Grace? —¡El señor Peter, señorita! La lastimó una vez y ha vuelto a hacerlo. Tuve que hacer un gran esfuerzo para no cerrarle la puerta en las narices cuando vino esta mañana... —Grace… no debes pensar que es por culpa del señor Peter que me voy— dijo Cynthia, pero aun mientras hablaba comprendió que era tonto mentir a Grac