Pov. Miranda
Me desperté de golpe y me estiré lo más que pude, la espalda me estaba matando.
Me había quedado dormida en el sofá, me levanté, estirándome completamente una vez más, para sacar un poco la pereza que todavía tenía en el cuerpo.
Cuando fui a agarrar el plato que había utilizado, la galleta que había dejado anoche no estaba y el vaso de coca-cola tampoco estaba ahí, simplemente el plato vacío.
Respiré profundo varias veces para no comenzar a gritar, cerré los ojos y conté hasta 10. Deseé con todas mis fuerzas que mi presentimiento estuviera equivocado.
Agarré el plato y lo llevé a la cocina, me asomé tímidamente para ver si había alguien dentro.
Estaba vacía, suspiré aliviada y entré tranquilamente a la cocina, lavé el plato y encontré el vaso de coca-cola en el frega
