Denis. Era increíble, no solo en lo que se refería al sexo, porque si bien la primera tanda fue algo un poco ¿oxidado? Las siguientes no tenían nada que envidiarle, quizás el problema recaía en que solo fueron dos más y ya, no tuvimos más sexo, porque, aunque era lo correcto, me parecía increíble que Aarón parara los momentos para ir en busca de protección. En la ducha, mientras me besaba con fuerza contra el azulejo frío y me levantaba para quedar con mis piernas enrolladas en su cintura, Aarón decidió cortar con todo nuestro frenesí para ir en busca de un preservativo, no sabía si sentirme contenta por sus cuidados, molesta por como corto todo o simplemente avergonzada por dejarme llevar por las hormonas. Que él sea quien se acuerde de tan importante detalle era bueno, pensaba en todo