Denis — ¿Qué se supone que haces? – sonreí y lo miré. — Trabajo – dije con indiferencia. — No parece, sigue siendo un delincuente – lo mire a los ojos furiosa. — No necesito que me digas como tengo que hacer mi trabajo, tampoco quien es bueno o malo en la historia, simplemente tienes que limitarte a hacer lo tuyo – apretó los labios nada con clara disconformidad. — Creo que sigues siendo inmadura en muchas cosas – solté una risa amarga. — Hablo el señor madurez – me giré – Hazte tratar Aarón – comencé a caminar y me detuve en seco cuando varios guardias aparecieron. — Avisaron, repito avisaron, salgan – la voz en mi oído me dejo helada mientras me quedaba parada observando a los hombre. — ¡Todo el mundo fuera! – me apresure a moverme a la salida y un mano se poso en