PVO Mauro.
Estaba sin ánimos, sin ganas. Solo la tenía a ella en mi corazón y mi cabeza. Katy, por más que lo pienso, no logro entender que tuve con Diana ese día, porque tuvo que pasar eso, porque.
_Sr, esta es la llave de la casa.
Agradezco y pido que me dejen solo. Ahora estoy en una casa que había comprado. Era una de las promesas que le hice a Katy en una de las tantas video llamadas mientras estuve en Canadá.
Se supone que regresaría a Nueva York y viviríamos en una casa como esta, la llenaríamos de hijos y seríamos felices, pero ahora ese sueño parece tan lejano, tan distante y todo por mi culpa, por mi maldita culpa.
Regreso a mi apartamento y me quedo ahí, tomando y pensando en su sonrisa, en la primera vez que la ví, la vez que se escondió debajo de la mesa y le dije palabra
