17. ¡No sabes hacer nada!

1741 Words

William cabalgó de regreso al castillo de Connelly, que estaba a una hora de camino, subiendo una colina. Tanto él, como los guardias ya se encontraban muy agotados, pero por su parte, sabía que no podría llegar a descansar de inmediato, pues debía encontrarse con el Consejero Real y recibir oficialmente, de nuevo, el poder. Ante los ojos de los guardias y el príncipe, se irguió el majestuoso castillo, una exhalación profunda se escuchó, demostrando el gran alivio que sentían todos al llegar a su hogar. Se bajaron con prisa, los caballos fueron llevados a las caballerizas y cualquier acto especial de recibimiento fue cancelado por parte de William. —Bienvenido a casa, Su Alteza —dijo Raymond, el Consejero Real. —Raymond, gracias. Por favor, ven conmigo a mi despacho —le pidió William

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