— ¡¿Qué?!, ¡¿quién se cree usted para hablarme de esa manera y para venir a amenazarme así?! — Gritó la encargada con rabia. — ¿Quién soy? — Voceo Albert elevando una ceja con cierta arrogancia. — Mi nombre es Albert Collins Sinclair, el próximo dueño de esta cadena de tiendas. La mujer se quedó pasmada, una expresión de horror se formó en su expresión, todos veían la escena con sorpresa, no se escuchó ni un murmullo más, Megan quedó impresionada con el impacto que había causado Albert en el lugar, parecía que todos alrededor se hubieran paralizado. — No… No puede ser… — Terminó balbuceando la mujer después de que pudiera tragar grueso. — ¿Ah, no? — Albert sacó su billetera. Él no mostraría una identificación, él sacó una reluciente y extremadamente exclusiva tarjeta de crédito platin